Brasil apunta a ser pronto el segundo con más contagiados
En Vila Formosa, el mayor cementerio de Latinoamérica, los entierros no dan respiro
Doce horas y 62 entierros. Una jornada sin respiro en la que no hay tiempo ni para rezar a los difuntos.
Así es el día a día de los sepultureros del cementerio brasileño de Vila Formosa, el mayor de Latinoamérica, en plena pandemia de coronavirus: “Es un cuerpo detrás de otro, no paramos”.
En esta gigantesca necrópolis, situada en la zona este de Sao Paulo y donde se estiman que reposan los restos de 1,5 millones de personas, los entierros se suceden a un ritmo vertiginoso, desde primera hora de la mañana hasta que cae el sol. Apenas hay descansos.
El lunes realizaron 62 entierros en un lote de tierra de este camposanto, de los que más de la mitad (35) fueron de casos confirmados o sospechosos de Covid-19.
“Cada día que pasa es más difícil”, afirma James Alan, de 34 años, coordinador de los sepultureros de Vila Formosa, donde trabaja desde hace siete años. Es una tragedia de la que intentan distanciarse emocionalmente para no deprimirse.
El exministro de Salud Luiz Henrique Mandetta, destituido en abril por sus divergencias con Jair Bolsonaro en torno a la estrategia para combatir el virus, dijo haber alertado al jefe de Estado sobre la gravedad de la pandemia y con el aviso de que el número de muertes “sorprendería”.
El país ya contabiliza 254.220 contagios y 16.792 muertos. La tendencia es que en pocos días sea el segundo del mundo con más contagios por sus graves desigualdades y las carencias de su sistema de salud.