Huelva Informacion

Joaquín de Bélgica apelará la multa por saltarse el confinamie­nto

● El sobrino del rey Felipe de los belgas estudia recurrir la sanción de 10.400 euros por hacer una fiesta en Córdoba

- F. Díaz

El príncipe Joaquín ha puesto a la casa real belga en el foco mediático, y no precisamen­te para bien. Desde luego su viaje a España en plena cuarentena le va a salir muy caro en todos los sentidos, moral y económicam­ente. De momento tendrá que pagar una multa de 10.400 euros a la Justicia española por “romper el confinamie­nto” durante su viaje a España, donde acudió a dos fiestas. Por si fuera poco a su tío, el rey Felipe de los belgas, le han llovido también las críticas por extensión.

Con todo parece que los abogados de Joaquín de Bélgica, del bufete de Mariano Aguayo, no descartan presentar alegacione­s cuando reciban el expediente y para ello tienen un plazo de 15 días.

Joaquín, tercero de los cinco hijos de Lorenzo de Austria-Este, príncipe de Bélgica desde 1995 y archiduque de Austria-Este desde 1996, y la princesa Astrid de Bélgica, tiene 28 años y vive en España desde hace años. A finales de mayo el príncipe tomó un vuelo desde Bruselas a Madrid y desde allí subió a un AVE directo a Córdoba. Allí le esperaba su novia, Victoria Ortiz

Martínez-Sagrera, con la que lleva seis años de relación. El reencuentr­o habría tenido que demorarse al menos dos semanas más para cumplir con la normativa del estado de alarma en España impuesta para visitantes procedente­s del extranjero a nuestro país.

La Justicia ha hablado y tendrá que abonar esta cuantía por saltarse las medidas de cuarentena que regían en esos momentos en nuestro país, según la subdelegac­ión del Gobierno en Córdoba. En concreto, en el expediente figura la san

ción por “romper el confinamie­nto”. A su llegada tendría que haber guardado los 14 días preceptivo­s de aislamient­o, cosa que no hizo pues acto seguido acudió a un par de fiestas en la ciudad en la que se reunieron más de 15 personas a la vez, el número establecid­o por la ley. El joven comenzó a sentirse mal y, tras someterse a la prueba correspond­iente, dio positivo en coronaviru­s.

Joaquín es sobrino del rey Felipe de Bélgica, y por tanto nieto de los reyes eméritos Alberto y Paola de

Bélgica. El joven ocupa actualment­e la décima posición en la línea de sucesión al trono de los belgas. La visita de Joaquín a España provocó una gran polémica en ambos países por la falta de responsabi­lidad del príncipe. Todo ello motivó que él mismo emitiera un comunicado pidiendo perdón: “Me disculpo por no haber respectado las medidas de cuarentena durante mi viaje. En estos momentos difíciles, no deseo ofender a nadie. Lamento profundame­nte mis acciones y aceptaré las consecuenc­ias”, sostuvo.

Aunque al principio justificó este viaje por motivos laborales (supuestame­nte unas prácticas empresaria­les), después trascendió que había venido a un par de celebracio­nes. En el informe policial Joaquín declaró que había estado en dos reuniones, una en una finca de Hornachuel­os y otra en una vivienda de Córdoba en el barrio de El Brillante, con doce y quince personas respectiva­mente, sin contar a los niños presentes. La primera de ellas habría sido el cumpleaños de su novia, el pasado 25 de mayo. La segunda fiesta habría sido por el mismo motivo pero citando a los amigos de la pareja. En las cifras hay ciertas discordanc­ias, ya que la Junta de Andalucía proclama que en el domicilio cordobés llegaron a juntarse hasta 27 invitados.

 ?? EFE ?? Primer plano del príncipe Joaquín de Bélgica. A la derecha, el joven con su abuela, la reina Fabiola, en una celebració­n familiar.
EFE Primer plano del príncipe Joaquín de Bélgica. A la derecha, el joven con su abuela, la reina Fabiola, en una celebració­n familiar.
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