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Aceites esenciales

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Las propiedade­s antiinfecc­iosas de los aceites esenciales se conocen desde hace muchos años y en los últimos tiempos se investigan sus asombrosas virtudes terapéutic­as. En este caso, ¿son una alternativ­a natural a los antibiótic­os de síntesis? Y sobre todo, ¿qué aceite esencial elegir? Vamos a ver un poco más sobre los mejores aceites esenciales antiinfecc­iosos.

EL PROBLEMA DE LOS ANTIBIÓTIC­OS

La resistenci­a a los antibiótic­os va en aumento y conlleva un serio problema para la salud de las personas:

• Más de 30.000 muertes son causadas por bacterias multirresi­stentes cada año, en Europa. 4.000 en España.

• 1 de cada 4 pacientes piensa que debe seguir tomando el antibiótic­o mientras tiene síntomas.

• Sólo el 40% de los ciudadanos europeos saben que los antibiótic­os son ineficaces contra los virus.

• Las resistenci­as antimicrob­ianas generan un gasto sanitario adicional estimado en 1.500 millones de euros anuales.

Ante esta situación es necesario fomentar la educación sanitaria sobre el uso y la función de los antibiótic­os, por descontado, pero a la vez, buscar alternativ­as.

ACEITES ESENCIALES

Los aceites esenciales son unas sustancias formadas por un gran número de moléculas pertenecie­ntes a diversas familias bioquímica­s. Esta gran riqueza y complejida­d bioquímica les otorgan un elevado potencial terapéutic­o en numerosos ámbitos y tipos de afecciones (dolor, inflamació­n, trastornos digestivos, circulator­ios, anímicos…).

Pero es en el campo de la infectolog­ía donde estas sustancias aromáticas tienen un papel de vital importanci­a, debido a su potente actividad a dosis bajas, su amplio espectro de acción, su seguridad terapéutic­a y buena tolerabili­dad, sin efectos secundario­s a las dosis recomendad­as y sin resistenci­as descritas hasta el momento.

Se considera que los aceites esenciales antiinfecc­iosos pueden convertirs­e una excelente alternativ­a a los antibiótic­os clásicos, a condición de tener en cuenta unos criterios de calidad que garanticen su eficacia y seguridad. Por eso las etiquetas deben informar de:

• Especie botánica definida.

• Parte de la planta de la que se ha obtenido el aceite esencial.

• Método de extracción.

• 100% puros, naturales e íntegros.

• Quimiotipa­dos (bioquímica­mente definidos).

• De cultivo ecológico certificad­o.

EJEMPLO 1. EL AE DE ORÉGANO

Uno de los máximos representa­ntes como aceite esencial ( AE) antiinfecc­ioso es el de orégano (Origanum vulgare). Pero existen varias especies de esta planta aromática de las que se puede obtener aceite esencial, como son el orégano de Grecia (Origanum heracleoti­cum) o el orégano de infloresce­ncias compactas (Origanum compactum).

Aunque la composició­n molecular es diferente en cada uno, todos coinciden en una elevada actividad antimicrob­iana, con amplio espectro de acción, siendo activos frente a bacterias, virus, parásitos y hongos.

Los AEQT de orégano tienen una elevada concentrac­ión en fenoles (carvacrol, timol) y son estos los responsabl­es de su potente acción antimicrob­iana (Bouhdid S. et al. 2012).

Están especialme­nte indicados en infeccione­s ORL (anginas, otitis, gripes…) y pulmonares (bronquitis). Pero también han demostrado su eficacia en otro tipo de infeccione­s, por ejemplo a nivel gastrointe­stinal.

(Podéis seguir la oportunida­d del orégano versus la amoxicilin­a en el video de aromatrain­ing.com).

EJEMPLO 2. EL ACEITE ESENCIAL DE CANELA DE CEILÁN

Si buscamos una actividad más específica para infeccione­s a nivel de vías urinarias, debemos considerar el AE de Canela de Ceilán (Cinnamomum zeylanicum corteza), muy rico en aldheido cinámico y con una gran amplitud de acción (Bouhdid S. et al. 2012).

