La Razón (Madrid) - Innovadores

El epicentro navarro del seísmo de la impresión 3D industrial

La planta de Schneider Electric de Puente la Reina aprovecha las ventajas de la tecnología de fabricació­n aditiva de Stratasys para ganar autonomía tras la pandemia

- MIQUEL HERNANDIS

AhoraAhora también tenemos la capaci-dad capaci-dad de diseñar las herramient­as que necesitamo­s en la forma, el tamaño y la cantidad exactas requeridos». Así se arranca Manuel Otamendi sobre los beneficios que le aporta la apuesta por la fabricació­n aditiva. Su planta en Puente la Reina, en el centro de Navarra, acaba de recibir la atención de Schneider Electric, grupo al que pertenecen, y que les ha situa-do situa-do como ejemplo de implementa­ción de la Industria 4.0.

En la instalació­n navarra trabajan 250 personas que se dedican a la fabricació­n y montaje de aparatos y equipos eléctricos, incluidos interrupto­res de luz, enchufes, disyuntore­s, interrupto­res de voltaje. Como explica Otamendi, gerente de in-dustrializ­ación in-dustrializ­ación y mantenimie­nto, elegir la impresión 3D para integrarla en su cade-na cade-na de trabajo les permitía reducir costes que antes subcontrab­an. ¿De qué forma la aplicaban? En un principio la querían para producir series limitadas de herra-mientas, herra-mientas, pero «nos dimos cuenta del po-tencial po-tencial de extender su uso a una gama más amplia».

De hecho, ahora están produciend­o más de un centenar de nuevos diseños al año. Entre ellos, plantillas, pinzas de robot y otras herramient­as para brazos mecani-zados. mecani-zados. Todas estas eran piezas para las que dependían de una subcontrat­a que se las producía mediante sistemas de inyección y moldes. Con la impresora 3D de Stra-tasys, Stra-tasys, Otamendi asegura que «ahora po-demos po-demos reemplazar las costosas pinzas de aluminio por brazos robóticos con alter-nativas alter-nativas impresas en 3D con PLA». Gracias a este termoplást­ico de ácido poliláctic­o consiguen imprimir «uno por alrededor de cien euros», la mitad de lo que les cos-taba cos-taba antes y en menos tiempo.

Desde Stratasys, su director de solucio-nes solucio-nes de fabricació­n para Europa, Oriente Medio y África, Yann Rageul, señala que fomentar la independen­cia respecto a ter-ceros ter-ceros es una tendencia al alza. «Imprimir en horas, o como mucho días, lo que antes necesitaba semanas para conseguirs­e per-mite per-mite que las máquinas se amorticen antes», apunta. «Es muy útil no solo para reducir costes, sino para añadir un mejor uso por-que por-que ayuda a localizar la producción».

Esta es una idea que ha cobrado mayor importanci­a con los tres meses de estado de alarma a causa de la crisis sanitaria de la Covid-19. Lo que antes no se tenía en cuenta, por ejemplo, que el proveedor estuviera estuviera a la otra punta del mundo, ahora cobra una mayor importanci­a con el cierre de fronteras o las restriccio­nes al transporte transporte en carretera.

De momento, concede Rageul, no se trata de que la fabricació­n aditiva pueda asumir todo un proceso de producción en serie, pero sí es capaz de responder ante pedidos de bajo volumen. «Usando el F170», prosigue Otamendi, «podemos producir nuevas herramient­as de alto rendimient­o rendimient­o en solo un día, mientras que hubiera tomado al menos una semana externaliz­ar las mismas herramient­as anteriorme­nte. anteriorme­nte. Esto reduce de manera crucial crucial nuestra dependenci­a de los proveedore­s proveedore­s y nos da mucho más control sobre la producción de herramient­as, lo que ha aumentado la flexibilid­ad general de nuestro nuestro proceso de fabricació­n y ha acelerado nuestro tiempo de comerciali­zación de muchos productos». De hecho, insiste en que «hay mucha más oportunida­d porque aumentamos la replicabil­idad de las propiedade­s propiedade­s mecánicas de las piezas. Y eso se aplica a todos los sectores».

Si con grandes corporacio­nes como Airbus o Siemens Mobility ya están usando usando la fabricació­n aditiva directamen­te como sistema de producción de sus piezas, Rageul confía en que se vaya más allá de la aeronáutic­a y el transporte en muy poco tiempo. Este 2021 ya calculan que empresas empresas de otros sectores darán el salto: «Esta tecnología existe desde hace 30 años y la primera aplicación eran prototipos y a día de hoy mucha gente solo conoce esa aplicación, aplicación, pero están descubrien­do que el retorno de inversión es mucho mejor de lo pensado».

Eso, lo suman al avance de su mismo sector en el que ya ve un descenso del coste coste de la producción de las piezas y el aumento aumento de la velocidad, «con lo que podremos podremos coger más y más del mercado de piezas originales». Con eso, reitera, «daremos «daremos la opción a los empresario­s de fabricar localmente. Son muy dependient­es de productos que vienen de muy lejos y si se pueden fabricar de manera autónoma, es una solución. No para todo, pero sí puede ayudar».

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INNOVADORE­S El responsabl­e de la planta de Schneider Electric en Puenta la Reina, Manuel Otamendi.

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