CENTENARIO DE LA REVISTA CENTAURO (II)
VEAMOS el lugar que ocupa la literatura en el número de la revista correspondiente al 24 de enero de 1921. Se advierte el eclecticismo estético imperante entre la tradición del Modernismo y la vanguardia identificada con el Ultraísmo, cuyos ecos se dejarían sentir en la futura Generación del 27.
Se inicia con la continuación de Seis poemas inéditos de Oscar Wilde, defensor de la teoría de el arte por el arte, tal vez el ideario estético de la revista onubense neonata. Por su parte, el sevillano Pedro AlonsoMorgado Tallafer (1888-1962), colaborador en los principales periódicos y revistas, sobre todo andaluces, publica la composición poética titulada Reyes Magos, con motivo de la Fiesta de los santos Melchor, Gaspar y Baltasar de la Palma del Condado, lugar donde vivió y murió. También inserta su Glosario frívolo titulado: El hombre que, queriendo engañar, se engañó a sí propio.
Con otros escritores o escritoras de menor entidad, como Esperanza Romero con su relato en Páginas femeninas titulado La enmascarada del Lirio Blanco, el ultraísta Luis Guillermo Mosquera Diácono (18901955), modesto y buen escritor (Romero Murube), escribe El Tablero. Se trata de un texto vanguardista con el estilo propio de este raro escritor, como le califica su biógrafo José María Barrera (vida y obra de un vanguardista olvidado: Luis Mosquera (1890-1955). Philologia hispalensis, 1989 págs. 343-354).
El coruñés de Buxan (Rois) Antonio Amador Villar Novais (1899-1954), conocido por el seudónimo de Amado Villar, inserta desde Buenos Aires, donde morirá, dos poemas titulados Presagios nocturnos. Transparencias y Miniatura.
Del presbítero hinojero Juan Francisco
Muñoz y Pabón (1886-1920), esclarecido hijo del Condado y con motivo de su fallecimiento meses antes, se publica su ingenioso cuento titulado En el dedo malo.
De Giacomo Leopardi (1798-1837), se edita una composición poética en versión original de su obra A Silvia, compuesta en 1828, publicada en la edición de los Cantos de 1835, y cargada de lirismo. Su traductor del italiano es Miguel Romero Martínez (1887-1957), intelectual del Ateneo de Sevilla, humanista y catedrático de Enseñanza Media.
El ilustrado sevillano Javier Lasso de la Vega y Jiménez-Placer (1892-1990) colabora con su Romance histórico. En la misma página se inserta Tiempos pasados, como recuerdo del tristemente famoso terremoto de Lisboa de 1755, que tanto afectó a Huelva y al occidente andaluz.
J. Barroso publica Una tarde de otoño, ilustrada con una reproducción de un cuadro de Sorolla. Le siguen dos atractivos títulos: Despertar de Primavera y Canto de optimismo, ambos del escritor Julián de Alcántara.
En la revista Centauro no podía faltar una importante referencia a España vista desde Hispanoamérica, ya que Huelva era la indicada para defender este nexo entre los países hispanohablantes; en un momento, además, en que era un hecho la celebración antes que tarde de la Exposición Iberoamericana. Al mismo tiempo, este evento, a celebrar en Sevilla, que cambiaría su primitivo nombre para incluir a los países luso hablantes, implicaba de alguna manera la cohesión peninsular ibérica. No en balde, en este número de Centauro se anunciaba que en breve aparecería una nueva publicación, cuya principal misión -decía- es estrechar aún más los lazos de cariño que unen a estas naciones hermanas, que pasaría a llamarse Centauro, revista hispanoportuguesa de Arte e Industria. Por tal motivo, en este número se quiso incluir el texto de la conferencia que, con el título de Nuestra España, el intelectual chileno Augusto Jorge Goeminne Thomson,? más conocido como Augusto d’Halmar (18821950), impartió en 1916 en la llamada Asociación Latinoamericana de París, queriendo testimoniar a la Madre Patria -se dice- el acrecentado amor que Chile le profesa. Con gran conocimiento, sintetiza la extraordinaria riqueza histórico-cultural que encierra la nación española.
Del escritor accitano Federico Navas (1885-1934), colaborador en prestigiosas revistas ilustradas como La Esfera o Por esos mundos, se inserta un relato titulado Láminas. La noche y la lluvia: los hombres y las horas.
En el selecto elenco de colaboradores no podía faltar, por su estrecha vinculación con Huelva, Adriano del Valle (18951958), ahora con un poema en inglés dedicado a Gibraltar. Había sido en su juventud uno de los más cualificados escritores afín al modernismo de Rubén Darío y al ultraísmo literario. En 1918 iniciaba su colaboración habitual como redactor jefe en la revista Grecia, que agrupó a jóvenes poetas postsimbolistas como Isaac del Vando-Villar, Luis Mosquera, Rogelio Buendía, Rafael Cansinos Assens, César Comet, Pedro Garfías y Xavier Bóveda. También con Rogelio Buendía y la ayuda de Fernando Villalón, Adriano daría vida en Huelva, seis años después de aparecer Centauro, a la revista
Papel de Aleluyas, que tanta relación tendría con los poetas de la Generación del 27.