EN DIETÉTICA
¿Podemos encontrar un equilibrio que pueda guiar nuestros pasos en materia de alimentación? Veamos La opinión del naturópata francés Robert Masson.
HAY TANTAS OPCIONES QUE SE HACE DIFÍCIL ELEGIR. ¿CON CUÁL NOS QUEDAMOS?:
• ¿La macrobótica que preconiza una alimentación a base de cereales y los partidarios de un tipo de alimentación natural que casi los excluye?
• ¿Los frugívoros que aconsejan una alimentación a base de frutas y los practicantes de la macrobiótica que las excluyen casi totalmente?
• ¿Los vegetalianos (vegetarianos estrictos) que suprimen la carne, el queso y los huevos, y los vegetarianos que suprimen sólo las carnes y comen pequeñas cantidades de queso y huevos?
• ¿Entre los crudívoros que excluyen todo lo que se come cocido (pan, pastas, arroz, patatas) y que aceptan lo que puede comerse crudo (frutas, carne, pescado, huevos, queso, oleaginosos, verduras) y las otras tendencias vegetarianas partidarias de que en su alimentación entren a formar parte los alimentos cocidos?
• ¿Los cartonianos que preconizan en una misma comida una alimentación natural, pero muy variada, y los sheltonianos, que la prefieren disociada?
Es obvio que existen motivos para no comprender nada y la mayoría de la gente se hace un lío. Por ello vamos a tratar de extraer un poco de luz de toda esta confusión. Si se miran todos los métodos, se advierte que a pesar de las divergencias profundas, existen puntos comunes admitidos por todos, a saber:
1. LA NO-DESNATURALIZACLÓN DE LOS ALIMENTOS
No debemos sustraer nada al alimento ya que se le desequilibra y no sólo se pierden los elementos sustraídos (vitaminas, oligoelementos, minerales, celulosa, etc...) sino que los alimentos restantes se vuelven más difíciles de digerir y de asimilar. Además, no debe añadirse nada a los alimentos, pues los aditivos químicos y sintéticos no pueden ser metabolizados correctamente, dado que ninguna cadena metabólica prevista en el organismo para estos aditivos sintéticos. El organismo está entonces obligado a crear circuitos parametabólicos que producen deterioros y desorganizaciones celulares.
2. LA MODERACIÓN ALIMENTICIA
Todos los fundadores de escuelas admiten que la reducción cuantitativa es esencial
en la prevención de enfermedades digestivas, articulares, cardiovasculares, etc. En una palabra, en la prevención de las enfermedades crónicas. Todos admiten también que la reducción alimenticia es el factor esencial antienvejecimiento de cara a una longevidad activa.
3. EL EQUILIBRIO ALIMENTICIO
• Alimentación natural moderada y equilibrada. Todos lo estiman indispensable, porque ningún alimento aporta todo lo necesario para la vida y a la vitalidad (de ahí la necesidad de una alimentación variada). He aquí, pues, unas bases admitidas por todos. Fuera de estas nociones básicas, todos los sistemas supresivos o exclusivos son dañinos.
• El exceso de frutas (crudivorismo, frutarismo, especifismo, sheltonismo) produce en caso de norma-vitalidad y sobre todo en caso de sub-vitalidad, frialdad, fatigabilidad, desmineralización y desvitalización.
• La insuficiencia de frutas (alimentación macrobiótica, cerealiana) produce, sobre todo en caso del hemogliásico, del linfogliásico, del obeso y del congestivo, un aumento de la viscosidad humoral, la fragilidad vascular, arterial, venosa y capilar, pues las frutas por sus ácidos cítricos, málicos, tartáricos, sórbicos, etc... son fluidificantes y por sus vitaminas P y C protectoras de la circulación sanguínea.
• El exceso de cereales, en macrobióticos (sobre todo), vegetalianos (a menudo) y vegetarianos (a veces), conduce a la hiperviscosidad humoral, a las fatigas digestivas, a las dermatosis y a los catarros.
• La insuficiencia de cereales (alimentación crudivorista, frutarismo. especifismo) conduce al adelgazamiento y a la desvitalización por insuficiencia energética y por no-asimilación de las proteínas.
• La sobrealimentación por exceso de huevos y queso produce un aumento de las grasas, del colesterol, de los triglicéridos en la sangre, el ateroma y contribuyen a la deficiencia hepatorrenal y a las enfermedades articulares.
