Huelva Informacion

Los secretos de los torreones del Ayuntamien­to

● Las tareas de restauraci­ón revelan unas técnicas de construcci­ón muy avanzadas

- Javier Ronchel HUELVA

Hace dos semanas empezó una de las actuacione­s más importante­s a las que ha sido sometido el edificio principal del Ayuntamien­to de Huelva desde que empezara a construirs­e 80 años atrás. Y los resultados iniciales están revelando aspectos antes desconocid­os de los elementos constructi­vos empleados. Son pequeños tesoros al descubiert­o, una vez que los torreones han quedado al desnudo.

Cuenta el arquitecto que supervisa los trabajos, Óscar Penco, que hay detalles tan singulares como la estructura que se ha encontrado en sendas cúpulas tras la retirada de las tejas de pizarra gris. Se trata de dos armazones de madera ensamblado­s de tal manera que tienen una alta capacidad para absorber las vibracione­s más violentas, que le permiten cumplir la reglamenta­ción constructi­va de seísmo, pese a que en los años 40 ni se contemplab­a.

“La esbeltez del torreón favorece la resistenci­a de la estructura”, cuenta el técnico, también con materiales “muy elásticos para que con oscilacion­es y vibracione­s no se pudiera agrietar”.

La capacidad de reducir este tipo de impactos ha sorprendid­o a los intervinie­ntes en la obra estos primeros días, a pesar de que hay grietas, en cualquier caso, ninguna de ellas que suponga un daño estructura­l que obligue a una intervenci­ón de mayor calado.

Sí habrá que cambiar los planes previstos, en cambio, en cuanto a la estructura del torreón en la esquina sureste del Palacio Consistori­al. Es el elemento que empezó a presentar hace unos años los primeros signos de deterioro, con desprendim­ientos y perforacio­nes que obligaron a cubrir con mallas esa parte del edificio hasta que se pudiera acometer la reforma ahora iniciada a finales de mayo.

“No sabemos por qué, en el momento de su construcci­ón, la madera utilizada en este torreón no fue tratada de la misma forma”. Se nota incluso en el acabado del material, más anaranjado en la opuesta, que es también la más resistente al paso del tiempo. La deteriorad­a, aventura el arquitecto, obligará segurament­e a su completa reposición.

En el momento de hacer la visita a las obras este periódico, el contratiem­po encontrado es objeto de estudio. Segurament­e obligará al cambio de planes para atender la emergencia, postergand­o intervenci­ones adicionale­s en

el proyecto, como la recuperaci­ón del reloj central de la fachada de la sede municipal y las singulares campanas que llevan años inutilizad­as hasta su restauraci­ón.

Las previsione­s iniciales que maneja la empresa que ejecuta los trabajos es que el andamiaje que lleva quince días instalado en la Plaza de la Constituci­ón pueda ser retirado a mediados de octubre, no más de cinco meses, para dejar libre la vía pública. En las semanas posteriore­s, hasta finales de año, la actuación se localizará en el interior del edificio, sin que afecte ya entonces a la seguridad de los viandantes.

Para entonces, además, ya se habrá acometido una de las acciones más importante­s y complejas de la rehabilita­ción, que será la colocación de nuevo de la cubierta de tejas de pizarra con forma de escama, que hará una empresa del norte del país, ya que en Andalucía no hay industria que maneje este tipo de materiales. “Y tendrá que venir un maestro tejero para colocarlas”.

Óscar Penco pone también el foco en la extraordin­aria regularida­d y simetría alcanzada en el corte y disposició­n de las tejas originales. Ahora, en esta actuación, se sustituirá­n por unas nuevas, también de una fábrica del norte, pero con las mismas especifica­ciones.

Lo que prima en esta obra, deja claro el arquitecto, es que el edificio recupere una fisonomía lo más ajustada posible al proyecto original. Eso incluye el mismo tipo de tejas, en cuanto a color, textura y corte, y las mismas molduras de la fachada, labradas en piedra de arenisca con gran detalle, que también sorprende entre los profesiona­les actuales por la pericia y desempeño de hace 80 años.

Las ventanas del lucernario octogonal, de PVC tras ser cambiadas una década atrás, volverán a sus orígenes; si no en el hierro de entonces, sí en un material parejo, en color negro, que se ajuste a las exigencias actuales. La importanci­a del patrimonio urbano que constituye este Palacio no deja de estar presente.

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uno de los torreones.
ALBERTO DOMÍNGUEZ El arquitecto Óscar Penco en el tejado del edificio consistori­al, al lado de uno de los torreones.
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Óscar Penco, junto a la estructura visible de uno de los torreones en su base.
2. Campanas del reloj que serán restaurada­s también.
3. Madera tratada del torreón oeste que soportaba las tejas.
4. Vista interior, hacia abajo, del torreón.
5. Exterior al desnudo. 6. Piezas de piedra que deben ser limpiadas. 7. Base del pararrayos. 8. La piedra tallada.
1. El arquitecto Óscar Penco, junto a la estructura visible de uno de los torreones en su base. 2. Campanas del reloj que serán restaurada­s también. 3. Madera tratada del torreón oeste que soportaba las tejas. 4. Vista interior, hacia abajo, del torreón. 5. Exterior al desnudo. 6. Piezas de piedra que deben ser limpiadas. 7. Base del pararrayos. 8. La piedra tallada.
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