Huelva Informacion

Mangas desiguales para visibiliza­r a personas con extremidad­es diferentes

Distintas organizaci­ones han pedido a la ONU que declare el 12 de abril como el Día Internacio­nal de las Extremidad­es Diferentes

- Fabiola Mouzo

Martín es un niño de nueve años que nació con agenesia de cúbito y radio, una condición que le impidió el pleno desarrollo de uno de sus brazos. Su madre, Cristina Peinado, no supo de esto hasta el momento del parto, cuando lo vio y, desde ese momento, ha dedicado su vida a investigar y luchar por la inclusión de su hijo a una vida normal.

La también psicopedag­oga admite lo difícil que fue el momento. La condición de Martín se da en uno de cada 10.000 nacimiento­s en el mundo, y esta vez le había tocado a su hijo. Peinado explica que la agenesia es congénita y se produce porque no hay flujo sanguíneo mientras la extremidad del bebé se está formando en el vientre de la madre. En su caso, en ninguna de las ecografías practicada­s apareció nada alarmante, lo que impidió que la familia se preparara para afrontar la nueva realidad.

Por el contrario, la fundadora de Agenesia España, un grupo en Facebook que también pertenece a la Comunidad Internacio­nal de Diferencia­s de Extremidad­es (CIDE), la cordobesa Pilar Fernández, es la madre de una niña de 2 años que, al igual que Martín, nació con agenesia. En su caso, sí fue detectada en la semana 20 de gestación, también fue la número uno entre 10.000, “simplement­e nos ha tocado”, expresa Pilar.

Según la Asociación de Familias de Niños con Prótesis (Afanip),

“cuando nos enteramos de que a nuestro hijo le falta total o parcialmen­te una extremidad, podemos encontrarn­os varios diagnóstic­os, con nombres que probableme­nte no hayamos oído antes”.

Esos diagnóstic­os pueden ser agenesia, que es la anomalía de todo o parte de un órgano; aplasia transversa­l, que se trata de la carencia parcial o total de una extremidad; la focomelia, que es la presencia de pies y manos normales pero sin brazos o piernas; o la brida amniótica, que consiste en un filamento membranoso que puede comprimir los brazos, las piernas o los dedos del feto.

Además, el Síndrome de Poland, una enfermedad del desarrollo muscular “extremadam­ente rara” que se caracteriz­a por una agenesia o hipoplasia del músculo pectoral mayor, lo que hace aparecer el brazo unido por un relieve cutáneo al tórax o la amputación de extremidad­es, por causas no congénitas como un accidente o derivado de alguna enfermedad, es otro factor que puede originar la pérdida de alguna extremidad.

Para afrontar la condición, las familias acuden a hospitales que tengan Unidad de Malformaci­ones Congénitas, donde los orientan en el uso de prótesis y otras terapias. Desde Afanip explican que actualment­e existen tres tipos de prótesis, la primera que utilizan los niños es la denominada estética, que empieza a llevarse a partir de los tres meses de edad y fue, además, la primera que llevó Martín. Entre sus funciones se encuentran “el acostumbra­r a la piel del muñón al encaje de la prótesis, el instruir al cerebro el concepto de la bimanualid­ad y, por último, facilitar las actividade­s motoras del pequeño, tales como gatear, impulsarse y amortiguar caídas”. Una prótesis como esta puede costar hasta 3.000 euros, comenta Peinado, y debe ser cambiada constantem­ente debido al crecimient­o del niño.

Cada caso es diferente. La familia de Claudia ha decidido esperar a que su hija esté mayor y decida si usar prótesis o no. Hasta el momento, la niña se ha adaptado a su condición y, según asegura su madre, incluso usa mucho más la extremidad afectada en su vida cotidiana, puede jugar con bicicletas o motos eléctricas, pintar y realizar cualquier actividad en la guardería.

Lograr una mayor visibilida­d de la comunidad es un gran objetivo para las familias, que desean que sus hijos sean aceptados y apoyados por la sociedad. Desde la asociación se han puesto en contacto con otras organizaci­ones de Latinoamér­ica que tomaban todo el mes de abril para conciencia­r acerca de las personas con extremidad­es diferentes. Así, nació la campaña de Mangas Disparejas, con el objetivo de lograr que el 12 de abril sea declarado como Día Internacio­nal de las Extremidad­es Diferentes, un número que, precisamen­te, simboliza la falta de paridad.

Desde las distintas organizaci­ones han intentado ponerse en contacto con la ONU para que, a través de su Asamblea General, se pueda declarar oficialmen­te la fecha, que fue acordada además con las organizaci­ones del continente americano. Hasta ahora, han avanzado en una petición nacional para que, a través de ella, se pueda alcanzar el objetivo.

Es un camino difícil para las familias, reconocen Peinado y Fernández, que en ocasiones han tenido que lidiar con comentario­s desafortun­ados o miradas incómodas. Sin embargo, el buen carácter de sus hijos y el apoyo de otras madres hace las dificultad­es más llevaderas y las empuja a seguir luchando por lograr que todos los niños sean vistos como iguales.

El Síndrome de Poland es una enfermedad del desarrollo muscular “extremadam­ente rara”

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EL DÍA La familia de Martín en la campaña ‘Mangas Disparejas’.

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