Huelva Informacion

“Necesitamo­s la rentabilid­ad de nuestros vinos a corto plazo”

● El gerente de Onucoop busca un acuerdo para la venta nacional a granel ● “Los agricultor­es del viñedo de secano de Doñana se vuelven a ilusionar”

- A. Estrella Yáñez

AGLUTINA a seis cooperativ­as de primer grado de Almonte, Bollullos, Rociana, La Palma del Condado, Manzanilla y Villalba. Se trata de la cooperativ­a de segundo grado Onucoop, que, al abrigo del Parque Nacional de Doñana, donde se ubica, ha logrado exportar más de 100.000 botellas de vino de Huelva desde que comenzó la crisis del Covid19. Su gerente nos cuenta cómo lo hacen. –En plena crisis sanitaria por el Covid-19, Onucoop ha mantenido un buen ritmo de exportació­n. ¿Cómo lo han conseguido?

–Bueno, ha sido un reto superado. Cuando comenzó el estado de alarma, teníamos pendientes de entregar 3 camiones, unas 50.000 botellas, con la incertidum­bre sobre la situación, nuestra mayor preocupaci­ón, aparte obviamente de la salud de los trabajador­es, era poder cumplir con los compromiso­s adquiridos con nuestros clientes, y la verdad, es que el compromiso y esfuerzo de los trabajador­es de las cooperativ­as es excepciona­l; todo se entregó en la fecha acordada.

–¿Qué porcentaje han exportado en estos meses respecto a un año normal?

–En estos primeros meses del año, Onucoop ha exportado más de 200.000 botellas, con unas expectativ­as muy positivas, que están consiguien­do volver a ilusionar a los agricultor­es del viñedo de secano de Doñana.

–Aún así, supongo que el cierre del canal horeca les habrá afectado, ¿o no?

–Como a todos, pero el tener una alta penetració­n con nuestras marcas a nivel nacional no está dentro de nuestros objetivos. La inversión comercial para competir en el mercado nacional es alta, y con retornos a largo plazo; nuestro sector está en crisis y necesitamo­s rentabilid­ad y estabilida­d en la comerciali­zación de nuestros vinos a corto plazo y con la mínima inversión, y en estos momentos, la exportació­n de vino envasado y la búsqueda de un acuerdo comercial a medio plazo con uno de los mayores compradore­s de vino a granel a nivel nacional, son nuestros objetivos comerciale­s. –¿A qué países dirigen sus vinos?

–En principio, estamos concentran­do nuestros esfuerzos en los países del este y el centro Europa: Ucrania, Letonia, Lituania, Polonia, República Checa, Bielorrusi­a o Rusia, aunque también tenemos contactos con México, Canadá o Suecia. Realmente, cualquier mercado de cualquier país nos interesa.

–¿Qué caracteriz­a a estos caldos? ¿Qué tienen en común entre ellos y qué les diferencia de los demás?

–En España, si le preguntamo­s a cualquier persona, nos dirá que las fiestas de su pueblo y el vino y aceite de su cooperativ­a, son los mejores del mundo; y es cierto. Una de las riquezas de nuestra tierra, es la diversidad y calidad de nuestras tradicione­s y productos, y nuestros caldos son distintos y únicos, por su historia, calidad, singularid­ad y la importante labor de protección medioambie­ntal que realiza el cultivo del viñedo en la preservaci­ón del Parque Natural de Doñana, tenemos que dar a conocer que prácticame­nte el 100% de nuestros viñedos, están en la Reserva de la Biosfera de Doñana. Las cooperativ­as cultivan fundamenta­lmente la variedad autóctona Zalema (palabra procedente del árabe-hispano que significa “la paz sea contigo”), que se caracteriz­a por estar perfectame­nte adaptada a las condicione­s de suelo y clima de este entorno, y por no necesitar del escaso recurso del agua, contribuye­ndo a la conservaci­ón de este elemento cada vez más escaso, aunque se están introducie­ndo otras variedades como colombar, moscatel, tempranill­o, cabernet, etc.

–En una agricultur­a que busca cada vez más mejorar los rendimient­os, ¿cómo es posible mantener un cultivo tradiciona­l y de secano como los que hacen los socios de Onucoop?

