La Alhambra, lista para abrir mañana
● Cinco asociaciones de profesionales protagonizan una bienvenida simbólica al turismo en el Alcázar de Sevilla con el fin de enviar un mensaje de destino seguro al mundo
La Alhambra, que abrirá sus puertas al público mañana, contará con una nueva señalización, que guiará al visitante por el conjunto monumental y estrenará un nuevo sistema de acceso para ganar en transparencia y seguridad. Este nuevo sistema permitirá al visitante entrar al monumento mediante la simple lectura de su documentación identificativa y personal (DNI o pasaporte), aunque deberá siempre llevar la entrada con el código QR en formato físico o digital. Durante los tres meses que la Alhambra ha permanecido cerrada al público el Patronato ha realizado una veintena de actuaciones en el conjunto monumental.
Sevilla festejó ayer su reencuentro con la cultura y el patrimonio. Y quienes mejor lo conocen, los guías oficiales de turismo, no quisieron faltar a la cita en la reapertura del monumento más emblemático y visitado, el Alcázar, que abrió ayer sus puertas. A las 09:30 decenas de profesionales de este sector se concentraron ante la Puerta del León, el único acceso habilitado para la entrada en esta nueva era post-Covid que ha alterado el itinerario, los espacios y la forma de pasear por este palacio y sus jardines.
Carteles en mano, como si de una performance se tratase, miembros de las cinco asociaciones de guías turísticos que existen en Sevilla y que agrupan a 170 profesionales tuvieron un gesto simbólico de bienvenida para animar al público a visitar los espacios y monumentos de la ciudad y transmitir un mensaje de seguridad. Una confianza clave para que el visitante rompa las barreras del miedo y se reconcilie con el turismo. “Es fundamental vencer ese temor, los guías seremos los últimos en recuperarnos en el sector pero probablemente los primeros que podremos empezar a hacer cosas en la calle”, explica Isabel Puerto, representante de la mesa de guías de Sevilla.
Y ya están preparados para dar un paso adelante. “Estamos locos por salir”, confiesa Manuel Serrano, otro de los integrantes de la mesa que representa a un colectivo que también ayer, con orden y sin alboroto, reivindicó su papel y reclamó medidas para eliminar el intrusismo. “Queremos consumidores responsables, lo mismo que miramos las etiquetas para ver si un producto es sano o si nos están dando lo que compramos, también deberíamos mirarlas cuando contratamos ser vicios turísticos”, explica Puerto.
El confinamiento y la crisis del Covid-19 ha puesto en una situación muy complicada a los guías turísticos que han pasado a tener cero ingresos. Aunque inicialmente el trámite no fue rápido, todos han logrado ya, a través de mutuas, cobrar una prestación por falta de actividad que ronda los 600 euros. Una ayuda que terminará el 1 de julio y que necesitarán ampliar al menos hasta septiembre, convencidos de que el volumen de trabajo que recibirán en verano será escaso. La mayoría de los guías oficiales son autónomos que han seguido pagando su cuota.
Este colectivo depende en gran medida de la conectividad aérea, sus clientes son el público extranjero en un alto porcentaje. No obstante, no minusvaloran para nada a un turista local y nacional con el que quieren ya empezar a trabajar. “El sevillano ama la ciudad y basta con promover algún producto nuevo para que se echen a la calle”, asegura Serrano.
La crisis tiene su lado negativo, pero también algunos puntos positivos. Los guías oficiales, que por primera vez se han unido, tienen la oportunidad ahora de di
señar sus propios productos, pues habitualmente tienen una función muy limitada al depender de las agencias de viajes. No esconden el vértigo, pero tampoco la ilusión por poder crear nuevas rutas, por ejemplo.
En este sentido, la mesa ha presentado un proyecto dentro del Plan 8 de impulso del turismo que promueve el Ayuntamiento de Sevilla y que aporta cinco propuestas distintas para diversificar y repartir los f lujos de visitantes por un área más extensa de la ciudad. Así se contempla, por ejemplo, el Parque de María Luisa, Triana, la calle Feria y la zona norte del centro o se incluye San Bartolomé junto al Barrio de Santa Cruz. Itinerarios pensados para grupos reducidos de un máximo de 20 personas. Una mayor dispersión que ayudará evitar las masificaciones y concentraciones en el entorno de Mateos Gago, según comenta Cristina González, otra de las representantes de la mesa de los guías y que apunta, por ejemplo, las posibilidades que ofrece la casa natal de Velázquez, que ya está en obras y se convertirá en un centro de interpretación de la vida, la obra y el tiempo del pintor.
Sobran ideas y faltan turistas para ponerlas en macha. No necesitan inversión, más que una mascarilla y un bote de gel y mantener las distancias de seguridad y los protocolos establecidos en los espacios cerrados que puedan visitarse. “Todavía hay un miedo que superar en recintos que no sean al aire libre y por ello también hemos pensado en visitas rotatorias para ir promocionando ciertos monumentos sin necesidad de entrar en ellos”, apunta Serrano, portavoz de un sector que trabaja “en las trincheras” y con la transversalidad como bandera.
La crisis reduce a cero sus ingresos e incentiva productos alternativos que lanzarán en breve