Entre los micrófonos abiertos y los planos imposibles
La frase del día en el Ayuntamiento de Huelva fue un “¿se me escucha?” convertido en soniquete en cada inter vención. El salto tecnológico cogió algo entumecido al Pleno del Consistorio. La primera sesión telemática de la historia (aunque técnicamente fuese solo semipresencial) dejó momentos realmente memorables. No fue precisamente un estreno para recordar por l os alardes tecnológicos. Problemas de sonido, micrófonos abiertos, votaciones para repetir, planos imposibles y otros evitables para el espectador con un inicio accidentado que no quedó resuelto hasta que se impuso la lógica del voto nominal después de repetir en varias ocasiones la forma telemática sin que los números cuadrasen.
Los propios concejales contribuyeron a los mejores momentos de la jornada y dieron todo el protagonismo al técnico del polo azul que se coló plano tras plano en cada una de las intervenciones del inicio para resolver las dificultades que no fueron pocas. Tuvo trabajo.
Al menos el ambiente fue en general apacible, salvo algún reproche inicial que el tedio de las casi 10 horas de cónclave fue pausando. Diez horas que para alguno parecieron eternas porque se escapó un “ya le he dicho a mi mujer que no me espere hasta el lunes” por los derroteros que llevó la jornada. El pleno recordó por momentos a un partido sin público, en el que se oye de todo y se aprecian detalles que en el contexto habitual se diluyen. Los comentarios al compañero, las correcciones cercanas y algún toque de atención, los gestos mientras otro habla y las miradas cruzadas que tanto dicen.
La retransmisión del pleno municipal dejó patente una evidencia. En su máxima audiencia a las 11:00 alcanzó las 27 personas conectadas al debate... En la aplicación que reguló el cónclave había 33 usuarios internos registrados. La expectación fue prácticamente nula. Una cuestión sobre la que ref lexionar también.
Los problemas técnicos provocaron que se modificara el sistema de votación