UN ROCÍO SIN ROMEROS
mandad Matriz (nueve días después de que se decretara el estado de alarma), aún no éramos conscientes de la dimensión de esta pandemia, pero no había otra posibilidad.
Este año no hay romería, pero sí Rocío y las hermandades han dado ejemplo de ello. Con la colecta de sangre en sus sedes, como un ejercicio más de solidaridad, o la recogida de alimentos para su posterior entrega a los más necesitados.
Aunque en Huelva no faltaron ni los cohetes ni el sonido del tamboril esta semana, no sonaron tanto como nos hubiera gustado. Sin embargo, la devoción no ha disminuido ni un ápice, con largas colas para ver el Simpecado de cada hermandad.
Esta noche no miraremos al reloj nerviosos para ver saltar a la Virgen. Las 125 hermandades filiales se quedarán sin su visita y la aldea resonará distinta sin ese millón de personas que la Blanca Paloma congrega cada año, ni el color y alegría que acompaña cada Pentecostés. Es un Rocío sin romería, sin cantos en las carretas, sin jornadas calurosas bajo el sol, ni camino por las arenas.
Este año, el cohete no anunciará Su llegada, ni el polvo quedará en los botos. Es diferente, es el Rocío de Luz y Esperanza, íntimo, de recogimiento y de hermandad.
Ha sido difícil, pero las hermandades han sabido transmitir la importancia de seguir adelante con un Rocío al que se le han quitado todos los elementos tan característicos que tienen que ver con la socialización y alegría, pero que ha vuelto a sacar a la luz con más fuerza sus raíces más profundas.
Almonte es estos días punto de encuentro de rocieros. Su catedral efímera continúa erguida a las puertas de la parroquia, recordando que la Virgen sigue ahí, como lo hacen las ventanas y rejas de las viviendas de las calles por las que iba a caminar la Reina de la Marismas, engalanadas con macetas, colgaduras y palmas, respondiendo así a la llamada realizada por la Matriz.
Este año no ha habido romería, pero sí Rocío. Un rocío de Luz. ¡Viva la Reina de las Marismas!
Las hermandades han dado ejemplo y han sabido transmitir la importancia de seguir adelante con un Rocío diferente