La hostelería reabre en una nueva fase de la desescalada en Francia
Macron celebra la vuelta de bares y restaurantes y Le Maire augura un batacazo en el PIB
Francia se levantó ayer entrada ya la segunda fase de desescalada en la que ya apenas hay restricciones de movimientos y de nuevo con bares, cafés y restaurantes abiertos, aunque en la región de París sólo pueden hacerlo las terrazas. “La reapertura de los cafés, hoteles y restaurantes marca la vuelta de los días felices”, destacó el presidente, Emmanuel Macron, que incitó a acudir de nuevo a unos establecimientos que forman parte “del espíritu francés, de nuestra cultura y de nuestro arte de vivir”.
Macron aseguró que el Estado seguirá apoyando a un sector formado por algo más de 165.000 restaurantes y cerca de 31.000 bares y cafés, que en conjunto dan trabajo a 836.000 asalariados (más de la mitad vive del turismo) y facturan 55.800 millones de euros anuales.
Su primer ministro, Edouard Philippe, reiteró que las ayudas públicas al sector se prolongarán hasta finales de año ante el “fuerte tributo” que han pagado por la crisis sanitaria y las limitaciones que sufren en sus negocios.
El ambiente en restaurantes y bares en esta primera jornada de reapertura era de relativo optimismo, también en París, aunque sólo era posible ser atendido en terraza, como disfrutó la alcaldesa, Anne Hidalgo, porque la región se encuentra en zona naranja debido a su delicada situación epidémica.
La hostelería, como la aviación y el automóvil, son algunos de los sectores más sacudidos, pero la onda de choque afecta a toda la economía, como lo dejan entrever las nuevas perspectivas oficiales comunicadas ayer por el titular de Finanzas, Bruno Le Maire, peores de lo anticipado hace sólo unas semanas. Según Le Maire, el choque va a ser “brutal”, con un hundimiento del producto interior bruto (PIB) francés del 11% este año.
Otra de las novedades de esta segunda fase en Francia –además de la reapertura parcial de los centros de Bachillerato, después de los de Primaria y Secundaria– es la desaparición del límite de 100 kilómetros en torno al domicilio para los desplazamientos, siempre que no se salga del país.
Francia mantiene sus fronteras cerradas, salvo excepciones, y Philippe confirmó la semana pasada que habrá que esperar hasta el día 15 para volver a entrar desde otros países del espacio Schengen.