Los presidentes regionales siguen con el pulso a Sánchez
● Barones socialistas como Puig o Fernández Vara muestran sus discrepancias con el Gobierno en la cogobernanza para la desescalada
El Gobierno de Pedro Sánchez dice encomendarse a los “criterios técnicos” para determinar qué territorios pueden avanzar en la desescalada, que hoy llegará a la fase 1 en media España. La otra mitad se siente en muchos (casi todos ) casos agraviada y así se lo hicieron saber ayer los presidentes autonómicos al jefe del Ejecutivo, a la sazón mando único al frente de la lucha contra el coronavirus, que entra en la novena semana de un confinamiento que para muchos es tan insoportable como injusto.
Incluso para los propios correligionarios de Sánchez. Así, el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig (PSPV-PSOE), le advirtió de que “lealtad no es sumisión”. La Comunidad Valenciana había reclamado pasar hoy en su totalidad a la fase 1, pero el Gobierno central sólo ha dado luz verde a 11 de sus 24 zonas sanitarias. Madrid “ha cambiado las reglas del juego a mitad de partido”, según Puig, que exigió a Sánchez –en una comparecencias tras la cumbre telemática de ayer– que se “estudie de nuevo” el plan (232 páginas) que le presentó su Gobierno para que toda la Comunidad Valenciana pasara a la fase 1.
Otro de los barones socialistas que se mostró crítico con el plan de desescalada fue el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, quien abogó por eliminar las franjas horarias por edades durante la fase 1 para evitar las concentraciones de personas que salen a pasear y hacer ejercicio a la misma hora. A su juicio, es “absurdo” que se mantengan las franjas horarias mientras va a haber “libertad de movimientos” dentro de la misma provincia para ir a tomar un café o salir a comprar a un pequeño comercio.
También intramuros socialistas, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page trasladó ayer a Sánchez su discrepancia ante el hecho de que en la fase 1 no se puedan realizar actividades cinegéticas y pesca deportiva. “Son actividades deportivas como cualquier otra, no tendrían que tener un tratamiento diferenciado como actividades que se pueden hacer al aire libre. Es difícil explicar en territorios como el nuestro que la gente pueda salir en el medio natural pero no a disfrutar de caza y pesca”.
Y si alguien tiene una espina clavada es la Comunidad de Madrid, varada pese a su petición de pasar a la fase 1 este lunes. La presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso (PP), le enfatizó que aglutina al 60% de las grandes empresas del país y es “el motor económico para que todas las demás sigan funcionado”.
Ayuso exigió convocar ya la conferencia de Política Fiscal y Financiera para saber cómo marcha el fondo no reembolsable de 16.000 millones prometido la pasada semana por el Gobierno.
La presidenta regional madrileña también reprochó a Sánchez el tuit publicado el viernes por el PSOE en que el que se tachaba de “ineficaz e irresponsable” su gestión de la crisis sanitaria. Un ataque del que el presidente del Gobierno dijo el sábado en rueda de prensa no saber nada.
Desde Galicia, el jefe de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también incidió, como García-Page, en la necesidad de que se permitan la pesca y la caza, y pidió mayor unidad entre autonomías y mando único.