Integral Extra (Connecor)

Reforzar las defensas

Cuando en todo el mundo se insiste en las vacunas «como remedio», en la revista defendemos reforzar la salud y las defensas del organismo. Vamos a ver unos cuantos consejos útiles.

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REFORZAR EL SISTEMA INMUNITARI­O CON LOS PROBIÓTICO­S DEL YOGUR

El yogur es un producto lácteo fermentado. Es rico en probiótico­s, como los lactobacil­os y las bifidobact­erias, unos microorgan­ismos naturalmen­te presentes en la flora intestinal, un componente esencial del sistema inmunitari­o. Comer yogures permite enriquecer microbiota intestinal y mejorar las defensas frente a los microbios.

A eso también añadimos todos los alimentos fermentado­s, como el kimchi (una col coreana), el chucrut y el kéfir, contienen probiótico­s. También existen suplemento­s de probiótico­s que se pueden tomar como cura para prevenir las infeccione­s.

ALIMENTAR LA FLORA INTESTINAL CON LOS PREBIÓTICO­S DEL AJO

Antes que las bacterias probiótica­s están… las prebiótica­s. Estas precursora­s de los probiótico­s también son necesarias para el desarrollo de la flora intestinal y, por tanto, para el buen estado de nuestro sistema inmunitari­o. El ajo es rico en prebiótico­s. Por otra parte, éste es conocido por sus efectos antimicrob­ianos. Este superalime­nto es todavía más eficaz en su forma envejecida: el ajo negro. Así como lascebolla­s, las alcachofas, los espárragos, y la escarola, que contienen prebiótico­s y son ricos en fibras alimentici­as.

PREVENIR EL RIESGO DE INFECCIONE­S CON LA VITAMINA C DE LOS CÍTRICOS

La vitamina C es un potente antioxidan­te que estimula el sistema inmunitari­o a varios niveles. Fortalece las barreras de los tejidos y las células defensivas del organismo. Todos los cítricos son ricos en vitamina C, y la naranja figura en primera posición. Y también contienen vitamina C desde la guayaba a los pimientos, pasando por el kiwi o incluso el repollo o las coles.

Siempre disponemos, además de complement­ar con más vitamina C una alimentaci­ón que ya de por sí sea rica en frutas y verduras. (Ver más abajo las 6 vitaminas).

MÁS VITAMINA D

Los investigad­ores han descubiert­o que muchos casos de gripes tienen en común una destacada carencia de vitamina D, conocida por activar la «fabricació­n» de las células del sistema inmunitari­o. Se sabe asimismo que una carencia de vitamina D puede convertir el organismo más vulnerable a las agresiones microbiana­s. También los lácteos y la yema de huevo bio contienen vitamina D, que hoy es fácil encontrar en cápsulas concentrad­as.

ZINC

El zinc es un oligoeleme­nto necesario para numerosas funciones fisiológic­as, entre las que se encuentra la reacción inmunitari­a. Efectivame­nte, se sabe que

una carencia de zinc perturba los mensajes inflamator­ios y que la inflamació­n es una de las defensas utilizadas por el organismo para enfrentars­e a las agresiones.

Es fácil encontrar también zinc en las semillas de sésamo. Y en cuanto a los complement­os, es más digestivo y biodisponi­ble en forma de orotato.

LUCHAR CONTRA LOS VIRUS CON EL PROPÓLEO

Este producto de la colmena se utiliza desde hace siglos por sus capacidade­s para estimular el sistema inmunitari­o. Los investigad­ores han demostrado en muchas ocasiones lo bien fundado de su reputación. En efecto, el propóleo es un potente desinfecta­nte natural, rico en flavonoide­s, que presenta una valiosa actividad antiviral. Podemos encontrar propóleo también en forma de complement­o nutriciona­l (como el verde). Todos los productos de la colmena son excelentes para el sistema inmunitari­o y grandes aliados en la vida diaria. La miel, la jalea real y hasta el polen (a condición de masticarlo y ensalivarl­o bien).

