Aguas y salud
«Somos todos agua de diferentes ríos. Por eso es tan fácil conocernos. Somos todos agua en este vasto, vasto océano. Algún día nos evaporaremos juntos». AGUAS ESPECIADAS
Un calmante tradicional de la Medicina Ayurvédica
La dieta ayurvédica recomienda beber mucho líquido. El agua se toma caliente y especiada, con frecuentes sorbos entre comidas, pero nunca después de la última del día. Eso sí, podemos tomar sorbos de agua pura de un vaso durante las comidas y también si tenemos mucha sed.
El agua caliente es más suave para el sistema digestivo que la fría o muy fría que hace que se apague el fuego digestivo, es decir, el agni.
Existen fórmulas para equilibrar cada carácter o «dosha»: recordemos que, según la medicina tradicional ayurvédica de la India, cada constitución humana se rige por los tres biotipos o caracteres (las tres doshas: Vata, Pitta y Kapha), con marcadas tendencias hacia uno o varios de ellos.
(Podéis ver artículos sobre Ayurveda en los números 369 y 460).
VATA
Menta, hinojo y malvavisco
Hervimos un litro de agua durante 5 minutos. Retiramos del fuego y añadimos 3 hojas de menta, media cucharadita de semillas de hinojo y un cuarto de cucharadita de raíz de malvavisco.
La llevamos en un termo para tomarla caliente a lo largo del día.
PITTA
Hinojo, rosa y clavo de olor
Hervimos un litro de agua 2 minutos. Añadimos un cuarto de cucharadita de semillas de hinojo, 2 capullos de rosa (o una cucharadita de agua de rosa) y un clavo.
En verano, tomamos la infusión a temperatura ambiente. En invierno, podemos beberla más caliente.
KAPHA
Albahaca, jengibre, hinojo y comino
Hervimos un litro de agua 5 minutos. Añadimos 3 hojas de albahaca, 2 rodajas finas de jengibre fresco, un cuarto de cucharadita de comino y media cucharadita de hinojo.
Lo tomamos templado o caliente de un termo a lo largo del día.
SEMILLAS DE CHÍA, EXCELENTES PARA LA SALUD
Las semillas de chía mejoran la salud cardiaca: las semillas de chía son ricas en ácido alfa-linolénico (ALA), que precursor de la familia omega-3 que se encuentra en las plantas.
En el cuerpo humano, el ALA se convierte en los otros dos ácidos grasos omega-3: ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
Sabemos que los ácidos grasos omega-3 son esenciales para un sistema cardiovascular saludable porque reducen la inflamación y el colesterol, entre otros efectos. También son beneficiosos para el cerebro.
Se estudia también si ayudan a controlar mejor la glucosa y la insulina en sangre, porque su alto contenido de fibra retarda su absorción.
Digestión más suave: las semillas de chía son una fuente abundante de fibra, con 10 g en 2 cucharadas. La fibra de las semillas de chía es principalmente soluble, lo que te ayuda a aumentar la sensación de saciedad, ralentiza la digestión y favorece el buen estado de la microbiota intestinal.
AGUA DE CHÍA
La semilla chía es especialmente rica en ácidos grasos omega 3 y fibra que conviene que incluyas en tu dieta. Prepárate agua de chía, te sorprenderá.
Las semillas de chía son una de las principales fuente de ácidos grasos esenciales omega-3, sobre todo en la dieta vegetal. Además contienen calcio, magnesio, hie
rro, fósforo, vitaminas del grupo B y proteínas. En conjunto aportan múltiples propiedades nutricionales muy beneficiosas para nuestro organismo.
Conviene tomar semillas de chía habitualmente, si es posible a diario, para garantizarse la obtención de cantidades suficientes de omega-3. La cantidad indicada es (aproximadamente) una cucharada sopera de semillas, que proporcionan aproximadamente 2,5 g de omega-3 (la ingesta recomendada es un mínimo de 1,5 g).
Tomar agua de chía es una buena manera de consumirlas y se prepara así:
INGREDIENTES PARA 1 PERSONA:
• 15 G DE SEMILLAS DE CHÍA.
• EL ZUMO DE UN LIMÓN.
• 500 ML DE AGUA.
•1 CUCHARADA DE UN BUEN ENDULZANTE COMO AZÚCAR DE CAÑA INTEGRAL O AZÚCAR DE COCO O SIROPE DE MELAZA O DE ÁGAVE.
1. Pon las semillas de chía en remojo. Para ello, introduce la chía en un recipiente y cúbrelas con agua. Evidentemente en este paso no gastarás el litro entero de agua, solo la cantidad necesaria para cubrir todas las semillas. Reserva el resto del agua para más adelante. Tendrás que dejarlas en remojo una hora para que se reblandezcan y crezcan.
2. Mientras tanto, coge otro recipiente y vierte el agua que sobró del paso anterior. Agrega el zumo de los limones y mezcla bien. Si no tienes limón, puedes utilizar zumo de lima, el resultado será muy similar.
3. Agrega el endulzante y remuévelo bien.
4. Una vez transcurrido el tiempo de remojo de las semillas, agrega la chía al agua con limón sin colarla. Mézclalo todo bien y deja que repose durante 10 minutos.
Puedes dejarla a temperatura ambiente o introducirla en el frigorífico, en función de si quieres que el agua esté fresca o natural.
5. Pasado el tiempo de reposo, ya la puedes servir en vasos y, si lo deseas, introducir cubitos de hielo y decorar con una rodaja de limón o lima. No cueles el agua, bébete las semillas para beneficiarte de todas sus propiedades.
LAS SEMILLAS DE CHÍA EN LA COCINA
Aquí tienes otras maneras de comer semillas de chía:
• Agrégala directamente a alimentos como batidos, yogur, sopa, avena o gachas.
