El aislamiento propicia la ansiedad y la depresión
● Los psiquiatras prevén un aumento de las consultas por problemas de salud mental
“Después de la actual situación es previsible que nos enfrentemos a un incremento de enfermedades mentales, concretamente a mayor frecuencia de ansiedad y depresión en los próximos meses y, por supuesto, a fobias, especialmente agorafobia -miedo a los espacios abiertos, algo que ya es muy frecuente en consulta. Estas fobias suelen estar acompañadas de ansiedad o pánico”. Son palabras del doctor Luis Gutiérrez Rojas, Psiquiatra del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, durante su participación en un encuentro online de la Lundbeck Academy dedicado a la salud mental y el abordaje desde Primaria.
El psiquiatra quiso distinguir entre la ansiedad normal, producida por una situación estresante como la que estamos viviendo, que cumple una función adaptativa y puede llegar a mejorar el rendimiento, de los cuadros de ansiedad generalizada y de los trastornos de pánico.
De este modo, ha matizado que el trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por ser diario y duradero, incapacitante, con somatización, que produce una preocupación constante y una sensación de no sentirse nunca a gusto. Y en los trastornos por ataques de pánico, por su parte, prevalecen pensamientos constantes de amenaza, de muerte inminente o de contagio, que conllevan desvanecimiento, palpitaciones, mareos o vértigos en un cuadro intenso pero no duradero.
Según diversos estudios, la prevalencia anual del trastorno de ansiedad generalizada es del 3%, mientras que los trastornos de pánico presentan una prevalencia anual del 1%. La agorafobia es menor. Un 10% de la población pasa por una depresión a lo largo de su vida.
“Si el miedo a salir nos paraliza o genera ansiedad, se debe consultar al médico de atención primaria. Debemos recordar que la ansiedad es la puerta de entrada a la depresión, y si no actuamos y prevenimos, estas personas pueden padecer depresión en poco tiempo”, advirtió el psiquiatra. El 60% de los casos de depresión cursan con ansiedad.
El encuentro analizó también la salud mental infanto–juvenil, ya que los niños y adolescentes son un grupo especialmente vulnerable a desarrollar miedos y fobias. Por eso, los padres y familias deben animarles a salir y transmitir la vuelta a la normalidad de manera sencilla y positiva. “Si como padres tenemos fobias y ansiedad, tendremos niños y adolescentes fóbicos y ansiosos y esto les generará trastornos de salud mental importantes”, aclaraó.