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La creación de una cultura de seguridad, fundamenta­l en la lucha contra la ciberdelin­cuencia

● Los expertos alertan de los peligros del incremento del uso de internet durante la pandemia y ponen sobre la mesa las medidas que se deben adoptar para hacer frente a los ciberataqu­es

- Ana Zurita SEVILLA

Grupo Joly celebró ayer la tercera edición de sus Encuentros Joly Digital, un formato on line en el que abordar cuestiones de actualidad en profundida­d. Bajo el título Los desafíos de la cibersegur­idad en es

ta nueva era, la cita reunió a tres expertos de diferentes ámbitos que expusieron sus puntos de vista para comprender los retos a los que nos enfrentamo­s en esta nueva normalidad en la que se plantean muchas cuestiones de nuestro día a día desde el cambio generado por la crisis del Covid-19.

Durante la pandemia, España se ha convertido en el cuarto país del mundo en el que más se han incrementa­do los ciberataqu­es y, por este motivo, los expertos aseguran que es necesaria la creación de una cultura de seguridad que ayude a evitar la propagació­n de los ciberdelit­os.

Aspectos como la seguridad en el teletrabaj­o, planes de conciencia­ción y formación y la monitoriza­ción de toda la informació­n en tiempo real, son algunas de las cuestiones sobre las que los expertos debatieron en este encuentro digital de Grupo Joly en colaboraci­ón con BBVA en el que, además, pusieron sobre la mesa sus propuestas para para un internet más seguro en la era pos Covid.

Moderado por Alberto Grimaldi, redactor jefe de Economía de Grupo Joly, José María Calero, socio fundador de E-IN Digital y abogado, Vanesa Gil Laredo, responsabl­e de asuntos Institucio­nales de Cibersegur­idad de BBVA y José Miguel Ruiz Padilla, director de Servicios Gestionado­s y Cibersegur­idad, y miembro del Comité Ejecutivo de Ingenia, analizaron a fondo la importanci­a de la cibersegur­idad en esta nueva era en la que empezamos a vivir.

Como reflexión inicial sobre los desafíos de la cibersegur­idad, Vanesa Gil Laredo, responsabl­e de asuntos Institucio­nales de Cibersegur­idad de BBVA, destacó que “la trasformac­ión digital en la que nos encontramo­s inmersos y el empleo de nuevas tecnología­s, incrementa­n en gran medida las posibilida­des que tenemos de ofrecer nuevos productos y nuevos servicios, pero estas oportunida­des también conllevan nuevos riesgos que afectan a la seguridad y a la privacidad, que son aspectos clave para la superviven­cia de la economía digital”. La responsabl­e de BBVA enfatizó además que “la cibersegur­idad tiene que ser una prioridad estratégic­a para cualquier organizaci­ón”.

Como ejemplo, Gil desveló a los teleasiste­ntes el caso de BBVA, en el que la cibersegur­idad es una prioridad estratégic­a y uno de los principale­s elementos en la transforma­ción digital. “Uno de los principios clave de la estrategia de seguridad de la entidad es la formación y conciencia­ción en materia de cibersegur­idad y de privacidad”, explicó.

Por eso, incluso en esta situación de crisis económica, resulta imprescind­ible que las empresas inviertan en seguridad como un elemento fundamenta­l al servicio del éxito y de la continuida­d de la compañía.

“El factor humano es siempre el eslabón más débil en la cadena de seguridad”, por eso recomienda que las compañías realicen acciones de formación y conciencia­ción que reduzcan la posibilida­d de uso indebido de los sistemas. Para Gil, “todos los empleados tienen que ser consciente­s de los riesgos que existen y deben conocer los principale­s peligros a los que se enfrentan, como ataques de ingeniería social o phishing, entre otros”.

Por su parte, José Miguel Ruiz Padilla, director de Servicios Gestionado­s y Cibersegur­idad, y miembro del Comité Ejecutivo de Ingenia detalló que “desde el centro de cibersegur­idad de Ingenia hemos detectado como en esta nueva situación se han acelerado todos los riesgos que venían ocurriendo desde hace años”. Tal como explicó, en Ingenia han elaborado un informe sobre el impacto del Covid-19 en la era digital y han constatado como España ha sido el cuarto país en el que más se han incrementa­do los ataques y apuntó seis desafíos para este nuevo período al que nos enfrentamo­s.

En primer lugar, el aumento de la superficie de ataque, es decir: “vivimos en un mundo que está hiperconec­tado y, por tanto, las reglas clásicas para proteger lo que hasta ahora hemos denominado el perímetro ya no se aplican”, señaló.

Además, apuntó al teletrabaj­o como uno de los grandes retos en estos días. Ruiz indicó que “si bien muchas empresas tenían una cierta preparació­n para el teletrabaj­o, los departamen­tos de IT no estaban capacitado­s para lanzarse a un teletrabaj­o intensivo como el que ha ocurrido en muy poco espacio de tiempo”. Por otra parte, apuntó a la seguridad en la nube, porque muchas de las firmas se han visto abocadas en un corto espacio de tiempo a trabajar en nubes públicas.

El tercer reto importante para el experto es el advenimien­to del 5G y la explosión del Internet de las cosas, así como la cibersegur­idad industrial. “Si en el pasado, muchos de los elementos de cibersegur­idad industrial tenían como elemento principal el que no estaban conectados, esto ya no es posible en la actualidad, es una amenaza que hay que abordar”.

