El obispo preside la función principal de Huelva
La excepcionalidad provocada por la pandemia de coronavirus y el estado de alarma decretado por el Gobierno desembocó en la suspensión de los actos públicos del Rocío, como la romería o las diferentes salidas de la Virgen. Sin embargo, las hermandades han mantenido su calendario en un Rocío 2020 diferente, mucho más íntimo y sentido que será recordado por todos los rocieros. Ayer fue la Hermandad de Huelva la que celebró la función principal en la capilla de la sede rociera en la capital onubense. El obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco, presidió la sagrada cátedra. Los cultos preparatorios para Pentecostés se han celebrado de forma privada y siguiendo todas las medidas de seguridad dictadas por las autoridades sanitarias, lo que no ha restado emoción y sentimiento en el corazón de los rocieros onubenses.
se engalanaron muchas otras en este Rocío de Luz tan especial en el que tampoco faltó el recuerdo para Miguel Ángel y María Domínguez, asesinados el 27 de abril de 2013 en su casa de la avenida de los Reyes, un crimen atroz del que también se acaban de cumplir siete años.
“La Virgen es la luz para los rocieros en esta oscuridad que estamos atravesando”, remarca Santiago Padilla. Ni un año lleva con las riendas de la presidencia de la Hermandad Matriz. “Este es un escenario que no hubiéramos imaginado jamás y que no deseo a nadie, porque es difícil: estamos escribiendo una historia que no estaba escrita. Todo lo que estamos haciendo es absolutamente nuevo, no tenemos referencias”.
El esfuerzo es doble, porque “la economía de la hermandad tam
bién está sufriendo y porque para un montaje como el que se ha hecho en la parroquia de Almonte tampoco puedes contar con 15 ó 20 personas, sino que tiene que ser un número reducido que guarde las medidas de seguridad en lo posible”, como con el resto de actividades planificadas y adaptadas a la emergencia sanitaria.
Padilla muestra, no obstante, su satisfacción “al comprobar cómo el pueblo de Almonte, los ro
cieros, están entendiendo todas estas medidas indeseadas”, que no tienen otro fin que proteger la salud de las personas.
La cara positiva de la coyuntura es que la Patrona se queda hasta el año que viene” en Almonte. “Que esté la Virgen con nosotros siempre es un motivo de esperanza y de tranquilidad, de consuelo”.
Padilla lanza el mensaje de que “todos los rocieros debemos estar más unidos que nunca con nuestras hermandades”.