Huelva Informacion

Colón recupera su esplendor

● El Puerto actuará en su entorno en otoño si mantiene la tutela del espacio

- Eduardo J. Sugrañes HUELVA

“Nos dijeron en el Puerto que esta era una obra distinta a todas, que aquí había que echar, además de profesiona­lidad, mucho cariño”. Ramón Chacón, de la gerencia de la empresa Díaz Cubero, viene a resumir con estas palabras lo que ha sido la restauraci­ón del Monumento a Colón de miss Whitney.

La presidenta del Puerto, Pilar Miranda, muestra en el monumento en la Punta del Sebo su satisfacci­ón por el trabajo realizado. Era la primera decisión que tomó nada más llegar a la Autoridad Portuaria y un año después es una realidad. El mejor regalo para este 90 aniversari­o celebrado en la ciudad. Una actuación que, como adelanta para Huelva Informació­n, se concluirá en dos meses con la reparación de las escalinata­s del coloso.

Para otoño se espera una intervenci­ón en el espacio urbano, como final a la actuación de la avenida Francisco Montenegro, así lo indica Ignacio Álvarez-Ossorio, director del Puerto. Siempre que puedan actuar si se mantiene la tutela del monumento y el espacio que lo rodea por la Autoridad Portuaria.

Es una visita muy especial que realizamos, antes de que se retiren los andamios la próxima semana, con la restaurado­ra del monumento, Pilar Soler, para recorrer los quince pisos y alcanzar la cota máxima de 35 metros. Detalle a detalle, conociendo cada una de las actuacione­s realizadas con tal cuidado que en algunas partes ha sido intervenid­a la piedra con un bisturí, siempre para recuperar toda la belleza tras una limpieza muy necesaria, eliminando las manchas negras de los humos y hongos adheridos a la piedra.

La intervenci­ón realizada consistió en tres fases, una primera de implantaci­ón de andamiaje adecuado para poder acceder a todos los rincones del monumento. Una segunda para estudiar los problemas que, más allá del diagnóstic­o visual realizado inicialmen­te desde el suelo, ofreciera la realidad del estado de conservaci­ón. Para ello, hizo falta una limpieza manual con cepillo no agresivo, que permitió visualizar con más detalle las lesiones. Es cuando se comprueban las enumeradas en el informe previo, pero que deja al descubiert­o la patología del monumento observando otros deterioros.

Esto dio paso a la elaboració­n del plan de actuación, consistent­e en el tratamient­o de la corrosión debido a las grapas disgregada­s que sujetan los sillares, así como las fisuras de estos. Se actuó en la perdida de mortero. Se trabajó en su solidez y en puntos concretos se intervino con varillas de vidrio y resinas. Las juntas perdidas se revisten con nuevo mortero de cal y se eliminaron aquellas armaduras externas que se encontraba­n en proceso de oxidación.

La última actuación fue la de protección del monumento con impermeabi­lizante y tratamient­o de hidrofugac­ión, para evitar que la porosidad de la piedra fósil con la que está realizado -procedente de las antiguas canteras de Niebla- se vea afectada por el agua. La reintegrac­ión de zonas perdidas en la piedra se realizó con mortero de cal y pigmentos al agua, ya que no se aconsejó la restitució­n completa de sillares, para evitar otros problemas. En las grietas donde fue necesario sellarlas se procedió a una actua

Una minuciosa restauraci­ón le devuelve el esplendor de 1929

ción en la que se deja testigo de esta intervenci­ón, para lo que hay un color distinto a las otras dos anteriores que también aparecen diferencia­das. En todos los casos impercepti­ble para la vista general del coloso, pero que deja así constancia de cada una de las intervenci­ones.

El ennegrecim­iento de la piedra que se observaba en amplios paños como en la capa o manto trasero de la efigie de Colón, bajo la cruz o en el codo, se ha podido eliminar en su totalidad. Solo quedan pequeños rastros en los que, a pesar de la actuación minuciosa con bisturí, no se pudo profundiza­r más para evitar otros daños a la piedra, pero han sido especialme­nte tratados con biosidas, paralizand­o los efectos de los hongos y evitando así la salida de otros. Queda una oscuridad propia de la piedra que se hace impercepti­ble a la vista desde el suelo.

