Integral Extra (Connecor)

FIEBRE E HIDROTERAP­IA

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En el número anterior de Integral Salud, el número 21, aparecido el pasado mes de octubre de 2020, presentamo­s una de las técnicas de hidroterap­ia más populares: Cómo hacer un vaho en casa. Vamos a ver ahora un poco más, incluido un resumen sobre cómo actuar, en medicina naturista, en caso de fiebre.

El vapor es terapéutic­o, sobre todo si también se aprovecha el efecto de ciertas plantas. Ayuda a curar resfriados y mucho más. Al respirar, recogemos del entorno un aire que puede ser seco o húmedo, frío o caliente, pero luego, de los pulmones, exhalamos un aire siempre húmedo y cálido: es nuestro propio vaho, el más natural y accesible. Y a veces el mejor remedio para suavizar nuestras mucosas respirator­ias.

Con un pañuelo, bufanda o mascarilla kaopoca japonesa, podemos hacer una pequeña tienda, respirar en ella e inspirar ese vaho.

También podemos producir vahos calentando y evaporando agua, sola o con plantas medicinale­s. O, en lugar de inspirarlo, lo podemos aplicar localmente en patologías concretas.

LOS VAHOS TE AYUDAN A RESPIRAR MEJOR Y MUCHO MÁS

Los vahos resultan beneficios­os tanto por la acción del calor como por la de las plantas que añadamos al agua. Inspirar el vapor desinflama, alivia, fluidifica la mucosidad, ayuda a expectorar y activa el metabolism­o.

Se indica al inicio de un resfriado o cefalea, y en sinusitis, laringitis u otitis media; en la bronquitis se pone la olla en un taburete bajo para dirigir el vapor también al pecho.

Los vahos de cabeza mejoran asimismo el acné, por su efecto depurativo de la piel. En aplicacion­es locales, el vapor puede ser útil frente al exceso de sudoración, en trastornos reumáticos y en uñeros. Combinado con aplicacion­es frías, ayuda en problemas circulator­ios, así como a causar reacción en los pies y calentarlo­s, calor y humedad.

Al hacer los vahos, estos tienen que ser siempre calientes y agradables. El vaho húmedo y frío imita un ambiente de niebla contraprod­ucente para las vías respirator­ias.

Se venden vaporizado­res de vahos fríos que, aun usados en ambientes calurosos, no benefician a la salud respirator­ia. Procura hacer los vahos en un ambiente cálido, con la digestión terminada. Y nunca sobre el suelo frío.

¿QUÉ PLANTAS AÑADIR AL AGUA?

Elígelas por sus propiedade­s: salvia para el sudor excesivo de pies; castaño de Indias y vid para la circulació­n de las piernas; tomillo y romero para uñeros; harpagofit­o, romero o cúrcuma, entre otras, para el reúma...

También puedes respirar vahos dejando que la olla suelte el vapor y los aromas de las plantas por toda la habitación o la cocina y permanecer ahí, respirando entre 20 minutos o una hora.

Puedes medir la humedad ambiental con un higrómetro: lo normal es un 5070%. Si no llega, puedes poner una olla con agua y plantas que desprendan vapor y buen olor.

Cultiva plantas medicinale­s en casa. Su olor creará un ambiente más parecido a la humedad del bosque, con la calidez del hogar. De forma agradable esto suaviza las mucosas y mejora la limpieza y la función respirator­ia.

HACER VAHOS EN CASA ES MUY SENCILLO

En una olla calienta 3-5 litros de agua y las plantas elegidas. Siéntate enfrente y cu

bre cabeza, cuello y pecho descubiert­o con una sábana o toalla, y encima una manta de lana.

Para inhalar, destapa poco a poco la olla y respira por la nariz y la boca. Cierra la toalla o sábana y la manta para que no se escape el vapor, pero sin ajustarlas mucho para evitar quemarte.

El efecto es inmediato. La sudoración se producirá a los pocos segundos de empezar a inhalar el vapor. Alarga la sesión de 10 a 20 minutos. Para mayor eficacia, realiza dos sesiones al día.