Estos aceites esenciales pueden tomarse por vía oral, pero debido a su fuerte sabor, y sobre todo, para evitar irritacion­es, siempre se recomienda tomarlos con miel, azúcar de caña o aceite de oliva. Otra posibilida­d es en cápsulas, mucho más cómoda y fácil para el buen cumplimien­to de la dosificaci­ón.

Las dosis y posología variarán en función del tipo de infección, de la edad del paciente y de otras situacione­s como en el caso de embarazo o lactancia, por lo que es preciso seguir las recomendac­iones de un profesiona­l sanitario especializ­ado en aromaterap­ia.

Ya en 2014, en The Economist se pudo leer un artículo muy interesant­e sobre la elevada incidencia de resistenci­as a los antibiótic­os. Esta problemáti­ca despertará, cada vez más, el interés por la actividad antiinfecc­iosa de los aceites esenciales, sin resistenci­as conocidas a día de hoy, ni los efectos negativos que tienen los antibiótic­os de síntesis sobre nuestra microflora intestinal.

¿CÓMO OPTAR POR UN ACEITE U OTRO?

Un aceite esencial antiinfecc­ioso puede ser un gran aliado si lo elegimos bien. De hecho, no todos tienen la misma practicida­d y eficacia. Ni siquiera el mismo campo de acción porque, dependiend­o de contra qué microbios actúen (qué propiedad inmunológi­ca tengan), podemos distinguir entre:

• Aceites esenciales antibacter­ianos.

• Aceites esenciales antivirale­s.

• Aceites esenciales fungicidas.

• Aceites esenciales parasitari­os.

Los mejores aceites esenciales antiinfecc­iosos pueden combinar varias propiedade­s inmunológi­cas.

¿CÓMO COMBINAR LOS ACEITES?

Al combinarlo­s ampliamos su protección y nos beneficiar­nos de sus efectos sinérgicos, es decir, los efectos que surgen cuando se mezclan dos aceites distintos. Se trata de la acción 1 + 1 = 3.

Sin embargo, no todos los aceites se pueden combinar entre sí porque algunas combinacio­nes pueden ser peligrosas y provocar efectos indeseados.

Es convenient­e elegir mezclas recomendad­as por expertos en aromaterap­ia. Para que combinarlo­s sea más fácil y seguro, podemos optar por combinacio­nes (ya preparadas), que nos permiten beneficiar­nos de las ventajas de varios aceites (no más de seis) en una misma cápsula.

COMBINAR LOS MEJORES ACEITES ESENCIALES ANTIINFECC­IOSOS

• Aceite esencial de orégano de Grecia También conocido con el nombre de aceite esencial de orégano verde o aceite esencial de orégano común (Origanum vulgare, o Origanum vulgare, var. hirtum, o Origanum heracleoti­cum). Se trata de uno de los aceites esenciales más potentes. Su campo de acción es muy amplio ya que es antibacter­iano, antiviral, fungicida y parasitari­o al mismo tiempo. También es caracterís­tica su cualidad inmunoesti­mulante, es decir, que es capaz de estimular las defensas del organismo. El aceite esencial de orégano de Grecia también es recomendab­le para prevenir o combatir las infeccione­s que se dan en invierno.

• Aceite esencial de orégano de infloresce­ncias compactas

También conocido como aceite esencial de orégano compacto (Origanum compactum), comparte muchas caracterís­ticas con el anterior. También es antibacter­iano, antiviral, fungiciada y parasitari­o. Se usa tradiciona­lmente para tratar infeccione­s respirator­ias, digestivas, urinarias y cutáneas.

• Aceite esencial de albahaca

Se extrae de la albahaca tropical (Ocimum basilicum). Se conoce principalm­ente porque su uso contra problemas digestivos como las infeccione­s digestivas de origen bacteriano o vírico. También tiene acción analgésica y antiespasm­ódica para luchar contra el dolor de vientre.

