No seremos mejores
Escribo estas palabras cuando nos quedan muchos días para volver a una normalidad que ya nunca será normal. Pienso e intento encontrar cordura y lógica a toda esta desgracia, y no lo consigo. Tengo esta locura metida en los pliegues de mi alma. Por todo esto me pregunto: ¿de verdad creéis que seremos mejores cuando termine esta tragedia en la que están muriendo miles de personas? ¿De verdad lo creéis? Yo creo que no. Rotundamente, no. Seremos distintos, diferentes, mejores no. Ya nada será igual. Tendremos familiares y amigos que habrán perdido la vida. Si con los muertos calientes encima de la mesa ya nos estamos peleando entre nosotros buscando a los causantes de esta tremenda locura; si con las imágenes de tanta adversidad en nuestras retinas seguimos tirándonos los trastos a la cabeza, que si tú que si yo; ¿qué no haremos cuando todo esto pase y volvamos a la rutina? Cuando vayamos a un hospital y tarden un poco, sólo un poco, en atendernos, nos enfadaremos con los médicos, con los enfermeros, con los celadores y se nos olvidarán todos los que han muerto por defender nuestras vidas y que trabajaron día y noche sin descanso en condiciones infrahumanas. ¿Qué no haremos cuando acabe toda esta locura y la Policía Local nos multe por aparcar mal o la Guardia Civil nos pare por exceso de velocidad? ¿De verdad nos acordaremos de todos los que dieron su vida por defender las nuestras? Policías, o militares, o en
los supermercados, o vigilantes de seguridad, da igual, cuidadoras de personas mayores... pasarán de héroes a villanos. Cuando la inercia del día nos invada y nos sobrepase, ¿recordaremos toda esta situación simple y llanamente como un mal sueño? ¿Qué coraza nos pondremos para que ya no nos afecte? Sólo nos quedarán vagas sensaciones de algo que fue y ya no existe. Tan sólo aquellos a los que les arrebataron a los suyos más queridos quizás se paren y vean la vida desde otra perspectiva. Me he preguntado muchas veces quiénes son los míos y de verdad, no consigo saberlo. Estaré confundido o seré un verso libre. Con tanto tiempo para pensar, me he dado cuenta de que desde el 15 de junio de 1977, primeras elecciones democráticas, los políticos españo
les se llenan los bolsillos arrojándose los muertos a la cabeza. Los muertos de la Guerra Civil, los de la colza, los muertos de ETA, del 11-M, del Yak 42 y ahora todos los muertos de esta trágica locura y que los políticos siguen aprovechando para llenarse los bolsillos. Llamadme pesimista o demagogo, lo voy a entender y no me va a molestar, pero la desidia, la dejadez o la ignorancia de unos hacia los otros volverá a resurgir. Estaría encantado de equivocarme y sería el primero en rectificar, pero ¿de verdad creéis que vamos a ser mejores? Eduardo Bonilla
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