LA DESESCALADA DE SEGUNDA B BAJO EXTREMA DEPENDENCIA
LUIS Rubiales, dueño y señor del fútbol no profesional, perfila el futuro de la Segunda B a su imagen y semejanza con el placer de los 19 mandatarios correligionarios de las distintas territoriales asumiendo sus deseos, que decidieron el plan de la competición. La temporada 20/21 se prevé como devastadora en su desenlace final por las perdidas y restos que dejará en las estructuras de los clubes que sucumban en el intento de sobrevivir en el estado de alarma hacia la reestructuración.
La certificación, tras vía telemática, de los cargos federativos con el presidente de la Federación deja un orden en la desescalada de Segunda B de cinco grupos de 20 equipos que estarán divididos cada uno de ellos en 2 subgrupos de 10 formaciones que j ugarán 18 partidos cada uno. Y una vez acabada la Liga regular, los tres primeros de cada subgrupo (30) se jugarán en los play off las cuatro plazas de ascenso a Segunda A.
Los otros 26 restantes y los 4 descendidos de la División de Plata (30) pasarán a los dos grupos de élite que se crearán para el ejercicio 21/22 como Segunda B Pro. Los clasificados en esta primera fase en 4ª, 5ª y 6ª posición (30) se disputarán las 10 vacantes de los 2 grupos de élite para acabar de concretar así los 40 equipos. Los que acaben en 7ª, 8ª, 9ª y 10ª (40) lucharán por la permanencia y evitar el descenso a Tercera. La Liga durará 8 meses a partir de octubre para entender o interpretar este rompecabezas matemático.
El jefe supremo del fútbol modesto confirmó el pasado miércoles en Galicia que la composición de los subgrupos será por méritos deportivos de la presente campaña suspendida y no por proximidad geográfica como ha sido habitual, siempre con el visto bueno de los clubes. Esta mezcla de ingenio hay que descifrarlo y para eso están los padres de este “mensaje futbolístico” muy deprisa y a presión. Y a quien Dios se la dé San Pedro se la bendiga. Amén.
Rubiales confirmó que los nuevos grupos se conformarán en función de méritos deportivos