El virus del resfriado común puede generar inmunidad en la población
● Los expertos afirman que, pese a los avances, aún desconocen mucho del virus ● Es probable que el calor no influya
Los virus del resfriado común pertenecen a la familia de los coronavirus y, por tanto, son primos del SARS-CoV-2. Estos lazos familiares podrían haber generado “inmunidad cruzada” en parte de la población que lo haya padecido de forma leve o asintomática, explica el microbiólogo Julio García.
Ésta es una de las hipótesis que se plantea la ciencia sobre una pandemia originada por este virus “desconcertante”, como lo define el jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Universitario La Paz de Madrid. “Aún desconocemos más de lo que conocemos” sobre el SARS-CoV-2 que brotó en China hace seis meses y que se ha expandido por todo el mundo, aunque “en un tiempo récord” se ha avanzado en saber cómo actúa. Por eso, el especialista advierte ante un posible rebrote fruto de la desescalada de que, en su opinión, va a ser un proceso de “prueba-error”.
“Los microbiólogos nos percataremos, daremos la alerta y las autoridades tendrán que tomar medidas”, recalca, a la vez que indica que no está claro que el virus desaparezca con el calor ya que “está activo en países cálidos como Brasil o Arabia Saudí”.
Pero se trata de un patógeno, dice, “que nos sorprende día a día”. “Nos desconcierta su capacidad de resistencia y de transmisión, que haya personas infectadas pero asintomáticas y que pueden transmitirlo ha sido una de las razones que lo hacen tan peligroso”, afirma. “También nos despista la práctica ausencia de patología en niños, muy minoritaria” y el hecho de que siendo un virus respiratorio afecte, en los casos graves, a nivel circulatorio o al sistema nervioso central, subraya.
En cuanto a los cambios que sufra el coronavirus debido a la aparición de mutaciones y, por tanto, la circulación de hermanos, “la mayoría de las mutaciones registradas no tienen transcendencia, pero alguna nueva podría tener repercusión en cuanto a su virulencia o el diagnóstico”, apunta. “Si el virus modifica su código genético, podría ocurrir que los actuales test diagnósticos PCR no fueran eficaces. Es un asunto que tenemos que vigilar”, señala el especialista.
Respecto a las vacunas, éstas han dado resultados de seguridad y de respuesta inmune pero “nos falta saber su eficacia y si nos permitirá alcanzar la inmunidad de grupo” que se sitúa en el 60% de la población. García no cree que podamos contar con una vacuna antes de un año y medio.