El obispo y los sacerdotes donan una parte de sus asignaciones a la cuenta de Cáritas
El prelado llama a afrontar “con generosidad, diálogo y buen ánimo” esta nueva etapa
El obispo de Huelva, José Vilaplana, se dirigió a la Diócesis onubense en su carta pastoral, con el título Nuestra Iglesia en salida, y animó a afrontar “con generosidad y buen ánimo” esta nueva etapa. En dicha carta, el obispo recuerda que, “a la luz de la Pascua y todavía confinados en nuestras casas a causa de la pandemia”, hay que orar para que,
“cuanto antes, el Señor nos conceda superar este momento tan doloroso, especialmente para los que han experimentado la enfermedad y han sufrido la pérdida de sus seres queridos”. Del mismo modo, llamó a orar para que “podamos volver, sin restricciones, a la vida ordinaria y a convocar a toda la comunidad cristiana para celebrar juntos la eucaristía”.
En su carta, incide en que “será necesaria la participación de todos en la ayuda a los pobres y a la comunidad parroquial”. “Los sacerdotes, conmigo, hemos querido aportar nuestra contribución personal, ofreciendo una cantidad significativa a la cuenta que
Cáritas ha abierto para estas circunstancias, confiando que este gesto os estimulará a muchos a compartir lo que generosamente podéis ofrecer también”.
Vilaplana propone una serie de sugerencias que ayuden a salir de esta situación con espíritu de Iglesia en salida “como nos insiste el papa Francisco”. “Como Iglesia diocesana, confiando en la providencia de Dios, hemos de afrontar con generosidad y buen ánimo esta nueva etapa: generosidad para acompañar a los fieles que han pospuesto necesariamente la celebración de los sacramentos, y generosidad para ayudar a los más afectados en su economía”.
De este modo, pidió “serenidad, f lexibilidad y diálogo sincero”, ya que se ha mostrado convencido de que “muchas personas llegarán a las puertas de las parroquias para concretar las fechas de las primeras comuniones, confirmaciones, bodas, funerales para sus difuntos, y también muchos necesitados nos solicitarán ayuda para sus carencias más urgentes”. “Hemos de estar atentos a las personas que no vienen habitualmente a pedir, y, ahora, de pronto se ven necesitadas; con delicadeza y sensibilidad estemos cerca de ellas para ayudarles”.
Por su parte, manifestó su deseo de que ésta “sea una etapa de autenticidad evangélica”, de manera que “todo lo que hagamos lo realicemos a la luz del Evangelio: que nuestras palabras vayan acompañadas de gestos; que nuestras actitudes reflejen la misericordia y el amor de Cristo hacia todos”.