Los sillares en mal estado tuvieron un tratamient­o muy riguroso, para ello se optó por coserlos con varillas de fibra de vidrio que se cruzan. Se descartó el uso de las de acero inoxidable porque, según los técnicos, con el tiempo siempre aparece algún problema. Ahora el criterio de la restaurado­ra y de la empresa constructo­ra ha sido la de estas varillas de fibra de vidrio que son más estables y aguantan muchas toneladas de peso.

Igualmente, se realizó una intervenci­ón en la base del suelo que pisa el pie izquierdo, que es el más avanzado y de gran superficie. Tras una leve inclinació­n se evita la retención de agua y el tratamient­o de impermeabi­lización practicado evita la acumulació­n de aguas hacia el interior, que pudiera producir humedades y posterior oxidación en las grapas de la armadura, que ampliar su volumen estallan la piedra. Un tratamient­o igual se le dio a los planos superiores de la cruz, en los puntos que así lo necesitaba­n.

La restauraci­ón se realizó con los mismos criterios en el basamento troncopira­midal, así como en los paños escultóric­os de sus esquinas.

A partir de este momento, en el que la intervenci­ón de restauraci­ón concluye, se hará necesario un seguimient­o anual de mantenimie­nto, que en los primeros años será de control visual del coloso. Mientras que en unos cinco años se hará necesaria una revisión y tratamient­o de hidrofugan­tes, para evitar los efectos que sobre la piedra realiza el hecho de que se encuentra en la desembocad­ura de los dos ríos, por una salinidad que aumenta con los vientos procedente­s del propio Océano Atlántico, que es al que mira Cristóbal Colón emulando su partida hacia América.

No hay que olvidar que aunque la actividad industrial ha descendido en la zona notablemen­te, este tratamient­o también le protegerá de la polución atmosféric­a de su entorno.

La disposició­n de los andamiajes en la cota superior ha permitido en esta restauraci­ón acercarse al rostro de Cristóbal Colón, ver todos los detalles, el magnífico trabajo realizado por los artistas canteros que trabajaron en su ejecución y levantamie­nto del mismo en 1929, adentrándo­se en las curiosidad­es de las conchenas fósiles.

Una intervenci­ón nada fácil. En un andamiaje abierto en quince pisos. En lucha con fuertes vien

Los sillares en mal estado se cosieron con varillas de fibra de vidrio cruzadas

tos y aguaceros, soportando hasta el confinamie­nto por el coronaviru­s.

Colón volverá la próxima semana a descubrir su rostro en esta desescalad­a.

Un motivo más para acercarse a la Punta del Sebo.

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JOSUÉ CORREA La presidenta del Puerto, Pilar Miranda, durante la visita.
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REPORTAJE GRÁFICO: JOSUÉ CORREA La cabeza de Colón rodeada de los andamios instalados para acceder a todo el monumento para su restauraci­ón.
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Pilar Miranda, con los técnicos de la intervenci­ón, observa un detalle de la restauraci­ón en el brazo izquierdo.
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1. La cabeza de Cristóbal Colón, en la que se aprecian los detalles de la cara, ojos, cejas, nariz y boca. 2. La piedra fósil necesita una intervenci­ón de mantenimie­nto de manera periódica. 3. La actuación en el pie izquierdo llevó consigo, además, el tratamient­o en toda la superficie que apoya para evitar la acumulació­n de aguas, para lo que se deja una leve inclinació­n. 4. El codo izquierdo tras la limpieza de la suciedad acumulada por hongos. 5. Los relieve de las esquinas. 6. La actuación se llevó a cabo reponiendo con mortero de cal las zonas necesarias, así como en las juntas. Con una tonalidad diferencia todas las intervenci­ones.
1 1. La cabeza de Cristóbal Colón, en la que se aprecian los detalles de la cara, ojos, cejas, nariz y boca. 2. La piedra fósil necesita una intervenci­ón de mantenimie­nto de manera periódica. 3. La actuación en el pie izquierdo llevó consigo, además, el tratamient­o en toda la superficie que apoya para evitar la acumulació­n de aguas, para lo que se deja una leve inclinació­n. 4. El codo izquierdo tras la limpieza de la suciedad acumulada por hongos. 5. Los relieve de las esquinas. 6. La actuación se llevó a cabo reponiendo con mortero de cal las zonas necesarias, así como en las juntas. Con una tonalidad diferencia todas las intervenci­ones.
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FOTOS: JOSUÉ CORREA 6
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