La viuda de Carlos Falcó abandona la casa familiar
Desde que falleció el marqués de Griñón el pasado 20 de marzo, su viuda, Esther Doña, ha permanecido en la casa que compartía con él, el palacio El Rincón, situado en la Aldea del Fresno, al suroeste de Madrid. Allí ha pasado el covid-19 (que ella también contrajo), la cuarentena, el confinamiento y ahora, que ya se permite viajar, ha abandonado la finca familiar. Lo que no se sabe es si lo ha hecho por su propia voluntad u obligada por las circunstancias, ya que Carlos Falcó, al parecer ha dejado bastantes deudas y sus hijos han tenido que afrontarlas vendiendo algunas de sus propiedades, entre ellas la propia vivienda de El Rincón.
Según publica la revista ¡Hola!, Esther se ha mudado al piso que tenía en Mahadahonda, una de las zonas más exclusivas de Madrid, en compañía de su perrito, un bichón maltés que precisamente le regaló el marqués de Griñón durante unas navidades. El citado medio apunta que Esther ha abandonado el palacio que compartió con Falcó durante tres años por decisión propia y no ha consultado su parecer a los
hijos de él. Si bien es cierto que el primogénito del marqués y su principal heredero, Manuel, ha puesto a la venta la finca, valorada en cinco millones de euros, y el escenario elegido para celebrar la boda del marqués y Doña en 2017.
Esther Doña llegó a la vida del marqués de Griñón en septiembre del año 2015 y desde el principio sus hijos se opusieron a la relación. A pesar de la diferencia de edad –les separaban 40 años–, eso no resultó un impedimento para su amor y se dieron el ‘sí quiero’ el 22 de julio de 2017, ceremonia a la que no asistieron ninguno de sus hijos, ni siquiera su favorita y la heredera del título del marquesado de Griñón, Tamara.