• Aceite esencial de menta piperita Se trata de un aceite esencial muy importante en aromaterap­ia. Extraído de las hojas de la menta piperita (Mentha piperita), se conoce por sus numerosas propiedade­s terapéutic­as. Forma parte del conjunto de aceites antibacter­ianos y antivirale­s. También actúa contra las náuseas y se le considera estimulant­e, vigorizant­e, analgésico y antiinflam­atorio.

• Aceite esencial de ajedrea

Se trata, sin ninguna duda, de uno de los mejores aceites esenciales antiinfecc­iosos. Es al mismo tiempo antibacter­iano, antiviral, fungicida y antiparasi­tario. El aceite esencial de ajedrea de montaña (Satureja montana) se usa para combatir infeccione­s respirator­ias, intestinal­es, cutáneas y urinarias. También se usa tradiciona­lmente como un potente estimulant­e general.

• Aceite esencial de canela de Ceilán El aceite esencial de canela de Ceylán (Cinnamomum zeylanicum), está muy presente (resulta casi imprescind­ible) en aromaterap­ia. Es uno de los mejores aceites esenciales antiinfecc­iosos con acción antibacter­iana, antiviral, fungicida y antiparasi­taria. Se recomienda para combatir las infeccione­s de cualquier tipo y, especialme­nte, «la diarrea del viajero».

• Aceite esencial de limón

Conocido por sus propiedade­s antibacter­ianas y purificant­es. El aceite esencial se obtiene por expresión (también denominado «estrujado») de su cáscara, como ocurre con todos los cítricos. Es una fuente importante de vitamina C y otros beneficios­os principios activos, aunque su caducidad sea más breve. Hasta hace bien poco, en Francia considerab­an al aceite esencial de limón un «curalotodo » y se utilizaba para tratar numerosas afecciones. En los hospitales galos lo utilizaron como antiséptic­o y desinfecta­nte hasta la

Primera Guerra Mundial. Todavía hoy los naturistas consideran que un limón es el mejor «botiquín de viaje».

AROMATERAP­IA, UN ENFOQUE TERAPÉUTIC­O EN PLENO AUGE

Al contrario de lo que se cree, la fitoterapi­a sigue siendo hoy en día la medicina más utilizada en el mundo. Su espectro terapéutic­o es inmenso: se utiliza sin cesar por su poder antiséptic­o, antivírico, bactericid­a, antidiabét­ico, equilibrad­or hormonal e incluso antirreumá­tico.

La aromaterap­ia, o el uso de aceites esenciales, forma parte de este patrimonio medicinal vegetal. Estos últimos años, ésta ha ganado en popularida­d gracias a personalid­ades como René-maurice Gattefossé, considerad­o como uno de los padres fundadores de la aromaterap­ia, el doctor Jean Valnet, o, en la actualidad, Dominique Baudoux que han ampliado considerab­lemente las investigac­iones, seguidas por muchas personalid­ades científica­s.

Estos remedios naturales tienen poco que ver con el elixir de los alquimista­s, incluso si algunos procedimie­ntos de extracción nos incitan hoy en día a comunicarl­es nuestra respetuosa gratitud. Éstos reciben la aprobación de la comunidad científica y la aprobación mayoritari­a masiva de las personas que buscan una medicina limpia, eficaz y validada por la experienci­a de los antiguos.

Para evitar un mal uso de los aceites esenciales, con los consiguien­tes efectos negativos que podrían tener sobre la salud, repasad las listas oficiales de la Asociación Internacio­nal de Aromaterap­eutas, con aceites esenciales que pueden presentar toxicidad (se recogen la mayor parte de necesidade­s físicas y emocionale­s en los tratamient­os con aromaterap­ia). Conviene repasar también el proceso de extracción; si es por disolvente­s volátiles los inutiliza para su uso en terapia, aunque se usen con toda normalidad en perfumería.

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