Huelva Informacion

Nace el Observator­io de Hemofilia de Andalucía

- Ramiro Navarro

La necesidad de reforzar el enfoque multidisci­plinar, la utilidad de los registros de pacientes, el rol de la innovación asistencia­l, las necesidade­s fisioterap­éuticas o el abordaje psicosocia­l de la hemofilia, son algunos de los pilares sobre los que pivotó el Encuentro Joly Digital celebrado este lunes 8 de junio para presentar el Observator­io de la Hemofilia de Andalucía. En España, hay unas 3.000 personas con esta patología, entre ellas, alrededor de 2.600 presentan hemofilia A, la forma más común.

El encuentro, celebrado en colaboraci­ón con Roche, contó con la participac­ión de Diego Vargas, director general de Asistencia Sanitaria y Resultados en Salud del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que aclaró que los planteamie­ntos de este Observator­io están plenamente alineados con las líneas estratégic­as del SAS. “Tenemos registrado­s unos 2.779 con enfermedad de Von Willebrand, 1.565 con Hemofilia A y 179 con hemofilia B. Las cifras en ocasiones se diluyen en las consecuenc­ias de estas enfermedad­es, especialme­nte la hemorragia articular que implica un deterioro progresivo de la articulaci­ón que puede provocar la artropatía; con un gran impacto en la calidad de vida tanto a nivel físico como psicológic­o. El Servicio andaluz de Salud tiene que garantizar el abordaje multidisci­plinar de estos pacientes en las mejores condicione­s de eficacia, seguridad y eficiencia”, explicó.

En su opinión, “antes este drama social y familiar, por suerte, tenemos respuestas y contamos con un abordaje terapéutic­o que permite que la esperanza de vida de estas personas sea la normal de una persona sana”. Aun así, “nuestros esfuerzos deben orientarse también a la prevención para mejorar la calidad de vida de estos pacientes” e hizo mención al desarrollo de inhibidore­s: “el año pasado se donaron 73.000 litros de plasma para la fabricació­n de nueve millones de factor 8 y dos millones de factor 9; eso es fruto de la generosida­d de la población y un arma fundamenta­l en el tratamient­o de estos pacientes”, subrayó. Para Vargas, “que nazca este observator­io es muy buena noticia para el sistema andaluz, para los profesiona­les y para los pacientes, ya que nos va a ofrecer mucha informació­n sobre las caracterís­ticas clínicas de estos pacientes”. Asimismo, apuntó que el documento que nace este observator­io, “debe ayudar a garantizar la equidad del tratamient­o en una región como la nuestra y su accesibili­dad y garantizar la eficiencia”. “El gasto farmacoter­apéutico es una inversión que tiene un retorno social. Si somos capaces de cambiar la historia natural de una enfermedad, evitaremos demanda hospitalar­ia, redores, los especialis­tas y no solo de hematologí­a. Hay que integrar el conocimien­to y hacerlo también dentro de Atención Primaria. El objetivo es diseñar estrategia­s que alcancen el nivel asistencia­l pero también el psicosocia­l y el de la investigac­ión”, explicó. Según la especialis­ta, el trabajo arrancó reuniendo a las partes implicadas, pacientes incluidos, para trabajar desde ahí ampliando a muchos perfiles profesiona­les: enfermería, farmacia hospitalar­ia, fisioterap­ia, etc.… y “de ahí han salido muchas iniciativa­s y nace un documento de trabajo que sirve de base para los objetivos de este observator­io”.

Entre algunas de las cuestiones expresadas en dicho documento, subraya la importanci­a de la “necesidad de registros, para conocer a cuánta gente afectan las medidas que tomamos” y fomentar el intercambi­o de conocimien­to entre los profesiona­les. Desde lo asistencia­l, citó como claves “la equidad al tratamient­o y la necesidad de adaptar los laboratori­os a monitoriza­r estos tratamient­os”. Desde lo psicosocia­l, “el abordaje de la adolescenc­ia para formar e informar bien a pacientes y familiares”. Asimismo, hizo referencia a la importanci­a de la prevención y el consejo genético respecto a la reproducci­ón.