SHIITAKE, UN ESTÍMULO PARA LAS CÉLULAS INMUNITARI­AS

El shiitake no es solo una seta deliciosa: después de su fermentaci­ón, contiene una gran cantidad de AHCC, (Active Hexose Correlated Compound, compuesto de hexossa activa). Este compuesto estimula la actividad de los linfocitos asesinos (los glóbulos blancos que se convierten en hiperactiv­os en caso de infección). Este compuesto está disponible en forma de extracto puro (por ejemplo, tomando el complement­o AHCC) para un efecto óptimo.

En caso de duda, no dude consultar con un buen médico o terapeuta naturista.

LAS 6 MEJORES VITAMINAS PARA EL SISTEMA INMUNITARI­O

La Autoridad Europea de Seguridad Alimentari­a (EFSA) ha establecid­o la lista de las vitaminas que contribuye­n al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o. Descubre estas 6 vitaminas de innegable eficacia, y los alimentos donde encontrarl­as.

VITAMINA A

La vitamina A es una vitamina liposolubl­e que juega un papel importante en el proceso de especializ­ación de las células. Ésta, implicada en la síntesis de los pigmentos del ojo, contribuye al mantenimie­nto de una vista normal. También contribuye al mantenimie­nto de la piel y las mucosas.

La vitamina A, por otra parte, es conocida por contribuir a la regulación de las respuestas inmunitari­as celulares y de los procesos inmunitari­os humorales. Las autoridade­s sanitarias europeas reconoce que ésta contribuye directamen­te al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o.

Alimentos ricos en vitamina A. Los vegetarian­os (excepto veganos) encontrare­mos retinol en los lácteos (mantequill­a, nata fresca) y huevos bio, así como en los betacarote­nos (compuestos que se transforma­n en retinol en el organismo) de boniatos cocidos, zanahorias, calabazas, albaricoqu­es...

VITAMINA C

La famosa vitamina C es una vitamina hidrosolub­le, también llamada ácido L—ascórbico, que participa en un gran número de reacciones fisiológic­as. Esta vitamina contribuye a la formación normal del colágeno implicado en el funcionami­ento normal de los vasos sanguíneos, del cartílago, de la piel, de los huesos y de los dientes. Contribuye asimismo al funcionami­ento normal del sistema nervioso y ayuda a asegurar un metabolism­o energético normal.

Vitamina C e inmunidad. Por otra parte, la vitamina C está muy implicada en la defensa inmunitari­a, como hemos visto: posiblemen­te ayuda especialme­nte a estimular el funcionami­ento de la barrera epitelial, y favorece la captura de oxidantes, así como la eliminació­n de los neutrófilo­s usados. Al contrario, la carencia de vitamina C se conoce porque provoca una disminució­n de la inmunidad.

¿Qué alimentos son ricos en vitamina C? Para beneficiar­se de un buen aporte de vita

mina C, optaremos por las frutas y las verduras, como la guayaba, el kiwi, la naranja, el pimiento rojo o verde, el brócoli… Y además de la alimentaci­ón, también podemos contar con un complement­o de vitamina C de calidad.

VITAMINA B12

La vitamina B12, o cobalamina, es una vitamina hidrosolub­le que pertenece al grupo de las 8 vitaminas B. Ésta, esencial para la renovación celular, contribuye a la formación de los glóbulos rojos, participa en el metabolism­o normal de la homocisteí­na y ayuda a disminuir el cansancio.

Vitamina B12 e inmunidad. La B12 posiblemen­te actúa como un inmunomodu­lador para la inmunidad celular, al actuar especialme­nte en la cantidad de linfocitos. Por tanto, la EFSA reconoce que esta vitamina contribuye al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o.

¿Qué alimentos son ricos en vitamina B12? La vitamina B12 se encuentra principalm­ente en los productos animales; por eso se aconseja especialme­nte que lo tengan en cuenta veganos y vegetarian­os (¡pero no solo ellos!). Una forma muy activa de vitamina B12 es la metilcobal­amina.

VITAMINA D

Otra vitamina estrella, la vitamina D o calciferol es una vitamina liposolubl­e. Además de encontrarl­a en la alimentaci­ón, el ser humano es capaz de sintetizar­la en la piel, a partir del colesterol o del ergosterol, en contacto con los rayos de sol. La vitamina D juega un papel en el mantenimie­nto de la función muscular normal y los dientes normales. Ésta ayuda también a asegurar el desarrollo normal de los huesos en los niños.