• Crea un «gel de chía» mezclando un cuarto de taza de semillas de chía y una taza de agua o leche vegetal. Este gel se puede utilizar como refuerzo nutricional y espesante para una gran variedad de alimentos.
• Agrega 2 cucharadas de semillas de chía a las gachas de avena para darle un toque nutricional y mayor consistencia.
EL PODER CURATIVO DEL AGUA
Según estadísticas recientes, de todo lo que se bebe solo es agua el 21%. El agua contribuye a la disolución de los alimentos en el intestino, transporta los minerales y nutrientes por la sangre a todas las células del cuerpo, y por medio de la orina elimina los desechos. Entre el 60 y 70% del peso total del cuerpo es agua; un 4,5% se aloja en los vasos sanguíneos – agua plasmática– y el 16% del peso corporal se encuentra en el agua extra celular.
El cuerpo va consumiendo diariamente esos porcentajes de agua. Los pulmones absorben 800 ml diarios, el aparato urinario 1 litro y las heces 100 ml. Estas cifras que se pierden deben compensarse a través de la alimentación. Lo que comemos desprende diez litros de agua por día y ese volumen es reabsorbido por el intestino grueso y el colon.
La deshidratación se presenta cuando se lleva al cuerpo menos agua de la que se consume, y entonces se rompe el equilibrio hídrico. Su gravedad varía, según se dé en el interior o el exterior de las células. La deshidratación extracelular hace que la piel se reseque. La intracelular, en cambio, produce fiebre y sed. El cuerpo humano pierde agua por cuatro vías:
• El riñón, mediante la orina.
• El tubo digestivo, por medio de las heces.
• La piel, debido al sudor.
• El aparato respiratorio, a través del aire que se exhala.
El agua que se bebe es absorbida por el organismo en el último tramo del intestino delgado y al comienzo del grueso. Sólo una parte de ella se va con las heces. Cuando hay una inflamación intestinal, este proceso se altera en forma perjudicial, y se puede llegar a perder una gran cantidad de agua. Por eso, hay que tomar más agua que la habitual.
Si el organismo incorpora agua en exceso, también se descompensa: aumenta la
tensión arterial y la persona tiene vómitos y dolor de cabeza. El riñón es el regulador central encargado de mantener el nivel de agua del organismo. Decide si debe aumentar o disminuir el volumen de orina que se eliminará, según cuál sea la cantidad que le envía la sangre.
EL PRIMER NUTRIENTE
El primer nutriente que el cuerpo necesita es el agua, que genera energía, disuelve los minerales, las proteínas y otros componentes solubles en la sangre, que a su vez los transporta y los distribuye por todo el cuerpo.
Un buen signo para detectar el estado de las necesidades de agua en el cuerpo es a través del color de la orina. Una persona bien hidratada produce orina prácticamente incolora (sin contar el color que le dan las vitaminas o los aditivos de color en la comida). En contraposición, una persona mínimamente deshidratada produce orina amarilla, mientras que alguien realmente deshidratado produce orina de color anaranjado.
Cuanta menos cantidad de agua se tome, los riñones tendrán que trabajar más para concentrar la orina y excrementos debido a que se acumulará más toxicidad química.
Si el agua se ingiere en la mitad de la comida no entorpecerá la digestión drásticamente como muchos creen, pero la deshidratación durante la comida sí lo hará.
PARA TODAS LAS NECESIDADES
El agua, esa conocida combinación de dos partes de hidrógeno y una de oxígeno, debe ser incolora, inodora e insípida. Partiendo de esta premisa, existen varios tipos de agua que tienen diferentes destinos según sea su preparación…
• AGUA DESTILADA. Se prepara mediante un tubo refrigerante, un dispositivo que posee una serpentina de vidrio rodeada de otro tubo mayor, por el que circula agua potable fría. Ésta se evapora y el vapor se concentra en la serpentina, cayendo en el otro extremo como agua destilada.
• AGUA ALBUMINOSA. Es una variante del tiempo de las abuelas que aún puede utilizarse contra las intoxicaciones. Para obtenerla, basta hervir cuatro claras de huevo en un litro de agua.
• AGUA POTABLE. Es la que se destina a la alimentación de los seres humanos. Se consume diariamente en la red urbana y su grado de potabilidad está severamente legislada porque es la materia prima para la preparación de bebidas, inyecciones, agua destilada y purificada.
• AGUA PARA INYECCIONES. Por muy pura que pueda ser el agua que se obtenga, siempre conserva algo de toxicidad. Por lo tanto, para las inyecciones se vuelve a destilar el agua purificada y, una vez lista, debe ser utilizada en el término de tres horas como máximo.
• AGUA DE ARROZ. Se obtiene cociendo 40 gramos de arroz en un litro de agua, y su aplicación más difundida es para detener la diarrea.
• AGUA OXIGENADA. La popular solución de peróxido de hidrógeno que debe conservarse en lugar fresco y sin luz directa para que no pierda sus propiedades. Generalmente se comercializa en diez volúmenes, lo cual significa que libera diez veces más oxígeno que el agua común. Se emplea en forma local como antiséptico y hemostático.
• AGUA CON GAS. Es un tipo de agua en el que se ha aumentado artificialmente su volumen de anhídrido carbónico. Su consumo prolongado provoca hinchazón de vientre, y con el tiempo las fibras del estómago pierden su tonicidad natural. No se recomienda para quienes tengan problemas de acidez, flatulencia o úlcera gástrica. Sin embargo, estimula el apetito y la secreción de jugos gástricos.
MÁS SOBRE EL AGUA EN INTEGRAL:
Número 14, Cáncer en el agua del grifo.
Numero 17, El agua.
Número 58, Las aguas minero medicinales.
Número 90, Las aguas sulfuradas.