Fútbol, por fin, tres meses después...
Los ‘Pactos de Viana’ marcaron el camino para que la competición pudiera retomarse
La Liga española de fútbol vuelve a los terrenos de juego sin público, al menos por ahora, después de casi tres meses de parón motivado por la pandemia, presididos por la incertidumbre por la reanudación, las negociaciones con rebajas salariales y ERTE y los acuerdos para un regreso seguro. Además, por desgracia, algunas históricas figuras de este deporte han fallecido durante este tiempo.
La segunda parte del Rayo Vallecano-Albacete, aplazada en diciembre, en la Liga SmartBank y el derbi hispalense entre el Sevilla y el Betis, en la Liga Santander, marcarán el inicio el miércoles y el jueves del regreso del fútbol profesional español para resolver, en la recta final del proceso de desescalada de la pandemia por el coronavirus del Covid-19, una temporada marcada para siempre.
Atrás quedan tres meses de parón en la competición desde que, inicialmente, el 10 de marzo la Liga de Fútbol Profesional (LFP) ordenara la celebración de los partidos sin público, medida que se vino abajo dos días después, ante la gravedad de la situación, con la suspensión de las dos siguientes jornadas y la cancelación definitiva el día 14 al aprobar el Gobierno del estado de alarma, cuando se impusieron severas medidas de restricción al movimiento de personas y la actividad económica.
En esos días ya se habían suspendido los entrenamientos colectivos y se sustituyeron por individuales, con lo que cada jugador mantuvo un mínimo de actividad tutelada en sus domicilios. Desde entonces, los clubes empezaron a negociar con sus plantillas una reducción salarial, tanto para el caso de que se retomara la competición como si ésta se suspendía totalmente, teniendo en cuenta que si se llegaba a este segundo escenario las pérdidas para las entidades se situaban en unos 678 millones de euros.
Todos los equipos de Primera cerraron antes de un mes las cláusulas para ambos supuestos, salvo el Getafe, que no contempló ninguna reducción y sólo la acometería si se suspendía la temporada. En paralelo, muchas entidades también redujeron costes mediante la aplicación de Expedientes de Regulación de Empleo (ERTE) para sus trabajadores.
El 18 de abril, días antes de que el Gobierno aprobara el proceso de desescalada por fases, LaLiga y la Federación Española, con la mediación del Consejo Superior de Deportes (CSD), alcanzaron un acuerdo para retornar a los entrenamientos y la competición, siempre dentro de las decisiones que adoptara el Ministerio de Sanidad.
Fruto de lo acordado en los Pactos de Viana, y de las reuniones que se mantuvieron con el resto de actores deportivos en el Grupo de Tareas de Impulso al Deporte, se concretó un plan de desescalada. El regreso a la normalidad dio comienzo el 5 y 6 de mayo con las tomas de muestras a las plantillas para los test PCR+anticuerpos. Hubo cinco positivos de jugadores de las dos competiciones profesionales antes de la vuelta a los entrenamientos, primero individuales desde el día 8 y en grupos, diez días después.
Tras el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de
La aplicación de los ERTE y reducciones salariales, el principal conflicto en este tiempo
que el fútbol volvería en la semana del 8 de junio, el Grupo de Contacto a tres bandas acordó el 9 de mayo retornar a la competición con el Sevilla-Betis, aunque finalmente lo hará hoy con el segundo tiempo del Rayo-Albacete, aplazado en su día tras los insultos a Zozulya.
En el nuevo calendario, las 11 jornadas que aún restan tanto a la Liga Santander como a la SmartBank se prolongarán hasta el 19 de julio, si bien en la división de plata quedará después la disputa de la fase de ascenso.
Durante estos duros meses, el fútbol español ha dicho adiós, aunque no todos por la pandemia, a figuras relevantes como el ex presidente del Real Madrid Lorenzo Sanz, los ex jugadores Goyo Benito, Joaquín Peiró, José Luis Capón, Miguel Jones y Marcelo Campanal, los técnicos Radomir Antic y Benito Joanet o el ex jugador, presentador y comentarista Michael Robinson.