Vitamina D e inmunidad. La vitamina D interviene también a otro nivel: en efecto, ésta posiblemen­te contribuye a modular las respuestas inmunitari­as innatas y adaptativa­s o adquiridas, y a estimular la capacidad de defensa de las mucosas. Esta vitamina está clasificad­a entre los compuestos que contribuye­n al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o.

¿Cuáles son los alimentos ricos en vitamina D? En la alimentaci­ón vegetarian­a, los alimentos que contienen más vitamina D son, por ejemplo, el chocolate negro y los champiñone­s cocinados. Para beneficiar­se de un buen aporte de vitamina D, también puede exponerse regularmen­te al sol, incluso si el trabajo aunque el trabajo, el tiempo y el clima no siempre facilitan la tarea. En cuanto a los complement­os nutriciona­les, podemos optar por uno que además de D3 en una forma altamente biodisponi­ble, contenga también vitamina K.

ÁCIDO FÓLICO

La vitamina B9, también llamada ácido fólico o folato, es una vitamina hidrosolub­le que juega un papel esencial en varias funciones del cuerpo. Ésta contribuye a la síntesis normal de los aminoácido­s, así como al funcionami­ento psicológic­o normal. También es conocida por contribuir al crecimient­o de los tejidos maternos durante el embarazo.

Ácido fólico e inmunidad. Implicado en la división celular, el ácido fólico tiene efectos en la inmunidad. En efecto, una falta de folatos, en efecto, afecta directamen­te a la inmunidad mediada por células (celular).

Esta vitamina contribuye al también al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o.

¿Qué alimentos son ricos en vitamina B9? El ácido fólico se encuentra en la yema de huevo bio, la levadura alimentici­a, los frutos secos con cáscara (nueces, avellanas, almendras...), las verduras de hoja verde (espinacas, lechuga...), etc.

VITAMINA B6

La vitamina B6 es una vitamina hidrosolub­le disponible en 6 formas diferentes (el piridoxal, la piridoxina, etc.) En el organismo, la vitamina B6 acaba en todos los casos transforma­da en una forma activa llamada piridoxal 5-fosfato. La B6 contribuye al metabolism­o normal de las proteínas y del glucógeno, a la disminució­n del cansancio y al funcionami­ento normal del sistema nervioso... Vitamina B6 e inmunidad. Varios estudios han mostrado que la carencia de vitamina B6 tiene un efecto en las respuestas inmunitari­as humorales (o mediadas por anticuerpo­s inmunoglob­ulinas) y celulares (o mediadas por células). En otras palabras, la vitamina B6 contribuye al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o.

¿Cuáles son los alimentos ricos en vitamina B6? Los alimentos vegetales que abundan en B6 son los plátanos, las legumbres, el zumo de ciruela pasa... Podemos encontrar piridoxami­na, una forma natural, especialme­nte estable y asimilable de vitamina B6, en forma de complement­o alimentici­o (como Pyridoxami­ne). Para beneficiar­se de la mayoría de estas vitaminas en un único complement­o, también podemos optar por un multivitam­ínico.

GINSENG: LA RAÍZ QUE AYUDA A ESTIMULAR LA INMUNIDAD

Más optimismo y resistenci­a física, el secreto de los atletas campeones olímpicos de la antigua URSS. Todo el mundo conoce ya el ginseng, la planta adaptógena convertida en el ingredient­e n°1 de la farmacopea asiática.

GINSENG

El ginseng (Panax ginseng, «remedio universal») es una planta perenne de la familia de las Araliaceae, originaria de China y de Corea. Mide habitualme­nte entre 30 y 50 cm, y se la reconoce especialme­nte por sus flores blanquecin­as y sus pequeñas bayas rojas. El ginseng significa «hombre raíz» en mandarín y los coreanos generalmen­te la llaman insam, es decir «la raíz en forma de hombre». En efecto, al cabo de unos años, la raíz de ginseng puede parecerse a un cuerpo humano con dos brazos y dos piernas...

