El Gobierno acusa al PP de abocarlo a acuerdos con la izquierda ‘abertzale’
● Montesinos se pregunta si también les van a culpar “de la muerte de Kennedy” ● Montero niega una crisis en el Gobierno
El Gobierno culpa al PP de dejarle solo y mirar para otro lado con la aprobación de la última prórroga del estado de alarma y obligarle a buscar apoyos en otros grupos como EH-Bildu, a pesar de la perplejidad y el enfado que el acuerdo con los abertzales ha generado en algunos barones socialistas.
Los populares desdeñan esas críticas, y su vicesecretario de Comunicación, Pablo Montesinos, se preguntó, con cierto sarcasmo, si el Gobierno también les va a responsabilizar “de la muerte de Kennedy”, cuando es Pedro Sánchez quien cerró un pacto con un partido que no ha condenado a ETA.
Pese a ello, la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, defendió ayer el pacto porque, a su juicio, con la situación de crisis que vive España no pueden permitirse “vetos contrapuestos” y es necesario “amarrar apoyos” para defender la salud de los españoles.
Así, recriminó la “dinámica de negociación imposible” de quien ha votado que no “con los dedos cruzados”, con la esperanza de que saliese adelante el estado de alarma, pero sin su apoyo.
Una actitud que también reprochó a algunos partidos de izquierda, en referencia a sus socios de ERC, a los que, eso sí, no citó.
No ve Montero crisis interna en la coalición de Gobierno después de las interpretaciones opuestas sobre la derogación de la reforma laboral ofrecidas en las últimas horas por el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño.
Para la portavoz del Gobierno, éste es fuerte y está unido pese a quien pese” y van “todos a una”, aunque reconoció que hay “distintas sensibilidades”. Atribuyó las posibles diferencias a que “trabajan a destajo, 24 horas al día prácticamente”, y no todos conocen “al momento o al detalle” las tareas en las que se encuentran otros.
Montero también quiso calmar al PNV, habitual apoyo parlamentario del Gobierno, después de su pacto con sus adversarios electorales en el País Vasco, y remarcó que el Ejecutivo tiene un acuerdo estable con el PNV, mientras que el de Bildu es “particular y puntual” y no tuvo más alcance que el de recabar apoyos a la prórroga del estado de alarma.