La Justicia venezolana anula la presidencia parlamentaria de Guaidó
El Tribunal Supremo reconoce al disidente opositor Luis Parra como legítimo jefe de la Asamblea Nacional
La Justicia de Venezuela dejó el martes a Guaidó sin la presidencia del Parlamento, que compartía de facto desde el 5 de enero con Luis Parra, y cede terreno al chavismo en el año en que deben celebrarse elecciones legislativas a las que el oficialismo va con ventaja tras este giro, al menos sobre el papel.
La junta directiva de la Asamblea Nacional (AN, Parlamento) encabezada por Guaidó fue anulada definitivamente por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que reconoció a Parra –un disidente de la oposición– como legítimo presidente del Legislativo.
El fallo también establece que cualquier persona, pública o privada, “que preste o ceda espacio” para la instalación de un parlamento paralelo o virtual “será considerado en desacato, y cualquier acto ejercido como tal es nulo”.
Esto impide a Guaidó y a los miembros de su junta directiva continuar con la celebración de sesiones parlamentarias en lugares diversos e improvisados al tener vetada la entrada a la sede de la Asamblea, que está ocupada por su rival, Parra.
En el último año y medio, Guaidó se ha presentado como jefe del Parlamento y como presidente encargado (interino) de Venezuela, reconocido así por más de 50 países en detrimento de Nicolás Maduro, a quien numerosos mandatarios consideran “ilegítimo” por no resultar elegido, según sus detractores, en unas elecciones “democráticas y libres”.
La presidencia de la Asamblea fue la catapulta para que el líder opositor se ganase el reconocimiento de la comunidad internacional y tratado con honores de jefe de Estado por quienes lo defendían como tal, después de que se proclamara presidente de Venezuela en enero de 2019.
Pero al perder, por orden judicial, su cargo al frente del Parlamento, el poder político de Guaidó queda en entredicho y a expensas del trato que, a partir de ahora, le den los mandatarios que hasta ahora lo apoyaban y que conforman una larga lista encabezada por EEUU.
Más allá del reconocimiento internacional, que le ha valido, entre otras cosas, para ser recibido como un homólogo por el presidente Donald Trump en EEUU, Guaidó ha visto mermar su poder dentro de Venezuela.
El líder opositor ha intentado varias iniciativas para demostrar su fuerza, como declaraciones internacionales contra el Gobierno o un fallido levantamiento militar, y en ningún momento ha puesto en peligro la continuidad de la llamada revolución bolivariana, en el poder desde 1999.
Y aunque su margen de maniobra siempre ha estado reducido por el control gubernamental, Guaidó contó durante su primer año como jefe parlamentario con dos facultades que hoy tiene diezmadas: el poder de convocatoria a manifestaciones contra el chavismo y el dominio de la escena en los medios de comunicación.