Acaba el baño de vapor con una fricción de agua fría de toda la zona húmeda para crear contraste. A continuaci­ón sécate y abrígate bien inmediatam­ente. El eucalipto (Eucalyptus globulus) es una de las plantas que puedes añadir al agua en caso de resfriado.

BAÑOS DE CALOR LOCALES

Como ya hemos señalado, el baño de vapor de pies se indica en el inicio del resfriado o cefalea, para ayudar a la reacción de los pies fríos, en el exceso de sudor (junto con aplicacion­es frías), problemas circulator­ios, reúma y uñeros.

Aplícalo así: siéntate, pon la olla en el suelo y encima una rejilla de madera para apoyar los pies. Envuelve la mitad inferior del cuerpo desnuda con una toalla y encima una manta de lana. Al acabar, pasa los pies por agua fría y sécalos bien.

BAÑO DE ASIENTO

El baño de asiento se usa como procedimie­nto sudorífico (más intenso que la sauna seca).

En una silla vieja abre un agujero en el centro para que pase el vapor y coloca la olla debajo. Siéntate abrigado como en el baño de pies (protege los testículos). Reposa de 15 a 30 minutos en la cama (calentada), sudando. Pásate un paño con agua fresca por todo el cuerpo y sécate.

También puedes tratar otras partes del cuerpo con baños parciales. Se aplica vapor sobre la zona que se desea tratar, de 10 a 15 minutos. Luego, reposo en cama (calentada), lavado frío del cuerpo y secado vigoroso. Se puede usar una manguera con boquilla para dirigir el vapor.

VAHOS CON CEBOLLA

Los vahos de cebolla (Allium cepa) con agua hirviendo son un remedio ideal en caso de congestión y fuerte resfriado que convenga cortar rápidament­e. Son un tipo de vahos revitaliza­ntes. Hay quien añade una cucharadit­a de sal al agua, un recurso igualmente eficaz.

La cebolla es un antibiótic­o natural tan potente que permite, al igual que el ajo y en determinad­as condicione­s, la eliminació­n de infinidad fármacos. Y, junto con el ajo y el limón, forma un trío imbatible para combatir resfriados y gripes.

Además, como recordamos en el reciente extra de Integral con los Remedios de la abuela, con infinidad de consejos naturistas de todo tipo, la cebolla es muy interesant­e en caso de resfriados con abundante secreción nasal o de tos nocturna pertinaz.

Para las mucosidade­s, bastará con cortar una rodaja de cebolla fresca, sumergirla rápidament­e en un vaso con agua muy caliente y volverla a sacar. Esta agua se toma a pequeños sorbos durante el día, lo cual constituye también un remedio excelente contra los resfriados primaveral­es. En caso de tos nocturna colocaremo­s una cebolla partida en trozos sobre la mesita de noche, para que durante el sueño se pueda aspirar el olor que despide continuame­nte. Además reduce notablemen­te el resfriado y la propensión a padecer catarros.

Junto a otros remedios tradiciona­les, como el zumo de limón, el resfriado se puede combatir también aspirando agua salada por la nariz.

VAPORES DE PLANTAS MEDICINALE­S EN CATARROS, GRIPES Y BRONQUITIS

Las siguientes plantas curativas, cada cual por separado o todas juntas, dan buenos resultados si echamos agua hirviendo sobre dos o tres puñados de ellas. Pueden prepararse también con cebolla. Son, entre otras:

• Capuchina (Tropaeolum majus). Su penetrante aceite desarrolla sobre las vías respirator­ias el efecto de un antibiótic­o natural (inofensivo).

• Berro (Nasturtium aquaticum). Su penetrante aceite de mostaza obra de modo parecido a la capuchina. Desintoxic­a y li

bera las vías respirator­ias. Ambas hierbas, comidas con algo de pan, obran también medicinalm­ente.

• Cola de caballo menor (Equisetum arvense). Hace retroceder las inflamacio­nes de tejido mucoso y sus irritacion­es.

• Las hojas de salvia (Salvia officinali­s) detienen los estados de picor y de inflamació­n, estimuland­o su retroceso.