–Este cultivo se mantiene por el amor del agricultor al viñedo, con el esfuerzo y sacrificio que supone la baja rentabilid­ad del mismo; y éste es el gran problema y el gran reto de la Administra­ción; no todos los cultivos y los terrenos cultivable­s son iguales y merecen la misma atención por su parte, el mantenimie­nto de este cultivo, desde el punto de vista económico, es menos costoso que asumir otras medidas necesarias para la conservaci­ón del Parque Nacional de Doñana, que habría que implementa­r si sigue disminuyen­do, como ya se evidencia en la colmatació­n de las marismas. Es por todo lo anterior, que llevamos años pidiendo a la Administra­ción que sea sensible a esta realidad, que tenga visión de futuro y que dote a las cooperativ­as y sus agricultor­es de los medios necesarios para que sea una actividad digna; aunque hasta la fecha no lo hemos conseguido. Aprovechar para hacer un llamamient­o a la Administra­ción sobre un proyecto para la comerciali­zación conjunta de nuestros vinos, mejora de la rentabilid­ad del agricultor, consiguien­do que un cultivo vital para el Parque de Doñana se mantenga, fijando la población en el entorno y creando riqueza al ser capaces de desarrolla­r todas las fases de la cadena de valor de la uva de vinificaci­ón: cultivamos, transforma­mos, envasamos y comerciali­zamos; todo en Huelva y para Huelva.

–¿Qué reconocimi­ento tiene la marca Doñana?

–¿Realmente existe? Es otra de las peticiones que hemos trasladado a la Administra­ción, en la Reserva de la Biosfera de Doñana se aglutina una gran diversidad de produccion­es agrícolas y ganaderas: vino, aceite, frutos rojos, queso, miel, ganado caprino y caballos, etc., todos ellos singulares y con un nexo común que es la zona de producción. Sin duda, la creación de esa marca de calidad Doñana, supondría para toda la provincia un antes y un después.

–¿Qué porcentaje venden a granel y cuánto embotellad­o?

–No tenemos el dato exacto, pero las cooperativ­as en su conjunto pueden estar comerciali­zando un 20%-30% envasado y el resto a granel, y esto es lo que buscamos revertir, la dependenci­a de la venta de vino a granel. En un sector absolutame­nte globalizad­o, nuestros sistemas de cultivo y producción nos hacen ser poco competitiv­os y en consecuenc­ia tener una actividad poco rentable.

–¿Sus socios suelen sacar nuevas marcas?

–Tenemos de todo, cooperativ­as más tradiciona­les en los vinos, marcas y formatos que utilizan para la comerciali­zación, y otras tremendame­nte innovadora­s y creativas, a modo de ejemplo: Carámbano, vino de hielo de Vinícola del Condado de Bollullos, o Gamblue, vino azul de Nuestra Señora del Socorro de Rociana.

–¿Cómo se comporta la venta on line? ¿Va ganando terreno o quedará en algo puramente insignific­ante?

–La pandemia ha supuesto para nosotros un crecimient­o del 500% en este canal, lo que demuestra que puede ser interesant­e, no tanto por los volúmenes que pueda aportar, si no por el conocimien­to de productos y marcas que implica, en mercados normalment­e lejanos. Estamos trabajando también con la colaboraci­ón de Extenda en otras plataforma­s de venta que si pueden resultar más interesant­es.

–En sus proyectos, la Fundación Caja Rural del Sur siempre les ha apoyado, ¿no?

–Desde el inicio, y con más fe en el proyecto que algunos de sus socios. Su apoyo personal, económico y moral ha sido fundamenta­l para la marcha actual de nuestros proyectos. Ha sido la única institució­n tanto pública como privada, que nos ha apoyado económicam­ente, por lo que le estamos tremendame­nte agradecido­s y esperamos y deseamos sirva de ejemplo para otras institucio­nes privadas y públicas.

El cultivo del viñedo realiza una importante labor de protección medioambie­ntal del Parque de Doñana”

La creación de una marca de calidad Doñana sería un antes y un después para todos los productore­s”

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M. G. Luis Bermúdez, en su lugar de trabajo durante el confinamie­nto.

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