Juana, la abuela de ‘MasterChef’, dice adiós por un endiablado postre
El exceso de estrategia del mallorquín José María terminó siendo fatal en la eliminación este lunes de Juana en MasterChef, en La 1. La segoviana quedó encuadrada, vía subasta de minutos (muchos minutos) en el grupo de los halconesgallos que cayó con estrépito entre egos y tejemanejes malandrines. José María, que se salvaba por su pin de inmunidad, dejó al filo de la navaja al plástico Andy y al honesto de Iván.
La portera septuagenaria se marcó un Lomana en la prueba previa de la noche. Se vino abajo entre la comanda interminable de pedidos, que si unas palomitas, que si un teriyaki, que si guacamole, que si un mini-cachopo... Y le dio un soponcio de cansancio. Fue la profecía de su eliminación. El jurado, con Flo poniéndose como el quico, había sido atento con Juana (es natural tratándose de una mujer mayor) pero desmerecía por la exigencia melindrosa hacia los demás. En las redes se iba creando una creciente comunidad que deseaba lo peor para la de Segovia.
En la prueba eliminatoria se debía elaborar un postre de la casa de los Roca, una rosa de gelatinas, nata y bizcocho delicado que era un desafío enrevesado. Andy lo superó por los pelos y el gallego Iván, que perfila su aspiración favorito, se detuvo en las medidas para alcanzar un parecido razonable con el endiablado postre.
Juana estaba condenada, aunque por un momento pareció que el jurado le iba a regalar la clasificación ante el sobrado Andy. Las lágrimas fueron el epílogo de “su segunda juventud”, tal como calificó emocionada su paso por MasterChef.
La ambición de José María (su apellido ya lo avisa, Royo) por demostrar que es el mejor y que lleva al límite a sus rivales produjo una prueba por equipos desastrosa. Sí, es lo habitual, pero en este caso se percibía que mediante su pin no le importaba arriesgar. El grupo de los querubines, Ana y la parejita de Alberto y Luna (ha llegado ya demasiado lejos) puso voluntad y eficacia en su menú solidario y se clasificaron para las semifinales mientras los gallos se picoteaban.