Remedios para irritaciones. Úlceras y eccemas
• Emplasto de zanahoria: preparado con la pulpa de una zanahoria. • Emplasto de harina: preparado con harina de arroz o de cebada. • Mezcla con zumo de limón y miel, a partes iguales. • Mezclacon pétalos de rosas: preparada como la anterior, pero añadiéndole una infusión de pétalos de rosas.
• Maceración: un puñado de semillas de membrillo en una taza de agua caliente (para sabañones, ciertos tipos de hemorroides, escorbuto, placas en la piel, etcétera).
• Decocción de agar-agar: 2 cucharaditas en 1 taza de agua. Hiérvase 15 minutos. • Pomada: preparada con 60 g de zumo de uvas, 120 g de aceite de almendras y 60 g de cera virgen. Se calentará todo al baño de María hasta que la cera se haya derretido completamente. Mientras tanto, se tendrá cuidado de removerlo todo bien.
• Mezcla con aceite de coco y almendras: preparada con aceite de almendras y aceite de coco a partes iguales. Se calienta bien al baño María y es excelente como crema de manos.
• Mezcla de huevo y almendras: preparada con un huevo y 2 cucharadas de aceite de almendras. Se mezcla concienzudamente y se aplica sobre las áreas inflamadas, las hemorroides, etc.
CON ARCILLA (DR. DEXTREIT) TRATAMIENTO LOCAL
Tome agua de arcilla por la mañana (1 cucharadita disuelta en medio vaso de agua) durante una semana y sustitúyala a la siguiente por la mezcla de aceite de oliva y zumo de limón (1 cucharadita de aceite y el zumo de medio limón). Tome todas las mañanas un breve baño de caderas (3 minutos). Si las partes del cuerpo a sumergir están afectadas por el eccema, cúbralas antes del baño con una mezcla de polvo de arcilla y aceite de oliva. Por la noche póngase gruesos emplastos de arcilla sobre el hígado y el bajo vientre, un día sobre una zona y al siguiente sobre la otra, y así consecutivamente. Sujételos con un vendaje y déjelos hasta la mañana siguiente. Se debería experimentar con sistemas distintos. En general, los casos de ec- cema seco se tratan con una mezcla de aceite de oliva y arcilla (2 cucharadas de aceite y 1 de agua, que se mezclarán concienzudamente, añadiendo luego 1 cucharadita de arcilla y batiéndolo todo bien). Cúbrase con ella la parte afectada y sujétese con un vendaje. El eccema rezumante se trata limitándose a cubrirlo con polvo seco de arcilla. No obstante, si existe una inflamación, conviene emplear un emplasto de arcilla que deberá permanecer puesto unas dos horas. El emplasto o cataplasma deberá ser ancho y grueso. El eccema seco y acompañado de grietas conviene tratarlo con lociones especiales y baños locales en una infusión de geranio silvestre y absenta; la dosis será de una cucharada bien llena de ambas hierbas por cada litro de agua hirviendo. Este preparado sirve para limpiar la piel y activar su renovación. En algunos casos se podrá utilizar tanto los baños como la mezcla de arcilla y aceite de oliva. Si el eccema está infectado, viértase un puñado de hojas de boj en 1 litro de agua; cuando rompa a hervir se dejará 10-15 minutos a fuego lento. Se alternará con el emplasto o cataplasma de arcilla. Cuando las erupciones vayan acompañadas de sensación de quemazón, de hinchazón o de otras molestias, aplíquese emplastos calientes de una mezcla de flores de saúco (4, 6 u 8 cucharadas y suficiente harina de trigo integral como para formar una pasta en cuanto se añada el agua). Esta mezcla se hervirá unos cuantos minutos en un poco de agua. Luego se tapa bien con un paño o gasa y se aplica caliente. La siguiente preparación resulta excelente para los eccemas rebeldes. Utilice nueces que estén aún en su envoltura verde. Macháquelas, intentando extraer todo el líquido posible. Frótelo luego sobre el eccema. Estos tratamientos locales servirán de gran ayuda. No obstante, la cura auténtica y total sólo se logrará combinándolos con el tratamiento del problema fundamental (ver el artículo sobre el hígado en esta misma revista).