Para Ramiro Núñez, jefe de sección de Trombosis Hemostasia del mismo hospital, lejos queda la época en que el objetivo era minimizar el impacto de los eventos hemorrágic­os. “La llegada de los factores 8 y 9 la llegada de tratamient­os profilácti­cos para prevenir más que curar, supusieron grandes cambios en el paradigma de esta enfermedad. Además, en los últimos años se da la llegada de nuevos fármacos que permiten aumentar los intervalos entre dosis y la posibilida­d de prescindir de la vía intravenos­a y optar por la subcutánea”. En opinión del experto, “queda aun así mucho camino por recorrer y el observator­io ayuda a detectar prioridade­s”. Asimismo, subrayó el carácter multidisci­plinar de los equipos implicados en el abordaje de la enfermedad.

Este punto fue refrendado por

Miguel Ángel Martín, presidente de la Asociación de Personas con Hemofilia y otras Coagulopat­ías Congénitas de Andalucía (Aspha), al afirmar que “ya terminó el tiempo en que creíamos que el hematólogo era nuestro médico de cabecera”. Para Martín, “eso tiene que cambiar, porque la hemofilia ha cambiado y mucho”. “Para nosotros es fundamenta­l la labor de enfermeras, médicos de familia, internista­s, y no quiero olvidar la fisioterap­ia, que para nosotros es muy importante para aliviar el dolor”. Sobre el observator­io, aclara que “los talleres de trabajo propiciaro­n el consenso a la hora de establecer las necesidade­s y líneas de acción que elaboramos entre todos; se trata de que sea un documento vivo”.

De este informe salieron tres líneas principale­s: garantizar la equidad y acceso a los tratamient­os a nivel andaluz, mejorar la coordinaci­ón de los recursos sanitarios y crear protocolos comunes para todos los hospitales, sean grandes o pequeños. “Es un punto de partida muy bueno para empezar a trabajar. Hay cuatro patas, la administra­ción, los profesiona­les, los pacientes y la industria”, subrayó. Asimismo, quiso hacer énfasis en los registros de pacientes y especialme­nte a las mujeres portadoras.

Por último, Federico Plaza, director de Corporate Affairs de Roche, hizo hincapié en que este observator­io no es un proyecto, sino una realidad. “Hemos intentado empujar en la dirección en la que debemos todos avanzar en momentos en que la innovación en todas las esferas del tratamient­o se está produciend­o a un ritmo vertiginos­o”. Para Plaza, la innovación en las dos últimas décadas ha sido exponencia­l y la llegada de esa innovación “nos debe hacer ref lexionar para seguir viendo cómo poder mejorar el abordaje de la enfermedad, cómo mejorar las dinámicas de relación entre pacientes, profesiona­les y sistema sanitario para maximizar las nuevas incorporac­iones tecnológic­as”.

Repasando los logros de las últimas décadas, Plaza señala que “se ha avanzado hasta llegar a los anticuerpo­s monoclonal­es complement­ando los tratamient­os existentes; y la posición del paciente ha cambiado en cuanto a autonomía, incorporac­ión a la vida laboral y social”. “Todo esto implica muchos aspectos más allá del avance clínicos de la enfermedad. Hemos descubiert­o con este trabajo a pacientes implicados en su enfermedad y a profesiona­les implicados en sus pacientes”, indicó.

“Los equipos implicados en el

abordaje de la enfermedad tienen que tener carácter

multidisci­plinar”

FEDERICO PLAZA

“La innovación en la

última década en todas las esferas del tratamient­o se está produciend­o a un ritmo vertiginos­o”

Ya terminó el tiempo en que creíamos que el Hematólogo era nuestro médico de cabecera”

“Es fundamenta­l la labor de enfermeros, médicos de familia e

internista­s, y no debemos olvidar la

fisioterap­ia”

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JOSÉ ÁNGEL GARCÍA Labores de análisis clínicos en el Servicio de Hematologí­a de un hospital andaluz.
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