Las protestas y el coronavirus ponen cuesta arriba la reelección de Trump
El movimiento generado por la muerte de George Floyd preocupa en la campaña del presidente Sólo el 38% de los estadounidenses aprueban su gestión, su peor puntuación en un año y medio
Las protestas contra la violencia racista en EEUU han reforzado la caída en las encuestas del presidente Donald Trump, pero está por verse si la energía en las calles se traduce en votos a favor de su rival en las elecciones de noviembre, Joe Biden, un aspirante que entusiasma a pocos jóvenes.
En una de las manifestaciones en Washington por la muerte del afroamericano George Floyd, un joven con mascarilla azul se paseaba en bicicleta entre la multitud con una súplica escrita en un pedazo de cartón: “Recuerden esto en noviembre”.
La pancarta resumía bien el anhelo del Partido Demócrata, que se ha apresurado a respaldar las protestas por la violencia policial que afecta a los afroamericanos, un bloque de votantes históricamente progresista pero cuya participación disminuyó en 2016 respecto a la década anterior.
Las protestas se han repetido en más de 700 ciudades y pueblos de todos los estados de EEUU, incluidas localidades mayoritariamente blancas o conservadoras, en una señal de que la ola de frustración no sólo ha movilizado a los negros, sino que ha generado un examen de conciencia entre los estadounidenses de raza caucásica.
El movimiento ha generado preocupación en la campaña de reelección de Trump, que en las últimas semanas ha visto cómo decaía su apoyo en estados clave como Arizona, Ohio, Florida y Georgia, además de entre los estadounidenses de mayor edad.
Trump comenzó 2020 con opciones considerables de imponerse en las elecciones de noviembre gracias a la expansión económica de la que disfrutaba el país, la ventaja inherente que le concede ser un presidente en ejercicio y la naturaleza del sistema electoral de EEUU, que centra la batalla en un puñado de estados clave.
Pero la llegada del coronavirus a EEUU –convertido en el país con más casos y muertes por la pandemia– y su impacto en la economía complicaron el panorama para Trump, que ahora también debe afrontar la ola de protestas.
“Con el Covid-19, el declive económico y las protestas, diría que Biden tiene un 60% de opciones de ganar”, según el profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de California en San Diego Zoltan Hajnal. Aunque las protestas han generado un debate sobre el racismo que podría influir en el resultado electoral, Hajnal cree que ese impacto será probablemente “marginal” a no ser que las manifestaciones duren “bastante tiempo”, porque aún quedan cinco meses para los comicios del 3 de noviembre. “Estas elecciones están todavía en el aire”, subrayó.
Según una encuesta publicada esta semana por la CNN, sólo el 38% de los estadounidenses aprueba la gestión de Trump, su peor puntuación en un año y medio, y un porcentaje similar al que registraron en este punto de su mandato Jimmy Carter y George H.W. Bush, que perdieron sus campañas de reelección.
La estrategia de Trump para hacer frente a ese dato y a las protestas ha consistido en rescatar el lema de “ley y orden” de su campaña de 2016, que también usaron los ex presidentes Richard Nixon y Ronald Reagan y que funciona bien entre el 30% de votantes que le respalda incondicionalmente.
No obstante, dado que su victoria en 2016 fue muy ajustada, Trump necesita movilizar a una coalición más amplia, y es difícil que ese eslogan férreo y sin matices consiga hacerlo en el contexto actual: al contrario, “podría desviar al campo demócrata a muchos votantes moderados o independientes”, según Hajnal.
La esperanza de la campaña de Biden es que el movimiento espoleado por la muerte de Floyd convenza de acudir a las urnas a los jóvenes que inundan las calles y a los afroamericanos.
Pero Biden apenas despierta entusiasmo entre los votantes de 18 a 29 años, que respaldaron mayoritariamente en las primarias a su principal rival, el senador progresista Bernie Sanders.
En cuanto a los afroamericanos, a muchos les preocupa el pasado de Biden como autor de una ley contra el crimen de 1994 que contribuyó a reforzar el problema actual de encarcelamiento masivo en EEUU, que afecta de forma desproporcionada a negros y latinos.
“No creo que la campaña de Biden esté en una posición tan buena como creen respecto a los votantes negros”, afirmó a Efe el presidente en Nueva York de Black Lives Matter (las vidas negras importan, BLM), Hawk Newsome.
En 2016, Newsome decidió no votar porque Hillary Clinton “no hizo nada” que le “inspirara”, pero cree que esta vez sí se pronunciará porque no puede soportar “la idea de cuatro años más de Trump”.
Sin embargo, cree que Biden “no ha aceptado una plataforma que apele a la gente negra” y, aunque quiere que elija a una afroamericana para la vicepresidencia, cree que quienes apoyan el movimiento BLM no verían con buenos ojos la selección de la senadora Kamala Harris por su historial controvertido como fiscal en California.
“Mucha gente sabe que (Biden) ha actuado en contra de los negros en el pasado, así que tendrán que elegir entre el menor de dos males”, resumió Newsome.
Esa falta de entusiasmo por Biden puede repercutir en una menor participación que, si se produce en estados clave y no se compensa con la movilización de otros grupos, podría favorecer a Trump.
La expansión económica de la que gozaba el país en enero se desvaneció con el Covid-19