El peligro sigue ahí
El confinamiento en las viviendas impuesto a la población como medida preventiva frente al contagio del coronavirus, que ha limitado nuestra libertad de movimiento y reunión de manera drástica en pro del interés general, se va disipando conforme pasan las semanas y disminuye la catástrofe sanitaria. Ahora bien, ello no significa pasar a un estadio de alborozo en el que la prudencia quede desplazada por la distracción e imprudencia social, porque el peligro continúa vivo y el riesgo de cagarla también. Alejandro Prieto