La alimentación
En Integral y en este extra hemos hablado tanto de la importancia de una alimentación natural equilibrada, que no insistiremos más esta vez. Existen no obstante especificaciones que conviene recordar para asegurarnos de que la comida será también un factor curativo. • Si se toma abundantemente, el limón dará excelentes resultados. Conviene tomar cuatro limones diarios, cada uno de ellos diluido en medio vaso de agua, y sin azúcar.
• Los alimentos deben ser “vivos” y variados. No en vano nos ofrece la naturaleza una variedad tan enorme de productos.
• Todas las frutas, verduras, hortalizas y plantas aromáticas desempeñan un papel y suplen una necesidad. Tómelas crudas siempre que pueda, y aprovéchese de su energía vital.
• Recuerde también que todas las dolencias óseas revelan falta de sílice, mineral que se encuentra en la capa exterior de las verduras y hortalizas en general, y de los cereales en particular.
• Gracias a su riqueza de elementos vivos (fermentos, vitaminas, etc.), los zumos vegetales (especialmente de coles, rábanos y zanahorias) son de gran utilidad para todos los que desean una recalcificación, y sobre todo para los recién iniciados en la forma armónica y natural de vida. Si se les añade limón y unas cuantas almendras ralladas, el calcio de las verduras y hortalizas se verá enriquecido y reforzado por el ácido cítrico y el fósforo contenido en ambos productos. El zumo puede completarse con unas cuantas hojas verdes de lechuga o col, previamente licuadas. • El calcio natural que contiene la ortiga es recomendable a todo el mundo. En otoño e invierno, una buena sopa de ortiga nos aporta una gran riqueza. Existen igualmente comprimidos (“urticalcín”, del Dr. Vogel) obtenidos a partir del calcio de las ortigas.
• Conviene tomar todos los días cereales integrales en todas las formas posibles, y sobre todo brotes de trigo germinados, pues contribuyen a acelerar mucho el proceso de recalcificación.