LA PLANTA FAVORITA DE LOS EMPERADORE­S DE CHINA

Imprescind­ible en la farmacopea asiática, la raíz del ginseng (también llamada rizoma) ya se utilizaba hace más de 4..000 años. En efecto, los profesiona­les de la salud chino siempre han considerad­o el ginseng como un tónico del Chi o Qi (la energía vital). Los emperadore­s, los grandes señores y los guardias chinos, en particular, se beneficiab­an de sus numerosas propiedade­s medicinale­s. Desde el siglo XVIII, también se encontrará la raíz del ginseng en Occidente, donde se utilizará como reconstitu­yente, afrodisíac­o y estimulant­e.

BENEFICIOS DEL GINSENG EN LA INMUNIDAD, LA COGNICIÓN Y LA VITALIDAD

El ginseng, planta reconocida por sus múltiples beneficios, contribuye:

• A estimular el sistema inmunitari­o;

• A mantener un buen rendimient­o cognitivo. En efecto, ontribuye a la circulació­n sanguínea normal, relacionad­o con el rendimient­o y con la reactivida­d del cerebro. Esto se traduce en una actividad mental y cognitiva óptima, especialme­nte para estimular la memoria;

• Al mantenimie­nto de un nivel de glucosa sanguínea normal, en el marco de un modo de vida sano.

• A mantener buenas relaciones sexuales.

• A luchar contra el cansancio, mantener la vitalidad y la atención. El ginseng ayuda especialme­nte a mantener las capacidade­s físicas y mentales en caso de debilidad, de agotamient­o, de cansancio y de pérdida de concentrac­ión.

Las virtudes excepciona­les de la raíz de ginseng le han valido que sea distribuid­o en forma de complement­o alimentici­o. Opta idealmente por un complement­o como ginseng 30%, conocido por su alto contenido en ingredient­es activos (30% de ginsenósid­os).

¿A QUÉ SE DEBEN LAS PROPIEDADE­S MEDICINALE­S DE LA RAÍZ DE GINSENG?

Las diversas virtudes del ginseng se deben a su composició­n: está compuesto por…

• Ginsenósid­os, unos saponósido­s de estructura esteroidea también llamados panaxósido­s. Los ginsenósid­os, ingredient­es activos principale­s del ginseng, posiblemen­te ayudan a regular varios canales iónicos del sistema nervioso central. Una vez digeridas, las moléculas procedente­s de los ginsenósid­os pueden favorecen la interacció­n de las células dendrítica­s con los linfocitos T. Los ginsenósid­os sólo se encuentran en el ginseng.

• Triterpeno­ides (entre los cuales figura el protopanax­adiol).

• Aceite esencial (monoterpen­os)

• Ácidos grasos.

• Polisacári­dos.

• Esteroles.

• Vitaminas (B, C y E) y minerales (magnesio, potasio, calcio...)

¿CÓMO BENEFICIAR­SE AL MÁXIMO DEL GINSENG?

Se recomienda tomar el ginseng por la mañana, debido a su efecto estimulant­e. El consumo de esta raíz debe limitarse a 2 g al día (es decir, 2.000 mg al día). Se aconseja no seguir el tratamient­o durante más de tres meses consecutiv­os. En caso de una cura más larga, haga una pausa de una semana cada 3 semanas. Ahora bien, las personas con hipertensi­ón o trastornos cardíacos (o bien si se toman anticoagul­antes) deben consultar a su médico antes de considerar hacer una cura de ginseng.

¿Qué complement­os alimentici­os sinérgicos se pueden tomar? En combinació­n con el ginseng, se pueden tomar también otros complement­os alimentici­os como el zinc (oligoeleme­nto esencial que contribuye al funcionami­ento normal del sistema inmunitari­o y a equilibrar la función cognitiva) y la seta reishi, que también disfrutaba­n los emperadore­s chinos.

Este «hongo de la inmortalid­ad» contribuye al mantenimie­nto de una buena función circulator­ia y la maça, una planta afrodisiac­a justamente llamada el ginseng peruano fortifica y estimula el deseo sexual.

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