• La insuficiencia de huevos y queso (vegetalismo, macrobiótica, ciertas formas de frutarismo, vegetarismo o veganismo mal equilibrados) produce la hipotonía general, la fragilidad ósea, las tendencias a la anemia, la frialdad, la fatigabilidad, las dificultades sexuales y una irritabilidad del sistema cerebral debida a carencias tomadas erróneamente por lucidez de espíritu.
• El exceso de carne en la alimentación habitual produce (sobre todo si se trata de carnes grasas), ateromas, agotamiento hepático, artrosis y un sinfín de enfermedades a largo plazo. Si se trata de un exceso de carne de la llamada magra, tendremos la fatiga hepatorrenal (a veces con hipertensión).
• La ausencia de carne (vegetalismo, vegetarismo) no parece provocar ninguna alteración si la alimentación está suficientemente provista de alternativas al aporte proteico de las carnes animales, como los huevos y derivados lácteos y la proteína vegetal (seitán, tofu, tempeh, legumbres combinadas con cereal),
En el caso de una persona mayor de más de sesenta años que haya comido carne animal toda su vida, conviene hacer la supresión paso a paso y con prudencia. Entre los defensores de una alimentación convencional, se argumenta que podría darse un debilitamiento general que no conviene confundir con una crisis de desintoxicación.
Por otra parte, vale la pena recordar la importancia de un aporte proteico suficiente en determinadas edades (infancia y adolescencia) y situaciones (embarazo) de la vida.
• El exceso de variedad en una misma comida (cartonismo, alimentación popular convencional) produce un equilibrio alimenticio positivo y la asimilación se efectúa muy bien, pero los mecanismos digestivos son puestos a ruda prueba y sobrevienen fermentaciones y putrefacciones excesivas. No obstante, si la alimentación muy variada es también moderada, la asimilación será excelente y la digestión poco perturbada. No olvidemos que cuanto más se asocia más se asimila, pero menos se digiere.
• La insuficiencia de variedad en una misma comida (sheltonismo, alimentación disociada, monodietas no terapéuticas). La digestión se vuelve en general excelente y hay una disminución de fermentaciones y putrefacciones responsables del ensuciamiento humoro-celular por intoxicación.
Sin embargo, la asimilación celular se vuelve defectuosa y da origen a la fatigabilidad, las tendencias anémicas, un adelgazamiento importante, una desvitalización profunda, impotencia completa o relativa, depresión física o psíquica. No olvidemos que cuanto más se disocie. mejor se digiere pero menos se asimila.
EN RESUMEN
No hay sistema exacto. Sólo parecen ser válidas las tres claves que hemos resumido antes.
Sin embargo, todos conocemos a alguien que sigue una determinada dieta y le va bien, lo mismo que han existido fortachones abuelos fumadores. ¿Cómo se explica esto?
Existe una minoría de personas (alrededor del 5%) que pueden vivir en plena salud con cualquier sistema alimenticio. Estos individuos parecen estar favorecidos por una especie de «gracia biológica». No obstante, lo más frecuente es que se trate de una persona que ha adoptado un sistema supresivo y se encuentra en los primeros meses de este sistema alimenticio, es decir en el momento en que aparecen solamente las ventajas del método. En efecto, tanto si son las carnes, o subproductos animales, u otros comestibles lo que se haya suprimido, se produce una desintoxicación (puesto que cualquiera que sea la categoría del alimento suprimido, para la persona sobrealimentada toda supresión es benéfica).
METABÓLICAMENTE HABLANDO
Imaginemos una persona que ha recorrido varios kilómetros llevando sobre la espalda diez kilos de huevos, diez kilos de carne, diez kilos de queso, diez kilos de cereales... La persona estará agotada. Cerrad los ojos y quitad diez kilos de alimento, el que sea, y... la persona os dará las gracias. Así ocurre con el organismo sobrecargado, metabólicamente hablando. Toda supresión es benéfica.
Benéfica siempre que no dure demasiado pues, tras un cierto tiempo, las reservas de alimentos que el organismo tenía y obtenía del alimento suprimido se agotan y aparecerán entonces trastornos carenciales. Y no nos referimos en ningún caso al beneficioso ayuno terapéutico,ni tampoco al ayuno intermitente. Hablamos de malnutrición.
Entonces, ¿cómo hacer para desintoxicarse bien sin seguir una dieta concreta? Simplemente, reduciendo la cantidad de todo lo que comemos...