Nadie se marcha contento del Villamarín con el desenlace
El Betis y el Granada empataron 2-2 un partido en el que tres de los goles llegaron en la recta final. Soldado, en el tiempo añadido, hizo estéril la remontada de los verdiblancos, con lo que se mantienen las dudas sobre el futuro del técnico local, Joan Francesc Ferrer Rubi.
El 2-2 deja al Betis con muy pocas opciones de luchar por Europa y frena al Granada en esas mismas aspiraciones tras un choque en el que Carlos Fernández adelantó a los granadinos en la primera mitad, aunque en el tramo final Canales, de penalti, y Tello le dieron la vuelta al partido hasta que Soldado devolvió las tablas al marcador.
En el primer partido a puerta cerrada en el Villamarín, sin el aliento para los locales de sus más de 50.000 socios, se medían dos equipos en situaciones opuestas, con el Betis obligado a resarcirse de su penosa imagen ante el Sevilla y su entrenador Rubi muy cuestionado, y el Granada en alza y soñando con puestos europeos.
La cita, crucial para el futuro del técnico catalán y para las lejanas opciones verdiblancas de luchar por Europa, comenzó con los de Diego Martínez muy serios y presionando arriba. La buena presión del Granada, un equipo superdisciplinado y en el que trabajan todos, nubló las ideas del Betis, que no supo desarbolar el organizado sistema rival.
Los visitantes golpearon primero con un gol de Carlos Fernández, cedido en el Granada por el Sevilla, al filo de la media hora. A partir de ahí, los verdiblancos, sin el ritmo adecuado y atenazados, atrapados en su propia impotencia, buscaron reaccionar, pero les faltó la determinación y la profundidad.
El Betis tuvo el mérito de mantener la fe, lo que le dio sus frutos a 5 minutos del final al empatar Canales, tras convertir un penalti por agarrón de la camiseta de Borja Iglesias por parte de Vallejo. El Betis tiró de orgullo para lograr la remontada, pero fue incapaz de mantenerla al final.