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Condena de dos años al denunciant­e de las facturas falsas de UGT-A

- Jorge Muñoz SEVILLA

El ex trabajador de UGT-A Roberto Macías, que denunció presuntas prácticas corruptas que dieron lugar al caso de las facturas falsas en esta organizaci­ón sindical, ha sido condenado a dos años de prisión por un delito de descubrimi­ento y revelación de secretos, por haberse apoderado de abundante documentac­ión que luego filtró a la prensa.

La sentencia del Juzgado de lo Penal número 15 de Sevilla, a la que tuvo acceso este periódico, condena al ex trabajador a una pena inferior a los tres y cuatro años que pedían, respectiva­mente, la Fiscalía de Sevilla y la acusación particular que ejerce la UGTA, al apreciar una circunstan­cia atenuante de dilaciones indebidas, por los más de cinco años que han transcurri­do desde que se inició la investigac­ión hasta la celebració­n del juicio.

El sindicato había pedido además que se le impusiera el pago de 60.000 euros por el “daño moral” causado, pero la juez considera que el mismo no puede presumirse, sino que “ha de quedar probado, no sólo el daño en sí, sino también su importe”, y señala que no se ha practicado prueba alguno de ese daño, por lo que no se pronuncia en la sentencia.

En cuanto a los hechos que se declaran probados, la magistrada señala que Roberto Macías, que trabajó como administra­tivo para el sindicato entre 2008 y 2012 en la denominada Central de Compras, se apoderó el 7 de noviembre de 2012, sobre las 17:02, de un total de 22.500 archivos o ficheros informátic­os, que fueron extraídos del ser vidor de datos y copiados a un dispositiv­o USB, que luego volcó en un disco duro.

Estos archivos, señala la sentencia, contenían “informació­n reservada y sensible del referido sindicato”, entre las que se encontraba­n facturas emitidas por diversos proveedore­s de UGT-A, como las mercantile­s Pineda, Asesores de viajes, Lienzo Gráfico, Chavsa, Publicar, Siosa y Viajes Macarena, así como documentac­ión relativa a los denominado­s Rapel y Botes, mecanismos con los que la Fiscalía Anticorrup­ción considera que se cometió el fraude de las facturas falsas por parte de la antigua cúpula de la UGT-A, a la que recienteme­nte se ha abierto juicio oral.

El acusado “se apoderó sin consentimi­ento alguno de UGTA y dispuso para fines ajenos al

Quería “denunciar públicamen­te” pero no fue a la Policía o al fiscal, por lo que no le aplica la directiva europea de los denunciant­es

El acusado conocía que esas facturas y correos eran “absolutame­nte compromete­dores”

desempeño de sus funciones, suministrá­ndola, al menos parcialmen­te, a diversos medios de comunicaci­ón”.

La defensa del acusado había pedido que se aplicara la directiva europea destinada a proteger a los whistleblo­wers o denunciant­es de corrupción, pero la sentencia considera que esta directiva “aun no forma parte propiament­e de nuestro derecho interno, pues está pendiente de su transposic­ión al derecho nacional” y además la juez considera que la misma “prevé unos concretos canales de denuncia, que pueden ser internos, esto es, dentro de la propia entidad, o externos, ante las autoridade­s competente­s”.

Asimismo, la juez añade que la directiva busca la protección de los denunciant­es que realicen revelacion­es públicas, pero “exigiendo para ello que la persona haya denunciado primero por canales internos o externos, sin que se hayan tomado medidas apropiadas al respecto”.

Por ello, cree que los hechos que se atribuyen a Roberto Macías constituye­n un delito de descubrimi­ento y revelación de secretos. La juez añade que el manejo de la informació­n contenida en los archivos o ficheros que se llevó no se realizó como consecuenc­ia de la costumbre que tenía de “llevarse trabajo a casa que hubiera de terminar”, pues “en todo caso se produjo con posteriori­dad a su despido”. Dice la juez que el propio acusado ha reconocido que esas facturas, correos electrónic­os y demás documentos a los que había tenido acceso durante su trabajo en la central de compras “eran absolutame­nte compromete­dores para las personas a las que hacían referencia o habían tenido algún tipo de intervenci­ón o responsabi­lidad en las mismas, hasta el punto incluso de derivarles responsabi­lidad criminal”.

Para la magistrada, resulta además decisivo para apreciar la comisión del delito que el propio acusado reconozca que su intención era “denunciar públicamen­te” estos delitos, motivo por el que “ofreció dicha informació­n a los medios de comunicaci­ón, si bien no a la Policía, Juzgados o Fiscalía, ya que sólo aquellos le merecían confianza, según sus propias palabras y para evitar posibles represalia­s de la que considera es una organizaci­ón criminal”.

 ?? JOSÉ ÁNGEL GARCÍA ?? Una concentrac­ión de apoyo al denunciant­e de UGT-A, ahora condenado por el Juzgado de lo Penal 15 de Sevilla.
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA Una concentrac­ión de apoyo al denunciant­e de UGT-A, ahora condenado por el Juzgado de lo Penal 15 de Sevilla.
 ?? JOSÉ ÁNGEL GARCÍA ?? Roberto Macías.
JOSÉ ÁNGEL GARCÍA Roberto Macías.

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