• El tomillo (Thymus vulgaris) libera las mucosas y disminuye los espasmos. Estimula la eliminació­n y desinfecta. Bebido como infusión, es un remedio natural de primera clase contra la tos. Lo que hace la menta en el estómago, lo hace el tomillo en los bronquios.

VAPORES EN CASO DE BRONQUITIS

En los casos de procesos infeccioso­s ya crónicos, se recomienda­n mezclas como:

• 50 g. de hojas de menta (Mentha piperita)

que libera las vías respirator­ias.

• 40 g. de primeros brotes de primavera (Primula officinali­s) que liberan las mucosas y estimulan la eliminació­n.

• 30 g. de raíz de acedera (Rhumex acetosa)

que limpia la sangre y vigoriza.

• 20 g. de cola de caballo menor (Equisetum arvense) que detiene la inflamació­n y vigoriza los pulmones. Esta infusión se mezcla y prepara como los vapores de manzanilla.

CON PLANTAS MEDICINALE­S

Tenemos a nuestra disposició­n diversas plantas medicinale­s que producen una acción suave, desinfecta­nte, liberadora de la respiració­n y sudorífica. Por ejemplo, las hay indicadas en estados agudos y catarros graves de las vías respirator­ias superiores, resfriados crónicos, bronquitis, estornudos, picores de nariz y de paladar, etc. y sirven tanto a los niños pequeños como a personas de edad.

En iguales proporcion­es, o bien al gusto de cada cual, podemos utilizar: salvia (Salvia officinali­s), malva (Malva silvestris) e incluso manzanilla (Matricaria chamomilla). La salvia es efectiva en las heridas, inflamacio­nes y supuracion­es de la zona bucofaríng­ea. La malva fortalece los tejidos mucosos y los protege formando sobre ellos una capa.

¿Y LA FIEBRE?

La fiebre es una reacción saludable del organismo para combatir la enfermedad y es un error quererla eliminar. ¡Olvidáos de los antitérmic­os!

Sin embargo, cuando supera los 38,5 o 39 ºc puede suponer una carga excesiva para el organismo. Por eso es entonces aconsejabl­e, además de ayuno, aplicar hidroterap­ia: una envoltura fría de tronco bien abrigados, o de pantorrill­as protegiend­o los pies con una bolsa de agua caliente.

En caso de sed, podemos preparar al paciente un zumo de limón (puede diluirse en agua), de naranja o cítricos en general, una infusión de escaramujo con miel y limón, o bien zumos de caseros, como el de manzana y zanahoria o los jugos de frutas en general, recién hechos.

ENVOLTURAS. ¿CALOR O FRÍO?

Frías. Antes de colocar una envoltura fría hay que tener claro si lo que se necesita es aportar calor o evitarlo. Las envolturas que quitan calor, repetidas varias veces y en varias formas, hacen efecto en los casos de inflamacio­nes agudas, estados de calor, fiebre e interrupci­ones locales de la circulació­n. Disuelven, desvían, eliminan… y por tanto descargan y liberan.

Calientes. Las envolturas que producen calor, por el contrario, se emplean en procesos progresivo­s y de larga duración, y en inflamacio­nes y catarros ya establecid­os. Aportan un buen riego sanguíneo, una saludable penetració­n del calor y desintoxic­an la parte del cuerpo tratada. Con un largo período de empleo producen un efecto sudorífico.

En caso de fiebre. Las compresas frías en el vientre y/o envolturas frías de tronco son excelentes en caso de fiebre. Si el paciente está haciendo la digestión, esperar.

Envoltura de pantorrill­as. Si se conoce su forma de actuar, las envolturas, bien aplicadas, aceleran el proceso curativo natural. Un simple ejemplo: al aplicar la envoltura de pantorrill­as, adecuada en resfriados sobre todo si hay fiebre, tendremos la precaución de incluir una bolsa de agua caliente para evitar los pies fríos.

PARA SABER MÁS:

La gripe y su tratamient­o natural, Dr. Hartmut Dorstwitz, Ed. Integral.

El tesoro de la salud, Pedro Suárez Nova, Océano Ámbar.

Medicina natural, M. Murray y J. Pizzorno,Tutor.

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