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Joaquín Sabina da el ‘sí quiero’ a los 71 años

● El cantante de Úbeda se casó ayer en Madrid con Jimena Coronado, su pareja desde hace 25 años

- Fátima Díaz

Tras compartir juntos 25 años de su vida, Joaquín Sabina y Jimena Coronado se han dado el “sí quiero”. Lo hicieron ayer en el registro cicivl de Madrid y en presencia de sus amigos más próximos. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ofició la sencilla ceremonia, y el compadre de Sabina, Joan Manuel Serrat, ejerció de padrino. El cantautor de Úbeda, de 71 años, iba vestido con un traje azul y un sombrero blanco de paja, y calzaba unas zapatillas de deporte. Por su parte, Jimena Coronado también vestía de manera informal, con un vestido también azul y sandalias. No podía faltar el complement­o imprescind­ible en los tiempos de pandemia que corren: las correspond­ientes mascarilla­s.

El cantante de Jaén y Jimena Coronado se conocieron en el Hotel Sheraton de Lima en 1994, cuando la fotógrafa y periodista le hizo un reportaje para la revista Somos, del diario El Comercio. Según contó ella en una entrevista hace años en Canal +, por entonces Sabina compartía su vida con la modelo mallorquin­a Cristina Zubillaga, a la que no duda de calificar como el amor más “incendiari­o” de su vida, incluso delante de la que ahora ya es su esposa. El mujeriego que por entonces era Sabina le preguntó dónde tomar una copa y quedaron a las diez. A esa hora se presentó Jimena, pero le dieron las diez, las once y la una hasta que apareció Sabina y pasó de largo. Finalmente se sentaron en la misma mesa y comenzaron una relación intermiten­te, sin fecha y sin compromiso, y cuando “ella se echó novio y yo me eché novia (la argentina Paula Seminara)”, la cosa parecía que iba a acabar ahí. Nada más lejos de lo que ha ocurrido al final.

Cuando el artista ultimaba 19 días y 500 noches, recibió una carta en la que Jimena le contaba que había roto con su pareja y dejaba unos puntos suspensivo­s. Coincidió que él también se había separado de la suya y entonces iniciaron su romance en México. Un reencuentr­o en la plaza de Tenampa que ya dura medio siglo.

Jimena (‘la Jime’, como la llaman el que ya es su marido y su entorno más cercano) es y ha sido en todo este tiempo un pilar fundamenta­l en la vida de Sabina y quien ha estado a su lado, con sus hijas Carmela y Rocío, en los momentos más difíciles. Según ha confesado la propia Jimena, en un primer momento estuvo tentada de abandonar Madrid por la caótica vida del cantante. Pero entonces Sabina sufrió un ictus en 2001, al que siguió más de una depresión y varios baches más de salud de los que ha salido adelante junto a la que ya se ha confirmado como el amor de su vida.

Su último percance fue cuando sufrió una aparatosa caída del escenario, tras deslumbrar­se con un foco, durante un concierto conjunto con Serrat en el Wizink Center de Madrid el pasado mes de febrero coincidien­do con su 71 cumpleaños.

Aunque no tienen hijos, a su ya esposa le ha dedicado varios temas, aunque el más conocido es Rosa de Lima, una de sus pocas canciones con nombre y apellidos... y con futuro, porque Sabina casi siempre canta cuando llega el después.

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INSTAGRAM Sabina, ayer, en un momento de su boda con Jimena Coronado.

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