Los lobos mutantes de Chernobyl han desarrollado genes resistentes al cáncer
LOBOS Y CÁNCER
Los lobos mutantes que deambulan por la zona de exclusión de Chernobyl (CEZ), colonizada en la actualidad por varias especies animales, han desarrollado genomas resistentes al cáncer. Este hallazgo, producto de una investigación del laboratorio de Shane Campbellstaton en la Universidad de Princeton (EE.UU.), puede abrir la puerta a nuevas vías para tratar la enfermedad en humanos.
Sistemas inmunitarios alterados. Han pasado 38 años desde el que un reactor nuclear en la central de Chernóbil explotó, liberando radiación cancerígena y desechos irradiados al medio ambiente. Fue el mayor accidente nuclear hasta la fecha en todo el mundo. Muchos operarios y trabajadores murieron esos días, pero varios estudios elevan a miles los fallecimientos causados por esa irradiación en los días, meses y años posteriores.
Hoy estos lobos no solo sobreviven en esta zona afectada por el accidente nuclear más grande hasta la fecha, sino que además han conseguido desarrollar mutaciones protectoras que aumentan sus probabilidades de sobrevivir al cáncer. El perro doméstico (Canis lupus familiaris) y el lobo luchan contra el cáncer de forma mucho más parecida a la de los humanos que el ratón de laboratorio.
En la zona cero no queda ningún ser humano. Sin embargo, la vida silvestre y animal permanece. Han resurgido especies biológicas (como los hongos) y animales (como los caballos y los lobos) en una zona de 30 kilómetros alrededor de la antigua central nuclear.
Para conocer estos efectos, en el 2014, Cara Love, bióloga evolutiva y ecotoxicóloga, entró en la zona de exclusión y colocó a los lobos salvajes collares equipados con GPS y dosímetros de radiación. Y los científicos descubrieron que los animales están expuestos a más de 11,28 milirem de radiación todos los días durante toda su vida, más de seis veces el límite legal de seguridad para un trabajador humano promedio.
Los lobos de Chernóbil tienen los sistemas inmunológicos alterados en cifras similares a los pacientes con cáncer que reciben tratamiento de radiación. Y ahí viene el hallazgo más prometedor de la investigación: se ha identificado regiones específicas del genoma del lobo que parecen resistentes a un mayor riesgo de cáncer, lo que podrá ayudar a la investigación de esta enfermedad en humanos.