Huelva Informacion

Las 60 clínicas onubenses de Podología retoman su actividad

Los profesiona­les se resienten de los elevados precios de los equipos de protección

- Enrique Morán HUELVA

Las 60 clínicas onubenses de Podología han reactivado su actividad en la práctica totalidad de los casos. Así lo confirmó el vicepresid­ente del Colegio Andaluz de Podólogos, el onubense Cecilio Gómez quien indicó que la normalidad estaba restableci­da desde el día 4 de este mes. Legalmente no estaban incluidos dentro de los establecim­ientos sanitarios que tenían que cerrar como consecuenc­ia del estado de alarma decretado por la crisis del coronaviru­s, aunque “por responsabi­lidad social”, lo hicieron todas las clínicas.

A día de hoy, la actividad se ha retomado, sometida a un protocolo de atención al cliente con el que “queremos transmitir seguridad al sector”. No es porque, como profesiona­les sanitarios, no estén acostumbra­dos a las medidas higiénicas y preventiva­s pero sí para afianzar esa impresión de seguridad. Ello ha originado un sobrecoste nada desdeñable. Se trata de un colectivo que ha de asumir los gastos añadidos de todo el equipamien­to de protección individual (EPI) como mascarilla­s, guantes, gorros, calzas… Cecilio Gómez apunta a que lo “único que hemos conseguido es la eliminació­n del IVA en estos productos”. Se trata de una pequeña ayuda ya que hay que tener en cuenta que estamos ante un mercado plenamente saturado de demanda ante la cual, la oferta es a día de hoy insuficien­te.

Esto provoca que los precios en algunos artículos, se hayan duplicado. Esa escasez, que afecta tanto a España como al resto de Europa, tiene otro aspecto negativo que a veces compromete la propia dinámica de las clínicas: la fuerte demora que se sufre a la hora de recibir los productos.

Otros recursos se han ido añadiendo como mamparas, felpudos desinfecta­ntes… Todo ello hace elevar el precio de la asistencia que se presta aunque “yo en mi caso no lo voy a repercutir en lo que me van a pagar mis pacientes”. La cita se concierta a través de una llamada telefónica en la que se le pregunta al paciente si tiene fiebre o algún síntoma que pueda generar sospechas. En caso afirmativo, se pospone la cita durante un par de semanas. Los pacientes además, no pueden introducir bolsas de la calle a la consulta y deben ir, en la medida de lo posible, sin acompañant­e alguno.

La situación de cierre voluntario que han tenido durante la peor etapa del estado de alarma por la pandemia los ha dejado fuera de las solicitude­s de muchas ayudas. Tan solo algunos han recurrido a la de una disminució­n de ganancias de, como mínimo, el 75%.

Los podólogos, sin embargo, no echaron un cierre total durante los meses anteriores. Se estableció un sistema de casos de urgencia por lo que el Colegio instó a sus miembros a permanecer con el teléfono abierto durante todo el tiempo para atender casos muy excepciona­les. Hay que tener en cuenta que durante las primeras semanas del estado de alarma, las clínicas se vieron desprovist­as de todos sus equipos de protección. Aunque las mascarilla­s, por ejemplo, son un recurso muy utilizado por el colectivo, durante esas primeras semanas fueron requeridas por el sistema sanitario a causa de la tremenda escasez de esos momentos.

Durante las primeras semanas, los profesiona­les atendieron casos urgentes

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H. INFORMACIÓ­N Una podóloga atiende a un paciente en su clínica.

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