EMPLEO Y EMPRESAS DE LA ECONOMÍA SIN CONTACTO
Los trabajadores y trabajadoras de esta nueva normalidad competimos ya con las máquinas. No es nada nuevo. Hay muchas voces que lo venían diciendo: las competencias más demandadas en un mundo cada vez más robotizado son las más humanas. Lo de ganar dinero y ofrecer los productos y servicios que necesitamos, reflexionen para qué están en el mundo y aporten valor social y ambiental desde un propósito claro que guíe su desarrollo, y garantice nuestro futuro.
Podemos llamarlo Responsabilidad Social, sostenibilidad, compromiso, visión de largo plazo, sentido colectivo, economía circular, economía regenerativa o como queramos. Sea como sea que lo denominemos, lo cierto es que ya apenas cabe ninguna duda en esta certeza: el planeta que habitamos, y también la humanidad, son muy vulnerables y para protegernos necesitamos gente consciente y emocionalmente fuerte en empresas comprometidas con el bien común. Una economía con mucho o con poco contacto, pero con propósito. Ojalá.