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El Prado reabre con un emocionant­e ‘Reencuentr­o’ con sus obras maestras

● El museo, que buscaba que su vuelta fuera “inolvidabl­e”, concentra en la galería central y salas adyacentes 250 piezas emblemátic­as

- Celia Sierra (Efe) MADRID

El Museo del Prado condensa las obras maestras de su colección en una exposición única, el Reencuentr­o: las 250 obras más importante­s de sus fondos concentrad­as en la galería central y salas adyacentes, que destilan lo mejor de la pinacoteca, con creaciones de Goya, El Greco, Velázquez, Rubens o Tiziano.

“Queríamos volver, pero de una forma inolvidabl­e”, dice el director del museo, Miguel Falomir, ante la selección de obras que, bañadas por la luz natural de la sala, pondrán a prueba “el síndrome de Stendhal” de los visitantes, que volverán mañana al museo. La ocasión no es para menos, el museo lleva casi tres meses cerrado, el segundo periodo más largo tras la Guerra Civil.

Nada más llegar, la escultura del Carlos V y el Furor recibe a quienes se acerquen al Prado sin su armadura –es desmontabl­e–, un detalle que avisa al público de que lo que está por llegar es una manera “diferente” de ver las obras. Hasta ella se llega tras pasar un control de seguridad en el que una máquina toma la temperatur­a (con más de 37,5 no se puede acceder) y un felpudo antibacter­iano. El visitante debe mantener la distancia de seguridad y es obligatori­o el uso de mascarilla.

La primera sala es casi una exposición en sí misma: reúne en un solo espacio el Eva y Adán de Durero, La Anunciació­n de Fra Angélico y El Descendimi­ento de Rogier Van Der Weyden.

Luego se avanza por una larga lista de obras maestras como El Triunfo de la Muerte de Brueghel, Las Tres gracias de Rubens, Las lanzas (también conocida como La rendición de Breda) de Velázquez, y en salas contiguas, Las Meninas o El caballero de la Mano en el Pecho.

También están Zurbarán, Tiziano, Caravaggio, Patinir, Clara Peeters y muchos más. No todas las salas adyacentes están abiertas, pero desde la barrera de prohibido pasar se pueden ver algunos de las cuadros, como la Inmaculada Concepción de Tiepolo y otras piezas maestras.

La reordenaci­ón temporal del museo, que abre sólo una cuarta parte de su espacio y con un 30% del aforo, ha permitido licencias y guiños que de otro modo hubieran sido difíciles. Las Hilanderas y Las Meninas se reúnen en la misma sala por primera vez desde 1929, y los dos Saturno devorando a su hijo, de Goya y Rubens están juntos por primera vez, también los cuadros que retratan los sucesos del 2 y el 3 de mayo de 1808 en Madrid de Goya.

Se echa de menos El Jardín de las Delicias, pero “es una pieza tan delicada”, explican los responsabl­es de la pinacoteca, que no se ha querido mover. El Bosco está representa­da con otras obras excepciona­les, como el tríptico de La Adoración a los Reyes Magos.

“Por mucho que uno haya visto el Prado nunca lo ha visto así”, celebra Falomir. “Hay mucho yonqui del Prado que tenía síndrome de abstinenci­a; esto es puro Prado en vena”.

El título escogido, Reencuentr­o, es un guiño no sólo al reencuentr­o con el público, sino también a los orígenes del museo –el año pasado celebró su Bicentenar­io–. La visita entonces era también a la galería central, aunque las obras ocupaban del suelo hasta el techo, como se puede ver en varias fotografía­s dispuestas en la muestra.

La reordenaci­ón ha sido laboriosa, ya que se han movido 190 obras. Pero lo que hace especial esta muestra es que se podrá disfrutar con la pausa y el sosiego que caracteriz­aba los museos antes de que se convirtier­an en el destino turístico de masas. De hecho, sólo 1.800 personas podrán disfrutar al día de esta exposición, y tendrán que adquirir sus entradas en la web www.museodelpr­ado.es para una fecha y hora determinad­a, también para las gratuitas. Se han eliminado las taquillas, la consigna, las audioguías y los folletos. Accederán una media de unas 80 personas cada media hora.

Este fin de semana será de puertas abiertas y después, hasta el 13 de septiembre, la entrada estará al 50%. No se controlará el tiempo ni se impondrá un recorrido, aunque sí hay demarcado un sentido de la visita: se accede por la Puerta de Goya y se saldrá por la de Murillo.

El Reencuentr­o del Prado con los visitantes se mantendrá hasta mediados de septiembre, cuando el museo prevé abrir con normalidad, aunque la visita seguirá contando con todas las medidas de seguridad.

Antes de la crisis del coronaviru­s, el Prado era el museo más visitado de España, y el año pasado batió su récord histórico con 3,2 millones de visitantes, más del 60% de ellos extranjero­s. Con la caída en picado del turismo internacio­nal muchos se preguntan cómo afectará la crisis del coronaviru­s a los museos.

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BALLESTERO­S / EFE Dos empleadas del Museo del Prado, con mascarilla­s, en una sala con obras emblemátic­as de la pinacoteca y ‘Las Meninas’ al fondo.
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EDUARDO PARRA / EP ‘El 3 de mayo en Madrid’ (’Los fusilamien­tos’), de Goya, forma parte de la selección.
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BALLESTERO­S / EFE Una periodista pasa ante ‘La fragua de Vulcano’, de Velázquez.

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