Un referente para la danza
Hace más de 20 años, el Centro Andaluz de Danza, nació de la mano de José Antonio y la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales. Este centro abría sus puertas con el propósito de impulsar una formación profesional para bailarines/as de cualquier tipo de procedencia, y ha acogido en estos años de vida a un millar de bailarines. Ahora, el Centro Andaluz de Danza cierra sus puertas debido a la mala gestión del Gobierno de la Junta de Andalucía. Nuestro centro ha sido la plataforma que han necesitado muchos bailarines de este país en su transición entre la vida amateur y el mundo profesional de la cultura. Desde nuestra órbita la danza española, pues somos bailarines de esta especialidad, hemos visto cómo de todas las generaciones del centro han salido bailarines con un futuro prometedor y alentador. Por las aulas de este centro han pasado bailarines no sólo conocidos dentro de nuestro país, sino con un cartel actual y un reconocimiento internacional, como Ana Morales, David Coria, Hugo López, Paula Cómitre, Maise Márquez, Isaac Tovar, Macarena Ramírez, José Manuel Benítez y un largo etcétera. Numerosos bailarines que un día fueron alumnos del Centro Andaluz de Danza pertenecen a cantidad de elencos de las grandes compañías de danza en España. Este recorrido por los alumnos que han pertenecido al centro no sería posible sin el profesorado con el que ha contado el centro desde su apertura. Profesores de la talla de José Antonio, Ana María Bueno, Maestro Granero, Eva la Yer
babuena, Isabel Bayón, la familia Pericet, Betty, Matilde Coral, Rocío Coral, Andrés Marín, Alejandro Granados, Israel Galván, Manolete, Juana Amaya, Mariano Bernal, Tamara López, Antonio El Pipa, Rafael Estévez, Nani Paños, Miguel Ángel Corbacho, Úrsula López, actual directora del Ballet Flamenco Andaluz, o Rubén Olmo, actual director del Ballet Nacional de España. Desde una mirada personal, recuerdo antes de ser alumno ver el Centro Andaluz de Danza como un ejemplo de formación a nivel nacional. Las audiciones que se planteaban para pertenecer al mismo eran muy numerosas y acudían bailarines de todo el ámbito español. Era tanta la demanda de optar a una plaza y recibir su formación que nos resulta chocante que de un día para otro se haya quitado la ilusión a centenares de bailarines que
tenían puesta sus miras en ser parte de la familia del CAD. Un centro que ha sido uno de los motores principales de la cultura de la danza en España lo tenemos en Andalucía, y va a quedar en el olvido. El CAD se pierde y vemos cómo día tras día la cultura va cobrando menos importancia en nuestra comunidad autónoma. Tenemos el derecho a reivindicar que cuando algo funciona no es necesario el cambio. Por ello, pedimos la continuidad del Centro Andaluz de Danza como una escuela de formación digna y necesaria para la danza en España. Alejandro Fernández