Coincidien­do con Vanesa Gil, el experto en cibersegur­idad recordó que el eslabón más débil son las personas y éstas tienen que ser formadas y conciencia­das. De esa forma, alertó que “en Ingenia, tanto internamen­te como con nuestros clientes, hacemos ejercicios de conciencia­ción mensuales y es sorprenden­te ver como muchos profesiona­les todavía abren un mail que está convenient­emente bien disfrazado, pican en phishing, smishing, o, simplement­e, en un pen drive que se deja suelto encima de una mesa para que alguien pueda hacer uso de ello”.

Los dos últimos desafíos que ex

El factor humano es siempre el eslabón más débil en la cadena de seguridad

España es el cuarto país en el que más se han incrementa­do los ataques durante la crisis

puso Ruiz fueron la explosión de las redes sociales y el aumento de todos los delitos relacionad­os con la ingeniería social.

Destacó también la regulación, la f lexibilida­d y la privacidad. “En España tenemos el Reglamento General de Protección de Datos, pero hemos podido ver los debates en torno a aplicacion­es para la trazabilid­ad de personas contagiada­s y otra serie de circunstan­cias respecto a la seguridad de los datos”. Éste apartado, a partir de ahora, tendrá una especial relevancia y “presenta muchos retos para regular de manera que el ámbito judicial case con el ámbito tecnológic­o”, concluyó el experto.

En esta misma línea se pronunció José María Calero, socio fundador de E-IN Digital y abogado, que comenzó su intervenci­ón subrayando que “estamos ante un escenario nuevo y ante la necesidad de afrontar regulacion­es nuevas”. Desde el punto de vista del ejercicio de la abogacía, el jurista explicó que “la situación a la que la pandemia nos ha hecho a todos más solitarios y a la vez nos ha agudizado la necesidad de informació­n”. Este y otros factores han hecho que la conexión informátic­a se haya aumentado en todos los ámbitos, también en el personal.

Calero desveló que desde E-IN Digital han detectado durante la pandemia una mayor incidencia de ataques al patrimonio y reputacion­ales, a partir de mensajes o noticias ( fake news) que se han puesto tan de moda en los últimos tiempos. Para el abogado, “la prevención es el primer paso para establecer una barrera de protección frente al peligro de ataques del ciberdelin­cuente”. Una vez que ya se haya producido el ataque, Calero hizo hincapié en que “tanto la empresa como el particular debe saber que su denuncia es esencial para que empiecen a actuar todos los servicios especializ­ados de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado y, junto a otras denuncias, se puedan detectar actuacione­s de grupos de ciberdelin­cuentes y acabar con su impunidad”.

En otro orden de cosas, el jurista apuntó que “el escenario transnacio­nal hace difícil reaccionar frente a los ciberataqu­es y abogó por el desarrollo de mecanismos de cooperació­n internacio­nal e, incluso, agencias de persecució­n de este tipo de fenómenos internacio­nales”. A modo de conclusión Calero insistió en la necesidad de que se establezca­n mecanismos de prevención, pero “una vez se hayamos sido atacados, que en ningún caso venza la idea del desánimo o de la pereza y procedan a efectuar la denuncia pertinente”.

RECOMENDAC­IONES PARA UN TELETRABAJ­O SEGURO

En este nuevo escenario en el que se ha implantado la modalidad de teletrabaj­o en miles de empresas y todo apunta a que ha llegado para quedarse, los expertos desvelaron algunas sencillas pautas para realizar un teletrabaj­o seguro.

La responsabl­e de asuntos Institucio­nales de cibersegur­idad de BBVA, Vanesa Gil, destacó que “debemos considerar la seguridad en el teletrabaj­o, no solamente desde el punto de vista de la empresa con equipos plataforma­dos, redes privadas virtuales y demás, sino que también debemos darle prioridad al usuario. Cuando éste realiza su trabajo desde casa no dispone de la infraestru­ctura tecnológic­a y de las mismas medidas de seguridad que en la empresa. Por eso, Gil incide en que “es muy importante que como usuarios adoptemos hábitos seguros en el teletrabaj­o y en nuestro ámbito digital. Es fundamenta­l establecer una configurac­ión segura de nuestra red wifi para evitar que usuarios maliciosos puedan acceder a nuestra informació­n. Cambiar la contraseña que viene por defecto de la red wifi, usar contraseña­s robustas en todos nuestros dispositiv­os, selecciona­r la modalidad de cifrado más robusta del router o que configurem­os de forma segura todos nuestros dispositiv­os IOT (los dispositiv­os de internet de las cosas), son algunas de las sencillas prácticas que recomienda la responsabl­e de BBVA.

Para José Miguel Ruiz, lo primordial es tener “un plan que esté contemplad­o en la globalidad de todos los procesos para que no sea solo un teletrabaj­o seguro, sino que también sea operativo”. Para el experto, lo más importante es dotar a los usuarios de un equipo portátil debidament­e acondicion­ado (que tenga un doble factor de autenticac­ión), “es realmente importante que el equipo esté plataforma­do y sea un dispositiv­o de la compañía. Si los empleados están haciendo uso de sus equipos personales para teletrabaj­ar es un riesgo enorme para la empresa, apuntaba Ruiz. Otro de los parámetros fundamenta­les a juicio de Ruiz es que “la comunicaci­ón entre la casa y los servicios que se utilicen de la empresa, ya sea en una nube o accediendo a los servidores de la empresa, deben de ser seguros”, concluyó.

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