El alcalde chequea el estado de la ciudad en plena pandemia
● Los vecinos de La Orden comparten sus inquietudes con el alcalde, Gabriel Cruz ● Miedos, consuelo, dudas... y el Recre entre las cuestiones planteadas
Huelva recupera sus pasos perdidos. Después de más de 70 días de confinamiento y resistencia silenciosa al Covid-19, la capital onubense se desentume para recuperar ese ritmo perdido. En las plazas, calles o bares regresa la vida, como lo hacen sus comercios y esa rutina que por habitual pasaba desapercibida y ahora sabe a paraíso recuperado.
La Orden es fiel ejemplo de la Huelva que se levanta. Lo hace con una sonrisa retadora al mal tiempo, pero que no oculta el trasfondo de preocupación dejado por la pandemia y la incertidumbre del futuro inmediato. En la barriada conviven hoy los mayores llegados en su mayor parte de la provincia en los años del desarrollo industrial de la ciudad, con una segunda generación que afronta la crisis en ciernes con temor. Pasear por sus calles es palpar el ambiente de la ciudad.
Gabriel Cruz las recorre a paso lento, el que le dejan. Los vecinos lo paran cada poco inquietos unos y curiosos otros. “Gabi, he pasado mucho miedo”, le asalta una mujer por la avenida Diego Morón. “Miedo no hay que tener nunca, hay que responder con ganas e ilusión para salir adelante”, le consuela el alcalde. Las prioridades de la capital se adaptan a la nueva realidad con un principio básico: “Atender siempre a los ciudadanos y reforzar la calidad de vida. Ahora esta pandemia que hemos vivido nos humaniza a todos el punto de vista”.
Son muchos los onubenses
que aprovechan la presencia del alcalde de la capital para resolver esas dudas naturales que todos tienen. “¿Cuándo va a terminar toda esta pesadilla?”. A Gabriel Cruz la pregunta le llega de distintas fórmulas, pero con el mismo fondo. El cansancio entre los ciudadanos después de más de 70 días de estado de alarma es evidente.
A muchos los conoce personalmente y comparte confidencias del confinamiento, una experiencia que ha marcado a toda la sociedad. “Gabi, llevo 60 días encerrado y al menos ya podemos pasear. Vamos a salir de esta”. La presencia del alcalde en las calles la aprovechan los onubenses para transmitirle reivindicaciones particulares: “Me han cargado la tarjeta de transporte durante el encierro
El futuro de los más cercanos centra las principales preguntas de los onubenses
sin haberla utilizado”, le señala un señor mayor, a quien cita “en el Ayuntamiento o por teléfono te atendemos y lo resolvemos, me lo apunto. No te preocupes”.
Hay quien aprovecha para hacer comentarios más banales bien recibidos por el alcalde entre tanta tensión acumulada. “Te veo más delgado”, le sorprende una vecina, mientras hay quien no olvida las Colombinas. “Si este año no ha podido ser, ya lo cogeremos con más ganas el año que viene”, responde Cruz. Sorprende una pregunta que se repi
te una vez tras otra: “¿Alcalde, cuándo vamos a volver a ver al Recre? Ese es el sufrimiento que nos gusta y no este”, le insisten varios señores ya mayores desde la mesa de una cafetería. Eso sí, todos ellos saludan de forma disciplinada con un roce de codos al regidor de la capital. “No me sorprende que el Recre forme parte de las preocupaciones de los onubenses porque es algo tan nuestro, que nos marca tanto que sentimos su falta como el tiempo que llevamos sin ver a la familia a los amigos. No se entiende esta ciudad sin el Decano, sin el orgullo del decanato que nos ha identidad”, señala Cruz tras despedirse de ellos. El carácter onubense “es una fortaleza que nos va a permitir salir adelante”. La capital tiene “una idiosincrasia muy clara, con una vinculación muy profunda en nuestras raíces y nunca vamos a renunciar a ellas, lo que nos da cohesión y fortaleza como conjunto”.
Tras palpar el sentir de los onubenses ref lexiona con una ciudad que será “diferente” a partir de ahora. La sociedad “nunca se ha enfrentado a situaciones parecidas. No hemos conocido la dureza de una guerra, pero es lo más parecido. Nos creíamos invulnerables, pero hemos comprobado que somos vulnerables, que nos necesitamos unos a otros y debemos humanizarnos”. Como político valora como imprescindible “el espíritu de cooperación necesario por un objetivo común, como era dar una respuesta a una situación de vértigo para la que ninguna administración estaba preparada”. Sin embargo, lamenta que “hay formas de gobernar y también de hacer oposición, pero siempre con respeto y responsabilidad a nuestros ciudadanos, de los que
Cruz defiende “una Huelva diferente”, mucho más “humanizada” tras la crisis
somos empleados”. En Huelva “hemos tenido entendimiento entre todas las administraciones y así debería ser a todos los niveles, aunque vemos discursos del odio a nivel nacional que no tienen cabida cuando está en juego la salud de las personas”.
La crisis ha evidenciado “las necesidades que tenemos así como hemos valorado al quedarnos en casa muchas cuestiones a las que en el día a día no prestamos atención”. De la pandemia “debemos aprender a dar mejor respuesta a las familias, a los grupos más vulnerables y para ello necesitamos una ciudad que mejore su movilidad, sus medios, sus calles y su vida cultural con espacios para todos”.
La pandemia cambia la agenda de todas las administraciones. Con el foco puesto en atender las necesidades, el proyecto de ciudad “sigue vigente porque nuestro objetivo es crear atención y bienestar, para lo cual es fundamental la mejora cultural, turística y el desarrollo industrial, pero en ese camino por recorrer será una prioridad las necesidades que surjan y que se han planteado en el estado de alarma”.