Agitado hasta en el entierro
Los políticos se enzarzan por la responsabilidad de los disturbios
Los restos de Diego Maradona fueron sepultados pasada la medianoche del jueves, hora española, en un cementerio de la periferia de Buenos Aires tras la multitudinaria y caótica despedida que miles de argentinos dieron al máximo astro del fútbol argentino.
Los disturbios registrados en el multitudinario velatorio desataron fuertes acusaciones cruzadas entre el Ejecutivo de Alberto Fernández y el Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, respecto a las responsabilidad en el fallido operativo de seguridad.
La ministra de Seguridad de Argentina, Sabina Frederic, aseveró ayer que el “responsable primario” del operativo de seguridad era el Gobierno capitalino, liderado por el alcalde Horacio Rodríguez Larreta, un opositor al Ejecutivo de Alberto Fernández.
El vicejefe de Gobierno capitalino y ministro de Seguridad de la ciudad, Diego Santilli, argumentó que la organización del velatorio estaba a cargo de la Presidencia argentina y que se constituyó un comando unificado de seguridad al mando de fuerzas federales y con el que “colaboró” la Policía capitalina.
Maradona fue inhumado en el cementerio Jardín Bella Vista, a unos 40 kilómetros de la capital argentina y donde ya estaban enterrados sus padres, Diego Maradona y Dalma Salvadora Franco, conocidos popularmente como Don Diego y Doña Tota, que fallecieron en 2015 y 2011, respectivamente.
Apenas una treintena de personas participó del último adiós al Pelusa en el cementerio, donde se realizó una ceremonia religiosa presidida por un sacerdote junto al féretro, envuelto en una bandera argentina. En la despedida íntima participaron familiares de Maradona, entre ellos sus hijas Dalma y Gianinna, su exesposa Claudia Villafañe y su exrepresentante Guillermo Cóppola.
La ceremonia fue privada y duró cerca de una hora.
Fue el final de una jornada marcada por un adiós popular no exento de demostraciones de dolor, pasión futbolera y hasta violentos disturbios callejeros.
Por decisión de la familia, los restos de Maradona fueron velados en una capilla ardiente montada en una de las salas principales de la Casa Rosada, sede del Ejecutivo.
La capilla ardiente estuvo abierta al público durante casi doce horas en las que fue incesante el paso de miles de fanáticos del exfutbolista, fallecido el miércoles a los 60 años de edad.
La fila para ingresar a la Casa Rosada se extendió casi dos kilómetros y los incidentes se desataron cuando algunos fanáticos, temiendo no poder acceder ante el inminente cierre de la capilla ardiente, tumbaron vallados y se enfrentaron con la Policía. Incluso se registraron tensos momen
Los restos del gran ídolo de los argentinos reposan ya junto a los de sus padres
tos en el interior de la Casa de Gobierno, lo que obligó a cerrar el acceso y a retirar el féretro a un salón contiguo por seguridad.
Según confirmaron a Efe fuentes oficiales, por los disturbios fueron detenidas trece personas y resultaron heridos once policías y un civil, que fue ingresado en un hospital por traumatismo de cráneo leve, producto de una pedrada.