Belleza
Con-ciencia
El nuevo consumidor ya no se conforma con comprar un producto debido a su bonito etiquetado o porque exista detrás una poderosa campaña de publicidad. En un mercado cada día más exigente queremos descubrir qué hay detrás de los cosméticos que usamos a diario, saber algo más las fórmulas que lo contienen, quitarles los envoltorios y conocer con detalle lo que realmente estamos comprando.
La única forma de adquirir el producto que se adapte a nuestras necesidades y exigencias es teniendo la certeza de lo que compramos, conociendo sus ingredientes y leyendo las los conocimientos básicos para que tomes la mejor decisión de compra y la adaptes a tus costumbres y bienestar.
Entendiendo un cosmético
El primer paso para convertirnos en consumidores conscientes es conocer el órgano más extenso de nuestro organismo: la piel.
La piel mide unos 2 m2, y puede suponer hasta el 10-15% del peso corporal. Es una parte fundamental de nuestro aspecto, una especie de carta de presentación, de ahí que debamos conocerla más a fondo para comenzar a entender la ciencia que se esconde detrás de la cosmética. Gracias a ella tenemos sentido del tacto, nos protege de agresiones químicas y físicas y de la radiaciones UV, y también ejerce de barrera de los microorganismos. Regula además la pérdida de agua pudiendo contener hasta un 30% de la que tiene el cuerpo. Es el órgano más expuesto y el que más agresiones sufre: le afecta, además del propio envejecimiento, los malos hábitos, un incorrecto descanso, el estrés, etc. Y aunque es capaz de lubricar y cuidarse por sí sola, necesita de nuestra ayuda para conseguirlo al 100%.
Piel hidratada
La aplicación de una hidratante es una de las rutinas de belleza diaria más importantes ya que el primer paso hacia el envejecimiento de la piel es la deshidratación.
Las cremas hidratantes permitirán que los niveles de agua del cutis se equilibren, pero cuidado, porque los expertos indican que esto no quiere decir que se mantenga el nivel adecuado de hidratación en la misma. De hecho, una piel seca o grasa no es sinónimo de piel deshidratada. Debemos tener muy presente que la piel va perdiendo agua a lo largo del día y es muy importante que no la vaya perdiendo de forma excesiva. Muchas veces la piel no retiene Skintelectual, Inteligencia cosmética «es recomendable mejorar el manto hidrolipídico de la piel para que el agua no se escape, y eso lo conseguiremos aportándole lípidos epidérmicos».
Una piel hidratada no solo se limita a su aspecto sino que favorece otros procesos de renovación celular. Pero hay una serie de factores que provocan que esta esté más seca y deshidratada de lo normal:
• Problemas de salud.
• Malas rutinas diarias.
• La climatología.
La capa externa de la piel es la que la protege de agresiones externas y evita que se deshidrate. Para que esa agua no se vaya perdiendo debemos conocer los factores hidratantes naturales cutáneos como la queratina, - los de la misma que retienen y atraen el agua y evitan que esta se deshidrate.
¿Qué elementos debe tener una hidratante?
Para responder a esta importante pregunta es fundamental conocer estas cuatro palabras:
• Hidratante: emulsión de agua y fase grasa (aceites, siliconas o ésteres emolientes que aportan agua y restauran la piel).
• Oclusivo: retiene el agua creando una capa protectora sobre la piel. Aquí entrarían la manteca de cacao, el karité y casi todos los aceites vegetales.
• Humectante: son agentes que atraen la humedad o el vapor de agua de ambiente. Serían la glicerina, urea, colágeno, ácido hialurónico. Además, los ingredientes humectantes y también los oclusivos son los piel.
• Emoliente: es el que aporta suavi aspecto general de la piel. Suelen ser aceites o siliconas.
Por tanto, la hidratante perfecta debe combinar elementos humectantes, oclusivos y emolientes para proteger, mejorar, aportar hidratación y no dejar una textura desagradable.
Hidratar con aceites vegetales Los aceites vegetales son sustancias líquidas a base de compuestos orgánicos que se extraen de las plantas y que posee potentes propiedades nutritivas y protectoras para la piel, semillas, pero sobre todo de las partes donde existan más principios activos, normalmente en sus semillas, a las que nutren y protegen antes de la germinación.
El gran valor de los aceites vegetales son sus ácidos grasos esenciales, sobre todo los insaturados: monoinsaturados (ácidos oléico-omega 9) y poliinsaturados (ácido linolénico-omega-3 y ácido linoléico-omega-6). A estos ácidos se añade su riqueza en vitaminas liposolubles A, D, K, y sobre todo la E (alfa-tocoferol), la gran antioxidante que ha venido a revolucionar los tratamientos antiedad al descubrirse su poder para hacer frente a los radicales libres, responsables del envejecimiento de las nuestras células.
Ingredientes antienvejecimiento
¿Existen productos que te hace envejecer mejor? La ciencia dice que sí. He aquí tres apuestas seguras:
• Vitamina A. Retinol. Se trata de un gran antioxidante que ayuda - utilizarlo de noche y no olvidarnos de la protección solar cuando salgamos de casa al día siguiente.
• Vitamina C. Ácido ascórbico y derivados.
Da luminosidad y la piel se vuelve más elástica.
• Niacinamida. La piel se vuelve más elástica y también reduce las rojeces
¿El efecto lifting es real?
El efecto lifting está compuesto por productos que contienen polímeros de alto peso molecular, capaces de formar una capa sobre la piel que da la sensación de tensar la piel o bien con proteínas o polisacáridos que pueden aportar una cierta sensación de efecto tensor.
Los expertos dicen que funcionan pero la sensación es temporal. En este sentido hay un producto estrella: el colágeno, que disminuye con la edad en nuestra piel. Sin embargo, «es muy difícil que el colágeno pueda penetrar y ayudar a combatir los signos del envejecimiento de forma permanente, pero sí que puede ofre , que desaparecen cuando nos lavamos la cara, aunque eso desde luego no es la mejor manera de estimular la producción de colágeno con un cosmético».