Más de dos años de cárcel para un ‘mosso’ por las cargas del 15-M
La Audiencia de Barcelona condenó a dos años y cuatro meses de cárcel y a suspensión de cargo público al inspector de los Mossos d’Esquadra Jordi Arasa por las cargas policiales en la acampada de indignados en la plaza de Cataluña el 27 de mayo de 2011. Nueve años después de unas imágenes de exceso policial que dieron la vuelta al mundo, el tribunal concluyó que no estaban “justificados en ningún caso” los golpes de porra a los “indignados” que, sentados en el suelo “en actitud absolutamente pacífica e incluso con las manos levantadas haciendo el gesto de la paz”, intentaban impedir el desalojo de la acampada.
Arasa, que en 2011 era subinspector y después fue ascendido a inspector y jefe de recursos operativos de los Mossos, ya fue condenado en 2014 por la Audiencia de Barcelona por una falta de lesiones por golpear en ese mismo desalojo al que después sería
La violencia no estaba justificada en la protesta pacífica de 2011, según el juzgado
diputado de las CUP David Fernàndez.
La Sección Tercera de la Audiencia de Barcelona condenó ahora al inspector por dos delitos de lesiones a dos manifestantes, a los que deberá indemnizar, junto a otros dos “indignados” golpeados, con un total de 1.500 euros, de los que responderá subsidiariamente la Generalitat.
La Sala concluyó que la orden de usar la fuerza en la acampada “no era necesaria, ni en abstracto ni en concreto”, puesto que los indignados “tenían una actitud pacífica absolutamente, no hubo ningún acto de violencia”.
La Audiencia zanjó una investigación que se inició en 2011 y que puso en el punto de mira a los antidisturbios de los Mossos pese a que el Govern de Artur Mas, con Felip Puig al frente de la Conselleria de Interior, cerró filas con su policía. La intervención en la acampada del 15-M se planificó junto a la Guardia Urbana como un intento de limpieza de la plaza de Cataluña ante la inminente celebración de la final de la Liga de Campeones.