El Gobierno defiende que el contrato de las fragatas de EEUU no daba trabajo en España
El Ejecutivo dice que se habrían construido allí y que Navantia actuaba como socio tecnológico
El contrato de las fragatas FFG(X) no habría repercutido “de forma significativa” en el empleo en España si el consorcio en el que participaba Navantia hubiera resultado adjudicatario. El astillero italiano Fincantieri resultó finalmente el ganador del megacontrato, valorado en más de 5.000 millones de euros y que supone la construcción de diez buques para la marina estadounidense.
“Este programa hubiera supuesto para Navantia una mejora importante en el posicionamiento internacional y habría impactado positivamente en la cuenta de resultados aunque, al tratarse de una participación centrada en la transferencia de tecnología, la mayor parte del contrato era para el astillero americano para la construcción local, por lo que no hubiera afectado de forma significativa al empleo en España”, ha señalado el Gobierno en respuesta escrita a una pregunta formulada en el Congreso por el Grupo parlamentario de Vox.
El Gobierno recuerda que Navantia se asoció en 2014 con Bath Iron Works (BIW), filial de General Dynamics, que es la firma que actuaba “como licitador principal”. “En febrero de 2018, BIW fue seleccionada junto con Navantia para desarrollar el diseño conceptual, que Navantia realizó bajo contrato las actividades de ingeniería para el desarrollo conjunto de una oferta técnica que cumplía con los requisitos de la Marina de EEUU”, recuerda el Ejecutivo.
La Administración Trump acabó decantándose por la oferta presentada por Fincantieri, basada en la clase Fremm , y que tiene unidades en servicio en las marinas de Italia, Francia, Egipto y Marruecos. A ello se suma que la filial estadounidense de Fincantieri se sitúa en el estado de Wisconsin, que es vital para la reelección de Donald Trump. Hay que recordar que Trump se impuso allí en los comicios de 2016 a Hillary Clinton por apenas el 0,7% de los votos.
En España, la oposición interpreta la decisión de EEUU como una consecuencia de la retirada de la fragata Méndez Núñez del grupo de combate del portaaviones
Abraham Lincoln para no entrar en el Golfo Pérsico el año pasado, en un momento de gran tensión entre Estados Unidos e Irán. El buque de la Armada navegaba con la flotilla del portaaviones para mostrar las bondades de su diseño. De ahí que PP, Vox y Ciudadanos hayan lanzado al Gobierno una batería de preguntas en las Cortes sobre esta cuestión que el Ejecutivo está empezando a contestar ahora.