La Razón (Madrid) - Innovadores
«La tecnología espacial más sexy es una pequeña parte del negocio»
Desde Business Applications de la ESA, Jason Maroothynaden busca que los últimos desarrollos del sector se apliquen en la economía más tradicional
Cuando pensamos en tecnología espacial, inconscientemente nos vienen a la mente imágenes de cohetes, vuelos a la Luna y astronautas. Pero aparte de los desarrollos mediáticos, existe una innovación más discreta que atañe a casi cualquier negocio. «Piensa en un sector y ahí estaremos haciendo algo de alguna forma». Ese es el cometido de Jason Maroothynaden, quien desde la Agencia Espacial Europea (ESA) se encarga de buscar esas startups y empresas, en principio tradicionales, pero con todo el potencial para aprovechar estos avances y dar un salto cualitativo.
Maroothynaden es Business Broker del grupo Business Applications de la ESA. La agencia tiene la misión de promover la innovación espacial, algo que lleva a cabo a través de una doble estrategia. Por un lado, apoyando a las industrias europeas en los desarrollos de alta tecnología, esa que suele atraer más la atención del público y, sobre todo, de los inversores. La otra forma es ayudando a las startups. En este sentido, la ESA cuenta con dos programas, uno para las empresas que se encuentran en una fase más temprana y necesitan ayuda a un nivel inicial y otro, el de Business Applications, de apoyo a negocios más maduros. «No somos una aceleradora, pero les ayudamos y ofrecemos asesoramiento financiero con fondos de inversores», señala Maroothynaden a INNOVADORES en videoconferencia.
A este experto le interesa «la actividad comercial del área espacial». Y para entenderlo hay que diferenciar entre lo que se conoce como aplicaciones upstream y downstream. La primera hace referencia a todo lo que va de abajo a arriba. «Se trata de la tecnología más sexy, la que está relacionada con los cohetes, los satélites, los astronautas o el turismo espacial», comenta. Por otro lado, está la downstream, que abarca todo aquello que va de arriba abajo. Y aquí es en los satélites», dice. Se refiere a una compañía que usan estos algoritmos espaciales para detectar anomalías en la documentación financiera.
Maroothynaden resalta el uso de las herramientas espaciales para crear un mundo más sostenible. «Cómo podemos usar la cartografía y la información meteorológica para la mejorar la sostenibilidad del planeta», apunta. Su grupo en la ESA cuenta con 90 empresas en su portfolio trabajando en este sentido. «La tecnología espacial puede servir para monitorizar el planeta, los niveles de polución, las emisiones de CO2... y también durante la Covid», subraya. «Los datos espaciales han demostrado cómo la atmósfera se ha limpiado durante el confinamiento».
Búsqueda activa
Una parte esencial de su trabajo es la evangelización, sobre todo, de los inversores. «Trato de buscar negocios que pueden ser potenciados por el espacio y cierro la brecha entre este programa y la comunidad inversora » , expone. «Dedico mucho de mi tiempo a educar a los inversores, no a convencerlos, sino a explicarles lo que puede hacer la tecnología espacial para que apoyen a los negocios que no son tan obvios al principio».
La respuesta, por normal general, suele ser muy positiva. « La gente nos dice que no tenía ni idea de que el espacio fuese tan poderoso», afirma. «Parece que todo lo que está relacionado con el espacio da miedo, pero no es así, hay tecnologías muy potentes que pueden ayudar a los negocios».
Maroothynaden busca startups en toda Europa, aunque no tienen por qué tener su proyecto puede operar por todo el mundo. «Lo interesante es que vemos muchas startups que vienen a Europa desde ecosistemas tradicionales como Silicon Valley y que son capaces de tener una presencia muy fuerte aquí», destaca. «En definitiva, queremos crear una nueva generación de emprendedores impulsados por el espacio». De hecho, en su cartera ya cuenta con más de 2.000 negocios que usan tecnología empresarial.
También de España. «Lo interesante del ecosistema español es que es muy diverso», subraya. «Antes sobre todo había más negocios upstream, pero en los dos últimos años hemos detectado más solicitudes de aplicaciones downstream ». Principalmente, dice, en cuestiones relacionadas con smart cities, infraestructuras inteligentes y telecomunicaciones.