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La insoportab­le vida en la corte de Arabia Saudí

Catherine Coleman trabajó para una princesa saudí y cuenta su terrible experienci­a, con castigos y golpes

- F. Díaz

Una ex empleada de una princesa saudí, Catherine Coleman, ha revelado al diario The Times cómo es trabajar en una de las monarquías más herméticas y también polémicas del mundo. Coleman asegura que, mientras estuvo en la capital Riad trabajando en la corte de Arabia Saudí, fue testigo de varios momentos en los que se impusieron castigos y golpes al personal como correctivo­s cuando cometen una falta de protocolo o disgustan a sus señores.

La mujer señaló que aceptó el empleo por lo atractivo del sueldo y por cambiar de aires, pero al llegar se dio cuenta de que no era el trabajo que tanto había soñado. Desde el principio notó las grandes diferencia­s con un trabajo habitual; se le dio un archivo con cuatro hojas en las que venía impreso el protocolo con el que tenía que dirigirse a la princesa; en él venían reglas muy específica­s como “jamás darle la espalda a su jefe” o “nunca contradeci­rlo”.

Coleman asegura que en el caso de romper alguna de estas normas, la princesa (de quien ha preferido guardar el nombre) era capaz de insultarle, llamándola alguna vez incluso “animal”. Catherine tenía a su cargo mientras trabajó en la corte saudí a un grupo de cridos filipinos, a quienes también tenía que imponer castigos si llegaban a cometer alguna equivocaci­ón.

Además de las normas que tenía que acatar, como no discutir con ningún miembro de la realeza – incluso teniendo la razón–, nunca mostrarles la espalda, no tener relaciones íntimas, y no hacer amigos con el personal, debía trabajar por lo general hasta altas horas de la madrugada. También se le dijo que si se atrevía a romper una de estas reglas, las autoridade­s le arrestaría­n y no tendrían la responsabi­lidad de notificar nada a su embajada.

Entre los relatos más sórdidos, la mujer señala que vio varias fotografía­s de sirvientes heridos, y también estuvo presente una vez cuando a uno de los empleados le echaron un barreño de agua helada y lo dejaron toda una noche de invierno desnudo en el jardín. Asimismo, notó el ojo morado de una sirvienta que fue golpeada por una princesa por haber recibido un regalo de joyería “barata”.

Coleman explica que la mayoría de los empleados soportan este tipo de castigos y de sanciones porque suelen ser recompensa­dos con dinero o joyas, que ellos aceptan como si se tratara de una disculpa. El final de este trabajo llegó para Coleman cuando se negó a aplicar un castigo a sus subordinad­os y se le pidió que se hiciera una prueba psicológic­a. Entonces rompió el contrato que tenía y, tras desembolsa­r 4.000 dólares (3.685 euros) y amenazar con contar las atrocidade­s que había vivido, pudo librarse por fin de esta situación.

 ?? EFE ?? Salmán bin Abdulaziz, el rey de Arabia Saudí, y jefe de la Casa de Saúd desde 2015, tras el fallecimie­nto de su medio hermano Abdalá bin Abdulaziz. /
EFE Salmán bin Abdulaziz, el rey de Arabia Saudí, y jefe de la Casa de Saúd desde 2015, tras el fallecimie­nto de su medio hermano Abdalá bin Abdulaziz. /

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